Europa

Retirada

Rusia se repliega de Jersón ante el avance ucraniano

Es la primera gran ciudad capturada por Moscú. El Ejército ucraniano se muestra escéptico ante el abandono de algunas posiciones en la región

Las autoridades ucranianas aseguran que sus tropas han logrado recuperar la sede administrativa regional de Jersón, en el sur de Ucrania y ocupada por Rusia, donde ya han colocado la bandera nacional. Un alto funcionario designado por Rusia en Jersón anunció ayer en la televisión rusa que era «muy probablemente» que su Ejército se retirara de la región ucraniana.

«Los lugareños de la parte derecha de la región de Jersón informan de que las tropas rusas han abandonado los puestos de control en los asentamientos de Chornobaivka, Stepanivka y Bilozerka. En la propia ciudad, el número de personal militar (ruso) ha disminuido visualmente», escribió enTelegram el alcalde de Oleshky, Yevhen Ryshchuk.

Mapa de la contraofensiva de Ucrania frente al Ejército ruso en Jersón a finales de octubre de 2022
Mapa de la contraofensiva de Ucrania frente al Ejército ruso en Jersón a finales de octubre de 2022Europa PressEuropa Press

De confirmarse,Vladimir Putin se enfrenta a una derrota más, desde que decidiera invadir Ucrania hace más de ocho meses. La gran incógnita es cómo responderá Putin a una pérdida de una gran importancia estratégica en el sur, ya que después de cada revés militar Moscú ha respondido bombardeando infraestructura clave para la supervivencia de los civiles que aún se encuentran en territorio ucraniano. Kyiv sigue manteniendo una cierta precaución, ya que también se contempla que el anuncio de retirada sea una treta para distraer a los militares ucranianos en el frente.

La figura del presidente ruso, indiscutible hasta hace unos meses, se tambalea con las últimas noticias que llegan desde Ucrania. El mandatario llegó al poder en Rusia con la promesa de llevar al país a un lugar predominante de superpotencia mundial que la nación había perdido después de la desintegración de la Unión Soviética. Para Putin, el país merecía ocupar un papel de relevancia internacional para devolver el respeto y el orgullo a sus ciudadanos. Las reformas para modernizar su economía y las Fuerzas Armadas convirtieron a Rusia, al menos sobre el papel, en el segundo mejor equipado del mundo. Hasta antes de la guerra, la propaganda del Kremlin se esforzaba en difundir la idea de un cuerpo militar robusto y preparado para ganar sin complicaciones a un país como Ucrania.

A Putin lo acompañan internamente, desde hace años, una corrupción generalizada y un estancamiento económico. Sobre el terreno, el Ejército ruso ha mostrado déficits en el equipo militar, la cadena de mando y la organización de una guerra que el jefe del Kremlin pretendía terminar rápidamente, pero que ya se ha extendido hasta el noveno mes. Se estima que 70.000 soldados rusos han muerto en este tiempo, según los últimos datos del Ministerio de Defensa ucraniano. El Ejército ruso se enfrenta a nuevos soldados sin experiencia y preparación, fruto de la última movilización militar parcial, y a un equipo militar cada vez más desgastado.

En el plano internacional, desde que comenzó la invasión a gran escala el 24 de febrero, Rusia se ha convertido en una especie de paria internacional. Solo un puñado de socios igual de marginados como Siria, Corea del Norte y Nicaragua se han organizado para respaldar a Moscú en Naciones Unidas. De la antigua Unión Soviética, solo Bielorrusia ha votado con Rusia en la ONU.

La situación del Kremlin en Ucrania está llevando a Moscú a recurrir a Teherán en busca de armas guiadas de precisión. Sus propios arsenales se están agotando rápidamente y las sanciones internacionales están haciendo cada vez más difícil establecer una producción nacional de armas.

La inteligencia estadounidense mantiene que un Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, se ha desplegado hasta una base militar en Crimea para instruir a militares rusos. Los restos de los drones derribados y que posteriormente han sido analizados por la inteligencia ucraniana mantienen que no hay duda en la fabricación del material militar, los Shahed-131 (conocidos como «kamikazes») y el Shahed-136 más grande, son de producción iraní y Rusia los está utilizando en Ucrania. Ahora, existe el temor de que armas iraníes aún más peligrosas puedan estar en camino a Rusia. El abanico de amistades de Putin se extiende más allá de Teherán, EE UU acusó ayer a Corea del Norte de enviar de forma encubierta un número «significativo» de proyectiles de artillería a Rusia para ayudar a Moscú a reponer sus agotadas existencias.

Según las autoridades estadounidenses, los cargamentos de armas descritos como enviados a África u Oriente Medio terminan en Rusia. Para la potencias occidentales, las amistades inesperadas de Putin solo evidencian el agotamiento de los recursos del Kremlin y la efectividad de las sanciones contra la capacidad de producción de su industria de armas.

La opción nuclear

Sobre la mesa desde el inicio de la invasión, el presidente ruso no ha dejado caer en el olvido la opción nuclear del Kremlin. Funcionarios de Moscú han dicho en varias ocasiones que el país está dispuesto a utilizar armas nucleares en Ucrania. «Esto no es un farol», dijo Putin en septiembre. Según Washington, Rusia tiene hasta 2.000 armas nucleares tácticas, diseñadas para destruir las fuerzas enemigas en el campo de batalla. Aunque las armas tácticas tienen un menor rendimiento que las ojivas estratégicas, que pueden destruir ciudades y causar lluvia radioactiva. La semana pasada, Putin pareció dar marcha atrás en sus amenazas, diciendo en un foro en Moscú que no había planes de utilizar armas nucleares. “No lo vemos necesario”, dijo. “No tiene sentido, ni político ni militar”.