Elecciones
Dos candidatas se disputan el liderazgo de Japón
Hoy se celebran primarias en el partido conservador tras la dimisión del «premier» Yoshihide Suga
En tiempos de COVID-19, la capacidad para gestionar la pandemia deriva en un criterio esencial para premiar o castigar en las urnas a los líderes democráticos. Si a esto le añadimos la organización de unos Juegos Olímpicos en Japón durante la propagación de la pandemia y el hecho de ser un líder de transición, todo ello nos sitúa ante el particular escenario del malestar político y la vulnerabilidad del primer ministro japonés, Yoshihide Suga, antes de anunciar su dimisión.
El 3 de septiembre, Suga notificó que no se presentaría a la reelección como presidente del Partido Liberal Democrático en las elecciones de su liderazgo del 29 de septiembre. Como el PLD tiene mayoría en la Cámara de Representantes (con su socio de coalición, el Partido Komei), su próximo líder se convertirá automáticamente en el nuevo primer ministro.
A pesar del desafío de la pandemia, no faltan aspirantes en la competición por el nuevo liderazgo. Los últimos sondeos indican que los dos favoritos en la carrera a los comicios internos son Fumio Kishida, ex ministro de Asuntos Exteriores, que también dirigió el Consejo de Investigación Política del PLD, y Taro Kono, actual ministro de Reforma Administrativa y zar de la vacuna COVID-19. Sanae Takaichi, una ultraconservadora que cuenta con el apoyo del ex primer ministro Shinzo Abe, y Seiko Noda, ex ministra de Igualdad de Género, compiten también por convertirse en la primera mujer líder del país.
Kono, es la opción más popular entre el público en general, según las encuestas de intención de voto realizadas por medios nipones. Si este consigue quitarse de encima la pena asociada a su supervisión del despliegue de la vacuna, parece el que más posibilidades tiene de impulsar al partido hacia el cambio generacional. Kono, el vástago educado en Georgetown de una de las dinastías políticas más prominentes de Japón, ha cultivado cuidadosamente una imagen de reformista inconformista dispuesto a enfrentarse al sistema. También ha mostrado su habilidad para comunicarse con el público en las redes sociales, con más de 2,4 millones de seguidores en Twitter, más que cualquier otro político japonés. Sin embargo, algunos miembros de la vieja guardia del PLD dudan en apoyarle, dada su tendencia independiente. Su propuesta de revisar el sistema de pensiones de Japón y su oposición a la energía nuclear lo enfrentan a la mayoría de los parlamentarios del partido.
Por su lado, Kishida goza de cierto reconocimiento, pero no tiene la popularidad de Kono. Como ministro de Exteriores bajo el mandato de Abe, negoció con éxito un importante acuerdo con Corea del Sur en 2015 para resolver la difícil disputa de ambos países sobre las «mujeres de confort» de la época de la Segunda Guerra Mundial, un eufemismo para referirse a las mujeres surcoreanas que fueron forzadas a la esclavitud sexual por las fuerzas imperiales japonesas.
Takaichi y Noda se han convertido en las primeras mujeres en 13 años que aspiran al liderazgo del gobernante PLD en las elecciones de hoy. La que resulte elegida se convertirá con toda seguridad en la próxima primera ministra, gracias a la mayoría parlamentaria que ostentan el partido y su socio de coalición. La presencia de estas dos mujeres entre los cuatro candidatos que compiten por ser el próximo primer ministro, constituye un gran paso adelante en la política japonesa, notoriamente sexista. Sin embargo, su destino está en manos de un partido de gobierno conservador y mayoritariamente de hombres, y la principal candidata ha sido criticada por sus políticas de derechas en materia de género.
Si bien ambas son militantes del PLD, son políticamente opuestas en muchos aspectos, la ultraconservador Takaichi defiende una suerte de nacionalismo paternalista y un ejército más fuerte, mientras que Noda, de tendencia liberal y pacifista, apoya la promoción de la mujer y la diversidad sexual.
Takaichi, por su parte, era considerada como un rival de poca monta cuando se lanzó al ruedo, pero ha ganado fuerza en la recta final de la carrera gracias a su fluidez en una amplia gama de temas políticos y a la enérgica campaña de Abe en su favor. Como conservadora social acérrima y partidaria declarada de la línea dura en cuestiones históricas y de seguridad nacional, es casi seguro que se convertiría en un foco de controversia si llegara a ser primera ministra.
Los 382 miembros del PLD de la Cámara, el órgano legislativo de Japón, podrán votar, y otros 382 votos provendrán de unos 1,13 millones de miembros de base de las 47 prefecturas del país, asignados según un sistema de representación proporcional conocido como método D’Hondt. Si ningún candidato obtiene la mayoría en la primera ronda, se celebrará una segunda vuelta en la que los dos primeros competirán por un total reducido de 429 votos: 382 de los miembros de la Asamblea y uno de cada una de las prefecturas del partido. A la elección del líder del PLD le seguirán unas elecciones generales en octubre o noviembre, cuando expire la actual legislatura de cuatro años. Dado que el PLD tiene más probabilidades de ganar las elecciones, el líder elegido se convertirá en primer ministro para la próxima legislatura.
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