Defensa

¿Son los submarinos S-80 la clave para mantener el poderío militar español sobre Argelia y Marruecos?

El acercamiento argelino a Moscú, con submarinos rusos capaces de lanzar un misil contra Madrid, y el rearme de Marruecos obligan a España a jugar un papel clave para defender sus intereses marítimos

El submarino S-81 Isaac Peral realizó el pasado viernes su primera navegación en superficie en mar abierto. Menos de un año después, en abril de 2023, está previsto que entre en servicio en la Armada, una fecha que ha de convertirse en un importante hito, no ya solo de la industria española o de nuestras fuerzas armadas, sino de la capacidad de España para desarrollar un papel geoestratégico importante, al menos en el ámbito mediterráneo, donde hay muchos intereses en juego.

Y es que, después del “Isaac Peral” están previstos otros tres sumergibles (el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes), que se irán entregando a la Armada entre 2024 y 2028. Los dos últimos llevarán ya de serie elSistema de Propulsión Anaerobia (AIP, en sus siglas en inglés), lo que les permitirá generar su propia energía eléctrica y, así, navegar durante semanas sin salir a la superficie, proporcionando unas capacidades tácticas y de discreción no existentes a fecha actual.

Con este programa S-80, España entra en el grupo de diez países con capacidad para construir submarinos convencionales (no nucleares). Pero no solo eso, sino que con estos nuevos sumergibles, España deberá volver a jugar el papel que le corresponde en el Mediterráneo, un escenario crucial en el que otros ocho países, entre ellos Francia, Italia o Argelia, también disponen de submarinos.

La actual coyuntura política internacional, más allá de Ucrania, pasa por la zona del Estrecho y todo el norte de África, especialmente el papel de Marruecos y Argelia y la relación de ambos países entre sí y con España.

Hasta hace poco más de un año, todo estaba más o menos claro, pero tras la crisis entre Marruecos y España a cuenta del paso por nuestro país del líder del Frente Polisario todo se descontroló. Desde entonces, nuestro vecino del sur lanzó varias acciones hostiles contra nuestra seguridad, desde apropiaciones de territorios marítimos para explotaciones, la crisis migratoria con el asalto masivo a la valla de Ceuta, el cierre de las fronteras terrestres y marítimas recién reabiertas...

En este periodo de tiempo, nuestra diplomacia se acercó a Argelia, sobre todo de cara a asegurarnos el suministro de gas. Mientras tanto, Marruecos y Argelia prácticamente rompían relaciones a cuenta del Sáhara y del Frente Polisario de fondo, pero con la lucha por la supremacía en el Magreb en el trasfondo.

Mientras en los últimos años la monarquía alauita se ha convertido en un socio estratégico de Estados Unidos en la zona, llegando incluso a desplazar a España en algunos aspectos, Argelia acercaba posturas con la Rusia de Putin y se dotaba de submarinos con capacidad de lanzar misiles Kalibr capaces de llegar a Madrid desde el Mediterráeno, así como de misiles Iskander y de aviones rusos de quinta generación, las mismas armas que Moscú está empleando en muchos casos en la invasión de Ucrania.

Y no solo esto, sino que el pasado mes de noviembre, pocos meses antes de que estallara el conflicto con Ucrania, ambos países afianzaban su alianza con unas maniobras conjuntas no muy lejos de la frontera con Marruecos.

Situación explosiva en el Mediterráneo

A todo esto, Libia, tan próxima también a las costas españolas, sufre una guerra civil que provoca más inestabilidad en la zona y afecta también a nuestra seguridad energética, y el Mediterráneo se calienta aun más como zona de paso obligatoria para la salida y entrada hacia el Mar Negro, donde Ucrania y Rusia luchan por el control de los puertos, con permiso, por supuesto, de Turquía, que a su vez controla el tráfico por los estrechos de los Dardanelos y del Bósforo.

En este caso, y para añadir más incertidumbre, Turquía, que cuenta con una docena de submarinos de fabricación alemana, mantiene una seria disputa con Grecia, que ha pedido en numerosas ocasiones a Berlín que deje de suministrar sumergibles al régimen de Erdogan, alegando que cambiará el equilibrio del poder naval en el Mediterráneo oriental. No solo eso, Grecia -cada vez más enojada por lo que describe como actividad “ilegal” de Turquía-, pidió a sus socios de la Unión Europea que impongan “sanciones duras” a Ankara e incluso el pasado año exigió a Bruselas que impusiera un embargo de armas a Turquía, pero Alemania, España e Italia rechazaron la solicitud.

Misiles argelinos contra España sin capacidad de respuesta

Submarinos rusos para Argelia. Y es que Marruecos, pese a su rearme, es la única de las potencias mediterráneas que carece de submarinos, mientras que Argelia cuenta con seis: cuatro 636 de fabricación rusa, más otros dos que deberían llegar en breve si se cumplen los plazos previstos, aunque la guerra en Ucrania podría retrasarlo. Los dos de la clase Kilo, en concreto el modelo 877EKM, están entre los más silenciosos del mundo de propulsión diésel-eléctrica. A estos habría que sumar los dos modernizados de la clase 877, también de diseño soviético.

Los de la clase Kilo, con muy escasa señal, son capaces de permanecer bajo superficie 45 días; transportan una dotación de 52 personas e incorporan 6 tubos lanzatorpedos de 553 mm; 18 torpedos o 24 minas; ocho misiles Strela 3M y cuatro Kalibr 3M54K. e incorporan cuatro misiles Kalibr. Este arma es sin duda la mayor amenaza a la seguridad de España y a la del resto de Europa occidental.

Submarinos de la clase Kilo de la Marina argelina en Mers el-Kébir (Oran). El Hadj Slimane (013), Rais Hadj Mubarek (012).
Submarinos de la clase Kilo de la Marina argelina en Mers el-Kébir (Oran). El Hadj Slimane (013), Rais Hadj Mubarek (012).La Razón

Esto supone un salto cualitativo al situarse como el único país del Mediterráneo, junto a Israel, con capacidad de lanzar misiles de ataque a tierra desde un submarino. Ni los países árabes del Mediterráneo ni los de la orilla europea tienen en estos momentos esta capacidad de lanzar misiles tácticos desde sus submarinos a tierra firme, ni siquiera Francia, mientras no entren en servicio los misiles tácticos SCALP en sus nuevos sumergibles de la clase Barracuda o España dote a sus S-80 con misiles de crucero UGM-109S Tomahawk o similares, lo que permitiría un cierto equilibrio estratégico y disuasorio en la zona con esta delicada materia, aunque por el momento no está previsto, aunque la capacidad la tienen. De hecho, según confirmó la Armada el pasado año, “en estos momentos no está previsto (comprarlos), aunque no está descartado en el futuro disponer de ellos”, y reiteraron que, “de hecho, el submarino se ha construido con la reserva de espacio y peso para poder embarcarlo”.


En el mundo sólo EE.UU., Rusia, China, Corea del Norte y Reino Unido tienen esa capacidad para lanzar el misil desde un submarino y destruir objetivos terrestres.

Misiles Kalibr con 2.400 km. de alcance. El Kalibr es un misil de crucero subsónico de seis metros de largo diseñado para volar bajo a través del espacio aéreo enemigo. La versión de ataque terrestre tiene un alcance de hasta 2.400 kilómetros a mach 3 y una ojiva explosiva que pesa media tonelada. También puede transportar una cabeza nuclear a 1.500 kilómetros de distancia. Según los expertos equivaldría al misil Tomahawk estadounidense. Las fuerzas rusas han utilizado misiles Kalibr contra objetivos contrarios al régimen en Siria y en los últimos meses también en Ucrania. Esto supone que tenemos un potencial enemigo en el flanco sur que podría poner un misil de crucero desde uno de sus submarinos en cualquier punto de España sin la más mínima capacidad de respuesta.

Caza de quinta generación Su-57. El tercer sistema desestabilizador del potencial militar de Argelia es el avión de combate SU-57, la joya de la corona de la aeronáutica rusa. Moscú ha otorgado a Argelia el privilegio de ser el único operador de su avión con las catorce unidades adquiridas y un número similar que podría llegar posteriormente.

Resulta difícil comparar las capacidades de los aviones de quinta generación, pero según los diversos análisis tanto el Rafale, como el F-35 y Eurofighter serían inferiores; solo el F-22 tiene una cierta superioridad sobre el caza ruso. Argelia dispondrá de seis escuadrones de cazabombarderos modernizados y dos alas de una generación anterior, más los sistemas Iskander, que están siendo utilizados por Rusia en Ucrania.

A ello se une una potente flota de helicópteros de combate, aviones de transporte y de patrulla marítima, helicópteros navales EH-101, seis corbetas de reciente adquisición en China y Rusia y dos fragatas Meko A-200, y una flota de carros de combate que supera el millar. Argelia destina casi un 6% de su PIB a defensa y un presupuesto de 10.000 millones de dólares.

Posible base naval de Rusia en Argelia. A todo esto, hay otro factor más añadido y es el deseo de Rusia de instalar una base naval en Argelia, a apenas 200 kilómetros de España, lo que cobraría sentido tras las amenazas de Putin por la posible ampliación de la OTAN a Ucrania, Finlandia y Suecia.

Rearme de Marruecos

Por su parte, Marruecos, en los últimos cinco años (2017-2022) ha gastado cerca de 20.000 millones de dólares en la compra de armas y para el periodo 2023 -2027, esta cantidad alcanzará los 25.000 millones. Aquí sí que podrían entrar en juego elementos más desestabilizadores como la llegada de aviones F-35, el mismo por el que suspira la Armada española, fragatas FREMM... y, sobre todo, submarinos Scorpene.

Destaca la compra de cuatro dronesMQ-9B SeaGuardian” a Estados Unidos. Es el mismo modelo adquirido también por España, aunque en el caso marroquí sus aeronaves no tripuladas incluyen con probabilidad la capacidad de portar armamento. También Rabat formalizó la adquisición de hasta 36 helicópteros de combate AH-64E Apache (24 en firme y 12 más como opción posible), un arma eminentemente ofensiva Otra operación destacada supone la adquisición de 25 aviones de combate F-16 a Lockheed Martin, más la modernización de otros 23 del mismo modelo que ya figuran en la flota aérea del país.

Poco antes se aprobó igualmente la mejora de 162 carros de combateAbrams M1A1 marroquíes, procedentes de los más de dos centenares de unidades, de segunda mano, que EE UU se comprometió en 2012 a transferir al país norteafricano. Otras llamativas ventas a Marruecos son una decena de misiles antibuque Harpoony 25 blindados de recuperación M88A2 Hercules.

Más importante fue la compra de tres fragatas clase SIGMA, dotadas de armamento y sistemas electrónicos de última generación y de una fragata clase FREMM, de 6.000 toneladas y 142 metros de eslora, que es una de las unidades de combate más modernas de la región. A todo esto hay que sumarle la apertura de una base naval de operaciones en Ksar Sghir, a 30 kilómetros de Tánger, lo que da idea del salto cualitativo y cuantitativo que ha dado la Armada marroquí.

El siguiente paso que tienen en mente es dotarse de tres o cuatro submarinos convencionales de última generación, lo que la convertiría en una de las marinas más importantes del Mediterráneo Occidental, en clara competencia con España y Argelia. En cualquier caso, al carecer Marruecos de experiencia en este campo, el proceso puede resultar largo. Aunque los Scorpene franceses son los que tienen más opciones, no hay que descartar que el país vecino se decante por los S-80 españoles o los alemanes, con los que también cuenta Italia.

En cualquier caso, franceses, rusos o alemanes, supondrán un importante cambio en la geoestrategia de la región y se convertirán en un elemento disuasorio para Marruecos, a la vez que serán un arma que puede dar muchas preocupaciones a las flotas de la región por su dificultad para ser detectados.

En cualquier caso, si finalmente da ese paso y se dota de submarinos, la diferencia entre las marinas de guerra de España y Marruecos se reduciría mucho más.

Relación Marruecos-Argelia

¿Y cuál es la situación actual de las relaciones entre Marruecos y Argelia? Pues la verdad es que, a pesar de la mala situación que atraviesa, que la actual crisis entre Argelia y Marruecos, que entró en una nueva dimensión con la acusación de Argel a sus vecinos del “asesinato cobarde” de tres transportistas argelinos el pasado año, no conducirá a un conflicto armado abierto entre las dos potencias norteafricanas. Aunque es igual de generalizado el convencimiento de que los enfrentamientos de baja intensidad y la tensión diplomática continuará.

Marruecos - Argelia
Marruecos - ArgeliaTeresa Gallardo

Para el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid Bernabé López García “estamos ante una ‘guerra de las arenas’ a la inversa. Ahora no es Hassán II quien necesita legitimarse reconquistando Tinduf como en 1963, sino Tebboune I necesitando legitimarse ante su opinión pública para salvar el honor patrio tan devaluado”, sintetiza.

La principal arma de desestabilización que Argelia tiene sobre Marruecos es el Frente Polisario, que mal vive en los campamentos de refugiados de Tinduf y que para Argelia no tienen otro sentido estratégico que dotarse de un acceso al Atlántico rodeando a Marruecos. No existe ninguna razón humanitaria detrás de esta estrategia argelina. El aliado de Moscú apoya a un grupo armado de orientación marxista leninista que ambiciona limitar la capacidad económica y militar de Rabat, para satisfacer intereses estratégicos que también nos son muy negativos.

Difícil situación para España

Y justo cuando España y Argelia parecían atravesar su mejor momento, el Gobierno de Sánchez decidía dan un bandazo en su histórica política sobre el Sáhara y se acercaba de nuevo a Marruecos. Este complejo panorama deja a España en una difícil situación, tanto por sus derivas políticas como por las militares, pues aunque nuestro país forma parte de la OTAN y no debería temer ningún ataque directo desde los países del Magreb, no es menos cierto que Rabat se ha convertido en el principal aliado de Estados Unidos en la zona y, al mismo tiempo, ha establecido relaciones diplomáticas con Israel, proveedor militar de productos de última generación.

¿Qué papel juega entonces el submarino S-81 y sus futuros compañeros que la Armada española va a incorporar? Pues lo cierto es que es un elemento clave. Según defiende el propio jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante general Antonio Martorell, la nueva generación de submarinos “aumenta la capacidad de proyección” que aportan los buques anfibios, la Infantería de Marina y la aviación embarcada que, junto con los buques de escolta y la Fuerza de Acción Marítima constituyen los “instrumentos que hacen relevante a la Marina española en el contexto internacional”.

Misiles Harpoon sí, pero Tomahawk no

Boeing se ha hecho con un contrato para llevar a cabo trabajos de integración del misil Harpoon en los submarinos S-80 por un importe de 4,5 millones de euros. La empresa en concreto efectuará tareas de apoyo logístico integrado y proporcionará soporte para la certificación del misil en el submarino español, un proceso conocido por las siglas en inglés EHCTV (Encapsulated Harpoon Missile Certification Test Vehicle).
Los submarinos de la serie S-80 podrán atacar objetivos terrestres con los sub Harpoon UGM-84 Block II, misiles antibuque con capacidad de ataque a tierra, equipados con un impulsor cohete de combustible sólido y encapsulados en un contenedor cilíndrico para realizar el lanzamiento en inmersión a través de un tubo lanzatorpedos.
Una vez en la superficie, la cápsula protectora se abre y se enciende el cohete impulsor instalado en la parte posterior, iniciando el misil el vuelo hacia su objetivo. Su alcance es de unas 150 millas e incorpora una cabeza de guerra con 220 kilos de explosivo.
Esta versión cuenta con GPS integrado para optimizar su trayectoria contra blancos navales y dotarla de una cierta capacidad para atacar blancos costeros. Los S-80 serán los primeros sumergibles de la Armada en disponer de esta capacidad. Junto estos misiles, los nuevos submarinos también podrán lanzar torpedos DM2 A4 y sembrar minas inteligentes Minea.

La economía española tiene una gran dependencia del entorno marítimo, con 8.000 kilómetros de costa y una zona económica especial (ZEE) marítima que supone dos tercios del total: de hecho, el 80% del abastecimiento energético de gas y petróleo se realiza por vía marítima. Claves son también los cables submarinos a través de los cuales pasa el 99% del intercambio de información digital (Internet, transacciones financieras…), todo ello sin olvidar que tenemos la mayor flota pesquera de Europa.

Las capacidades del S-80 han sido diseñadas para el desarrollo de sus misiones en diferentes escenarios y considerando la naturaleza de cada amenaza, con especial atención a lo híbrido: movilidad para actuar en escenarios alejados, siendo invisible y, al mismo tiempo, ser capaz de desplazarse a alta velocidad; permanencia en zonas de operaciones de manera discreta; transporte de personal; y firmas magnética y acústica reducidas para minimizar su detección.

Las misiones que debe desempeñar el S-80 son proyección del poder naval sobre tierra, guerra naval especial, protección de una fuerza desembarcada, vigilancia I&W (Indications and Warning), protección de una fuerza naval y disuasión.

De ahí la importancia de los nuevos submarinos para mantener el control sobre el Estrecho de Gibraltar y el eje marítimo que une Baleares y Canarias frente a las amenazas, no probables pero sí posibles, de los submarinos marroquíes, cuando los tenga, y sobre todo los argelinos, pero sin olvidar los de otros países como Turquía o los rusos procedentes de las bases del Mar Negro.

En cualquier caso, para hacer frente a estas amenazas y mantener la superioridad militar regional también sería importante reforzar nuestra superioridad área con aviones F-22, mayor capacidad de defensa antiaérea y contra misil, y patrulla marítima; así como tomar la decisión de permitir que los S-80 lancen misiles. Esto unido a las importantes capacidades existentes nos deberían permitir mantener un liderazgo regional básico para disuadir a nuestros vecinos.

Lo que si queda claro es que la situación estratégica en el Mediterráneo está dando un cambio espectacular con el rearme emprendido por las armadas de Egipto, Argelia y Marruecos. Y aunque de momento ninguna de ellas es una seria amenaza para la Armada española, a medio plazo estas capacidades militares podrían afectar a los intereses españoles en lo que se refiere a la usurpación de las aguas de soberanía española que rodean a Baleares y a las Islas Canarias, al ampliar sus aguas de dominio a costa de las nuestras, para aprovechar los yacimientos submarinos de telurio y cobalto hallados en las zonas cercanas ambos archipiélagos .