Estrategia
La dirección del PP ya no quiere más «fichajes» de cargos de Ciudadanos
Génova da por amortizadas las siglas naranjas: ni listas conjuntas ni coaliciones para atraer voto
El PP da por terminada la operación «fichajes» naranjas. La estrategia política de buscar cargos de Ciudadanos (Cs) para incorporarlos a las filas del PP en las próximas convocatorias electorales la consideradan ya bien amortizada en la dirección del partido. Y, por tanto, no ven necesario mantenerla ni para captar votantes ni tampoco para desestabilizar a la formación que fundó Albert Rivera, a la que dan por «extinguida» desde el punto de vista electoral.
Esto que piensan en la dirección del partido lo comparten la mayoría de las baronías. Por ejemplo, no habrá nombres de Ciudadanos en las listas de Alfonso Fernández Mañueco para las elecciones que ha anticipado al próximo 13 de febrero, después de la ruptura traumática del pacto de coalición.
Y ésta es una decisión que tiene más connotaciones en lo que afecta a la relación con el partido que preside Inés Arrimadas. Tampoco aceptarán listas conjuntas ni coaliciones. El experimento en el País Vasco no salió conforme a lo esperado, y la relación de fuerzas entre los dos partidos ha dado un giro que lleva a que en Génova revisen por completo su estrategia para absorber a las siglas naranjas.
Hay alguna duda, por ejemplo, en Andalucía, donde el partido cree que hay que estudiar bien las encuestas para ver de qué manera cabe afrontar las próximas autonómicas a fin de no asumir el riesgo de que Ciudadanos no entre en la Cámara andaluza y esto debilite a la mayoría del centro-derecha, y fortalezca a Vox. Pero ahí Juan Manuel Moreno tiene espacio para marcar su propio terreno. El debate sobre la idea de sumar fuerzas con Ciudadanos, que marcó los últimos procesos electorales –gallegas, vascas y catalanas– ya abrió fisuras dentro de la organización popular y la iniciativa fue rechazada por algunos presidentes autonómicos, con el gallego Alberto Núñez Feijóo al frente.
En la actual relación de fuerzas, y después de que Arrimadas haya abierto la puerta a la idea de concurrir con el PP en listas conjuntas, sugerencia hecha en el marco de las elecciones andaluzas, la reflexión que hacen en el PP es que esa vía sólo genera tensiones internas, a cuenta de aquellos nombres de partido que se pueden ver «maltratados» en aras de sumar al proyecto popular «a gente que no ha trabajado por él ni tiene un bagaje detrás que les haga merecedores de ese regalo». «Es una cesión gratuita».
El PP no va a dar ni una gota de oxígeno al proyecto naranja porque todos los estudios les confirman que es un voto que se está yendo mayoritariamente a sus siglas. Hay quienes apuntan al riesgo de que también haya un voto protesta, que en vez de volver al PP se vaya a Vox, como ocurrió en Cataluña, pero el escenario catalán responde a claves muy particulares. Y, en cualquier caso, ese voto enfadado, que llega a mirar hacia Vox viniendo de Cs, no es un voto que en el PP crean que puede ser sujetado a cambio de presentar listas conjuntas con los de Arrimadas.
A favor de no dar «ni agua» a los de Cs esgrimen también el argumento ideológico. El PP de Casado considera que hoy las siglas de Cs no les aportan nada, a diferencia de lo que ocurría en la etapa anterior de Mariano Rajoy. ¿La razón principal? Que este PP se ha liberado del «lastre de la corrupción», lo que deja a Cs sin la fuerza de la bandera de la regeneración democrática que fue la que más le impulsó hacia arriba en los momentos más duros para el PP por los casos de corrupción que ocupaban la primera línea mediática y política. «En el aspecto económico no hay ninguna diferencia, y las diferencias en el ámbito social no son determinantes.». Esta explicación sale de la cúpula popular.
¿Y nombres como el de Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid? ¿O Inés Arrimadas? Al margen de que ni siquiera éste entre sus proyectos de futuro la posibilidad de sumarse a las siglas del PP, en Génova descartan categóricamente que Arrimadas entre en el partido. Respecto a Villacís, la relación con el alcalde, José Luis Martínez Almeida, no es tan buena como los dos se han cuidado hasta ahora de aparentar.
Y en el equipo de Almeida tampoco creen que necesiten hacer el movimiento de tirar de ella hacia sus siglas para conseguir mejorar su fortaleza electoral. Aunque cuando se aproximen las municipales, y según la línea demoscópica, el PP actuará en la dirección que entienda que es más útil para «terminar de apagar» la alternativa de Cs.
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