Mercenarios

Haití detiene a exmilitares colombianos por el magnicidio de Moïse

El comando que asesinó al presidente caribeño estaba formado por 26 colombianos y dos haitiano-estadounidenses

El tiroteo entre la policía haitiana y los 28 sospechosos del asesinato del presidente, Jovenel Moïse, concluyó con tres colombianos muertos, dos haitiano-estadounidenses y 15 supuestos sicarios de la misma nacionalidad arrestados y ocho personas fugadas. La policía ha detallado que el grupo armado que asesinó al presidente estaba compuesto por 28 individuos, 26 de ellos de nacionalidad colombiana. Las autoridades han detenido a 17 personas, 15 colombianos y los dos haitiano-estadounidenses.

La policía haitiana ha detenido este jueves a otros once sospechosos armados después de que irrumpieran en la Embajada de Taiwán en el suburbio de Pétion-Ville, en Puerto Príncipe. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán ha confirmado este viernes que las autoridades taiwanesas permitieron acceder al recinto a los agentes haitianos para realizar los arrestos. La sede diplomática no sufrió daños, pero el departamento de exteriores ha instado al personal diplomático a aumentar la seguridad en Haití. El país caribeño de 11 millones de habitantes es uno de los pocos Estados, aproximadamente quince, que mantienen relaciones amistosas con Taipéi en lugar de con el gobierno chino. El ejecutivo taiwanés no ha dado detalles del motivo del allanamiento, pero en un comunicado se refirió a los hombres como “mercenarios” y condenó enérgicamente el “asesinato cruel y bárbaro” de Moïse.

Los esfuerzos de la policía se centran en encontrar a estos ocho prófugos. El magnicidio del presidente Moïse ha aumentado su dimensión internacional en las últimas horas tras confirmarse que seis de los asaltantes son antiguos soldados y cargos militares colombianos. El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, ha confirmado que algunos colombianos implicados son “miembros retirados del ejército nacional” y que el gobierno del presidente Iván Duque prestará toda la colaboración para esclarecer el crimen. Se trata de dos suboficiales retirados y cuatro exsoldados.

Duque ha ordenado ayer al director de la Dirección Nacional de Inteligencia, Rodolfo Maya, y al director de inteligencia de la policía, Norberto Mújica, desplazarse a Haití “en las próximas horas” para colaborar en la investigación. El general colombiano, Jorge Vargas, ha explicado que, a raíz de una petición de información de la Interpol, se ha creado un equipo de analistas e investigadores encargados de recopilar información sobre los exmilitares.

El primer ministro interino de Haití, Claude Joseph, ha instado ayer a recuperar la normalidad tras una jornada de jueves en la que el bullicio habitual de la capital, Puerto Príncipe, se ha visto interrumpido debido al impacto que ha tenido el asesinato del presidente.

Los dos estadounidenses de origen haitiano han sido identificados como James Solages y Joseph Vincent. Las autoridades han confirmado la identificación de cuatro supuestos matones a sueldo colombianos: Alejandro Girardo, John Jairo Ramírez, Víctor Albeiro y Manuel Antonio Groso. Los seis detenidos cuyo nombre se ha hecho público tienen entre 35 y 41 años. Sogales ha declarado ante el juez que fue contratado por los sicarios colombianos como traductor y que no conocía los planes del resto de asaltantes: “La misión era arrestar al presidente y no matarlo”.

El juez del caso, Clément Noël, ha informado que el sospechoso ha asegurado que no sabe quiénes son los autores intelectuales del crimen: “Encontré el trabajo por internet”, aseguró ante el magistrado. Sogales, nacido en Haití y emigrado a Estados Unidos, fue guardaespaldas en la Embajada de Canadá en Haití. Sogales es presidente de una organización sin ánimo de lucro con sede en Florida. La misión de Jacmel Avan es “reconstruir Haití”, según su sitio web. Su biografía en esta página describe una larga lista de voluntariado con organizaciones sin ánimo de lucro en Haití.

Se sospecha que la organización sea una tapadera para ocultar actividades criminales como la contratación de sicarios y la preparación de secuestros. Vídeos en las redes sociales, aún no verificados de manera independiente y oficial, muestran a hombres armados hablando en inglés y español identificándose como miembros de la DEA cuando ingresaron a la residencia de Moïse. El Departamento de Estado y el embajador de Haití en Washington, Bocchit Edmond, han negado que los sospechosos sean agentes de la DEA.

El papel de los sicarios colombianos

La participación de los 26 presuntos sicarios colombianos se explica debido a que los grupos armados de este país tienen fama de ser muy eficaces en sus asesinatos y secuestros debido a la experiencia que se forjaron en la guerrilla del ejército colombiano contra las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC). Muchas empresas de seguridad privadas en zonas de conflicto contratan a soldados colombianos entrenados en Estados Unidos son debido a su experiencia contra los cárteles de la droga. Se sospecha que estas compañías sean tapaderas para contratar secuestros o asesinatos. Las ganancias de un sicario del crimen organizado rondan los 5.000 euros al mes.

El sueldo medio en Colombia es de unos 260 euros al mes. Las autoridades investigan también en relación al magnicidio a una poderosa alianza de pandillas liderada por el ex oficial de policía, Jimmy Chérizier, alias ‘barbacue’, conocida como ‘G9 and Family’. Chérizier publicó un vídeo el pasado 23 de junio en el que pedía una revolución contra la oposición, el sector empresarial y el partido del presidente Moïse. Moïse antes era considerado un aliado de la banda. La alianza se ha desestabilizado recientemente debido a las disputas entre dos de sus fundadores que se han visto envueltos en una batalla en la capital.

Tensión en las calles de Puerto Príncipe

Un barrio de Puerto Príncipe ha vivido momentos de gran tensión. Los vecinos aseguraron que una multitud descubrió a dos sospechosos escondidos en los arbustos. Algunas personas los persiguieron y abofetearon. Los agentes detuvieron a los sospechosos, los subieron a una camioneta y los trasladaron a una comisaría. Cuando el vehículo se alejaba, la multitud corría tras ellos gritando: “¡Mataron al presidente! ¡Que nos los entreguen! Los vamos a quemar”.

Joseph declaró el estado de sitio tras el magnicidio ante las quejas del nombrado nuevo primer ministro por Moïse, Ariel Henry, dos días antes de morir. Aunque la policía dijo que el público había ayudado a encontrar a los sospechosos, instaron a los residentes de la capital a no tomar la justicia en sus propias manos.

Además de la inestabilidad política, Haití está siendo azotado recientemente por el aumento de la violencia de las pandillas. Las bandas se han especializado en los secuestros para exigir rescates. Desde junio, los enfrentamientos entre bandas rivales en la zona oeste de Puerto Príncipe han agudizado la crisis de seguridad. El 30 de junio murieron 15 personas durante un tiroteo en la capital, entre ellas un periodista y una activista opositora.

El espacio aéreo haitiano se cerró para evitar que los atacantes huyeran del país. La vecina República Dominicana cerró la frontera y reforzó su seguridad. La mayoría de comercios, bancos y estaciones de servicio de Puerto Príncipe han estado cerrados mientras la población espera tener explicaciones sobre la gran incógnita que rodea este magnicidio: quién y por qué mató al presidente.