Italia

El médico que perdió la memoria y ahora lucha en primera línea contra el Covid

‘Doc’, como todos le llaman, perdió los 12 últimos años de recuerdos tras un accidente de tráfico

Pierdante Piccioni, un médico italiano de 62 años
Pierdante Piccioni, un médico italiano de 62 añosEdicion7La Razón

Pierdante Piccioni, un médico italiano de 62 años, tiene dos vidas. La primera terminó el 31 de mayo de 2013. Ese día, mientras conduce hacia su trabajo en el hospital, tiene un accidente que le provoca un traumatismo craneal y un profundo agujero en su memoria. La segunda comienza cuando despierta del coma. Han pasado sólo seis horas pero para ‘Doc’, como todos le llaman, el mundo se ha parado 12 años antes.

Piccioni está convencido de haberse salido de la carretera mientras llevaba a su hijo al colegio el día de su octavo cumpleaños. Cuando abre los ojos no reconoce al chico de 20 años que le llama papá, su mujer ha envejecido de repente y ha olvidado el luto por la muerte de su madre tres años antes. “Perder a mi madre y no recordarlo fue un doble trauma, pero lo más difícil fue volver a ser padre después de haber olvidado la adolescencia de mis dos hijos”, explica a LA RAZÓN. “Para ayudarme, se cortaron la barba. Por un lado es precioso, por otro, es frustrante porque te pueden contar la película de tu vida, pero no puedes recuperar lo que sentiste”.

‘Doc’ reconoce que lo que más le sorprendió fue que hubiera dos Papas y que un hombre de color fuera presidente de EEUU. “Cuando vi la foto de Obama pensé: ‘Caramba, como ha cambiado el mundo a mejor’. En mi cabeza era 25 de octubre de 2001: acababan de caer las Torres Gemelas, en Estados Unidos estaba Bush y en Italia, Berlusconi. Bueno, eso era lo único que seguía igual”, dice riendo.

El mundo parece haber cambiado, pero reconstruir el puzzle de su vida resulta cada vez más complicado. Lo que vendrá después serán años de terapia psicológica, pruebas con especialistas, tratamientos experimentales e incluso sesiones de imnosis para tratar de recordar algo, lo que sea, de esos 12 años que han desaparecido de su memoria. Todo esfuerzo será inútil. Su jefe le propone una jubilación anticipada porque, no sólo ha olvidado lo qué ha pasado en el planeta en la última década, tampoco recuerda ninguno de los avances científicos y nuevas tecnologías que se han convertido en el día a día de su trabajo. “Yo me había quedado cuando el móvil empezaba a mandar SMS, pero en 2013 ya había ‘smartphones’. Y desde el punto de vista profesional era otro mundo”.

Pasa dos años estudiando día y noche para poder volver a ejercer como médico. Y lo consigue. Como jefe de urgencias del hospital de Codogno, el primer pueblo en Europa en ser confinado, ha estado en primera línea durante la pandemia. Fue en su hospital donde se identificó al primer positivo autóctono en Italia. Ahora se ocupa de los pacientes que se recuperan de las secuelas del Covid y se ha convertido en un escritor de éxito.

“Antes del accidente los pacientes como yo eran mi trabajo diario, ahora tengo un master en ‘Pacientología’ que me ha cambiado la vida y el carácter. Mis compañeros dicen que si hubieran sabido que me habría transformado en la persona empática que soy hoy, me habrían dado un golpe en la cabeza antes”. A pesar de no haber recuperado la memoria, Piccioni asegura haber aprendido a transformar la rabia en emociones positivas. “Borges decía que somos nuestros recuerdos. Yo añado que también somos los recuerdos que los otros tienen de nosotros”.