Brexit

Clara Martínez Alberola, la fontanera española de Barnier

La ex jefa de gabinete de Juncker ha sido una voz decisiva en la recta final de las negociaciones del Brexit

Clara Martínez Alberola ingresó en la Comisión Europea en 1991
Clara Martínez Alberola ingresó en la Comisión Europea en 1991OLIVIER HOSLETEFE

Fuera de la burbuja comunitaria pocos conocen su nombre. Es la escudera perfecta, la que arregla entuertos, lee la letra pequeña, la que acompaña y aconseja a los poderosos. En la recta final de las arduas y exasperantes negociaciones del Brexit, quizás algunos habrán reparado en una mujer rubia pegada como una sombra al negociador europeo, Michel Barnier, como antes lo estuvo al ex presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker y, en menor medida, a su predecesor, José Manuel Durao Barroso. Su nombre es Clara Martínez Alberola, que nació en Valencia y ha dedicado toda su vida profesional al proyecto de integración europeo, convirtiéndose en una de las funcionarias españolas más valoradas y con más poder.

Martínez Alberola, de 57 años, estudió en el Liceo francés de Isabel la Católica y acabó Derecho el mismo año en el que España se adhería a la entonces Comunidad Económica Europea. Poco después, con 24 años, desembarcó en Bélgica para cursar estudios de posgrado con una beca en la sede del Colegio de Europa en Brujas, donde conoció al que se convertiría en su marido. Un abogado italiano que no pertenece a las instituciones europeas y con el que ha tenido tres hijos.

El Colegio de Europa es una de las instituciones académicas más prestigiosas de estudios europeos y cantera de altos funcionarios comunitarios. Siguiendo el camino previsible, Martínez Alberola ingresó por oposición en el Ejecutivo comunitario en 1991 en la dirección General de Mercado Interior e Industria y formó parte de las primeras generaciones de españoles para las que Europa no era tan solo una aspiración lejana, sino una realidad que construir desde dentro. Como es habitual en Bruselas, habla varios idiomas: inglés, francés, italiano y algo de portugués

En 2005, la funcionaria española accedió a la planta decimotercera del edificio Berlaymont como parte del gabinete de Durao Barroso. En 2014, Juncker la nombró como jefa adjunta de su gabinete. «Parece más alemana que española», aseguró al digital «Político» el eurodiputado español del Partido Popular Esteban González Pons, en referencia a su ojo clínico y su enfoque metódico a la hora de trabajar.

Precisamente quizás ese halo germano es el que le hizo ganarse el respeto de un hueso duro de roer como el entonces jefe de gabinete de Juncker, Martin Selmayr ( alemán en espíritu y pasaporte) y apodado «el monstruo de Berlaymont». Aunque fuera de la burbuja europea también sea un completo desconocido, pocos funcionarios europeos han desatado tantas aquiescencias como odios africanos y han sabido tejer una leyenda tan atractiva y temible a partes iguales.

Cuándo Selmayr fue nombrado secretario general de la Comisión en un proceso opaco que levantó polvareda en las instituciones comunitarias, llegó el gran salto de la funcionaria valenciana, que rompió un doble techo de cristal. Fue la primera mujer y la primera española en acceder a un puesto tan sensible. Durante estos años, no hubo dosier espinoso y explosivo que no pasara por sus manos ni teléfono importante que no tuviera.

«He querido nombrarla –y es mi decisión, no del Colegio– porque en dos años y medio he comprobado que tiene un conocimiento de los asuntos comunitarios por encima de lo normal», la piropeó Juncker, con el que fue capaz de establecer una relación muy estrecha.

Efectivamente, durante su carrera Alberola ha tocado muchos palos. Ha participado en la revisión de la normativa comunitaria sobre el sector farmacéutico y el rol de la Agencia Europea del Medicamento, ha coordinado la ampliación a los países del Este y su adaptación al mercado interior y también se encargó de las relaciones con América Latina durante su etapa con Barroso.

Tras la llegada de Ursula von der Leyen al Ejecutivo comunitario, el siguiente reto de la funcionaria valenciana llegó con la consumación del Brexit y el inicio del período transitorio que culminará el 31 de diciembre con final sino feliz, al menos tranquilizador. Alberola sustituyó a la alemana Sabine Weyand, quien fue nombrada directora general de Comercio. Nadie sabe cuál será el próximo cometido de la funcionaria española tras haber concluido las negociaciones del Brexit, pero todo indica que seguirá siendo una de las funcionarias españolas más relevantes e influyentes. La que nunca acapara los focos, pero tiene en su poder todas las claves.