EE UU no perdona: tras la desaparición del jefe del ISIS, ahora trata de localizar al jefe de la banda en Afganistán

Le ocurrió a Osama Bin Laden, a Abu Bark Baghdadi y, más recientemente, a Ibrahim Hashimi (y a tantos otros). Estados Unidos no perdona a sus enemigos, tiene una Justicia ( y una opinión pública que apoya estas iniciativas) que le respalda para buscarlos por todo el mundo. Cuando los localiza, tras ofrecer suculentas recompensas a los que den pistas para su localización, les otorga la posibilidad de rendirse y, en caso contrario, si hacen uso de sus armas, procura abatirlos, aunque normaalmente se suicidaan porque tienen miedo a ser detenidos. Se trata de peligrosos enemigos que tienen a los Estados Unidos como objetivo prioritario y no es cuestión de andarse con paños calientes.

Como es habitual, siempre que estan los EE.UU por medio, habrá quienes la critiquen desde un falso pacifismo que, en el fondo, viene a amparar el Yihadismo, pero la realidad es que la retirada de la circulación de estos individuos es un motivo de tranquilidad para el conjunto de los ciudadanos, en especial los occidentales y cristianos.

Ahora le ha tocado al responsable del ISPK (la franquicia de Isis en Afganistán y Pakistán) responsable del atentado contra el aeropuerto de Kabul, en el que murieron 13 soldados USA y 172 civiles. Se trata de Shahab al-Muhajir, también conocido como Sanaullah Ghafari.

Recuerda el Departamento de Estado, que ofrece 10 millones de dólares por su captura, que fue nombrado por los cabecillas de ISIS, que lo calificaban como un líder militar experimentado y uno de los “leones urbanos” en Kabul.

Este individuo, continua dicho Departamento, ha estado involucrado en “operaciones guerrilleras y en la planificación de ataques suicidas complejos. Nacido en 1994 en Afganistán, es responsable de aprobar todas las operaciones del ISPK en todo el país y de organizar la financiación para llevar a cabo los atentados”.