La amenaza soberanista

“Es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes sobre si la pandemia ha afectado al independentismo”

“El secesionismo ha sido mucho más común desde la Segunda Guerra Mundial”, explica el experto Ryan D. Griffiths

Dos encapuchados queman una bandera de la Unión Europea durante una manifestación con motivo de la última Diada
Dos encapuchados queman una bandera de la Unión Europea durante una manifestación con motivo de la última DiadaKike RincónEuropa Press

¿Cuántos movimientos secesionistas hay en el mundo?

En mi reciente libro, “Secession and the Sovereignty Game: Strategy and Tactics for Aspiring Nations” (Cornell University Press, 2021), identifiqué 60 movimientos secesionistas en todo el mundo a partir de 2017. Mi definición de un movimiento secesionista es que es una nación autoidentificada por encima de un tamaño mínimo que busca formalmente la independencia. Mi conjunto de datos registra el número de movimientos por año desde 1816. Una de las tendencias interesantes en ese período de más de 200 años es que el secesionismo ha sido mucho más común desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos movimientos han logrado su objetivo de independizarse, y numerosas naciones sin Estado han formalizado sus ambiciones secesionistas.

¿Por qué hay tantos movimientos independentistas dentro de Europa?

Esta es una buena pregunta, y no creo que tengamos la respuesta completa. Hay una variación considerable en todo el mundo. El secesionismo es bastante común en Eurasia, desde Europa Occidental hasta el sureste asiático. Es comparativamente menos común en África y América Latina. Hay muchas razones para esta variación, y gran parte de ella tiene que ver con la forma en que los estados soberanos se desarrollaron en estas regiones. En el caso de Europa, hay un elevado número de naciones minoritarias que poseen autonomía local, y quizás una historia de independencia. La Unión Europea crea un escenario estratégico en el que estos movimientos suelen buscar su independencia a través de canales institucionales.

¿Suponen una amenaza para las naciones? ¿Cómo pueden los gobiernos contrarrestar las tendencias separatistas?

La secesión es un desafío para el Estado. Amenaza la integridad territorial de un Estado, y quizás incluso su identidad y bienestar general. Eso no significa que los secesionistas estén siempre equivocados al buscar la independencia. Por razones profesionales y personales, enfoco mi investigación de forma neutral. Suele haber buenos argumentos en ambos lados de cualquier reivindicación secesionista.

Hay muchas formas diferentes en que los gobiernos pueden contrarrestar las tácticas secesionistas. En mi opinión, la mejor manera, y la más responsable desde el punto de vista ético, es dar amplia voz política a los secesionistas. Dejar que los agravios se ventilen y se aborden a través de las instituciones democráticas. Creo que los referendos de independencia son una solución razonable, pero el listón del éxito debe ser alto.

También hemos visto que países como Rusia ayudan a encender estos movimientos separatistas. ¿Por qué?

Por regla general, los Estados que se enfrentan a múltiples movimientos internos son menos propensos a fomentar movimientos secesionistas en otros países. La razón es que no quieren sentar un precedente. Por ejemplo, España es bastante conservadora con respecto al secesionismo en otros lugares. Lo mismo puede decirse de China. Rusia es un caso interesante porque, por un lado, suele ser bastante conservadora en el tema de la secesión. Después de todo, se ha enfrentado a numerosos movimientos secesionistas a lo largo de los años (por ejemplo, en Chechenia). Por otro lado, apoya algunos movimientos en su entorno cercano, como Abjasia u Osetia del Sur. Por lo tanto, hace un juego diplomático en este sentido. Pero, desde luego, no diría que en general fomenta la secesión.

¿Ha afectado la pandemia de coronavirus a los movimientos secesionistas?

Creo que es demasiado pronto para saber qué efectos tendrá la pandemia sobre el secesionismo. En muchos casos, las ambiciones secesionistas acaban de quedar en suspenso. Este es el caso, en particular, de las democracias avanzadas como España y Reino Unido. No creo que haya ocurrido lo mismo en Estados menos desarrollados con un historial de secesionismo violento como Myanmar o Etiopía, porque algunos conflictos se han reavivado. Pero, de nuevo, es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes.

*Experto en independentismo y profesor en el Departamento de Ciencias Políticas de la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de la Universidad de Syracuse