Siniestro

Vídeo: el aterrizaje de un avión militar de EEUU en la cubierta de un buque que acabó en tragedia

Un turbohélice Osprey se hundió en el mar tras impactar durante con la cubierta del USS Green Bay en 2017. Por primera vez sale el vídeo a la luz

Un turbohélice MV-22B Osprey
Un turbohélice MV-22B OspreyWikipediaWikipedia

Cinco años después del dramático accidente en el USS Green Bay salen a la luz las primeras imágenes de la colisión en la que un turbohélice MV-22B Osprey se estrelló en el momento en que aterrizaba en el barco de guerra estadounidense cerca de Queensland, en Australia. Los tres tripulantes de la aeronave perdieron la vida y otras 23 personas resultaron heridas. El MV-22B Osprey es una aeronave militar polivalente, catalogada como convertiplano o aeronave de rotores basculantes, que tiene tanto capacidad de despegue y aterrizaje verticales como de despegue y aterrizaje cortos.

Tal y como se puede ver en el vídeo difundido en redes sociales, el siniestro se produjo cuando la aeronave intenta tocar la cubierta del barco de vuelo del buque de transporte anfibio USS Green Bay, de clase San Antonio. Algo sale mal y en un instante el aparato cae estrepitosamente y golpea la cubierta con la góndola del motor izquierdo.

El video fue grabado con el teléfono móvil de un soldado que iba a bordo del USS Green Bay. La grabación queda interrumpida cuando el Osprey cae bruscamente a la cubierta y todos los operarios presentes corren para evitar ser alcanzados.

A partir del vídeo ahora desclasificado se puede ver cómo el Osprey avanza por el lado de estribor de la cabina cuando golpea una escalera de acero. Es entonces cuando las palas de la hélice izquierda dañan la cabina y un helicóptero que estaba al lado. El impacto de la colisión aplasta la cabina y provoca la caída del aparato al agua, donde se hundió rápidamente.

La investigación publicado en su día por USNI News sostiene que la aeronave se estrelló debido a un exceso de la corriente descendente y a la falta de empuje para mantener el vuelo. Otra versión no oficial que recogió en su día la citada web sostiene que el aparato también podría haber caido por su peso excesivo.

Tras el accidente, el Comando de Sistemas Aéreos Navales examinó el impacto de la presión descendente en un avión en el momento del aterrizaje y la cantidad de energía que necesita un aparato como el Osprey para superar esa corriente y aterrizar de manera segura. Además, el Pentágono recomendó la renovación de la aeronave y reducir la carga a transportar.

La investigación de las autoridades puso de manifiesto que nadie tuvo la culpa y que no hubo un fallo humano por parte de los tres tripulantes a bordo. El Osprey estaba participando en un simulacro de evacuación de no combatientes y movimientos logísticos con otras aeronaves. En el pasado fue desplegado en operaciones de combate en Irak y Afganistán. Entre sus funciones destacan el transporte de tropas, el asalto aerotransportado, apoyo al combate e infiltración y extracción de fuerzas especiales.