Escalada

Israel y Hamás retoman las hostilidades en la frontera de Gaza

Las sirenas antiaéreas vuelven a sonar en Siderot y las Fuerzas Aéreas israelíes responden con una ráfaga de misiles en una fábrica química en el centro de la franja, en una zona densamente poblada

Manifestantes palestinos queman neumáticos durante las protestas de este jueves en Beit Lahia
Manifestantes palestinos queman neumáticos durante las protestas de este jueves en Beit LahiaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Cuando apenas habían pasado dos días de la visita del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, a la región, en que urgió al liderazgo israelí y palestino máxima contención para evitar una escalada bélica de mayores proporciones, el Ejército israelí y el grupo islamista Hamás reanudaron las hostilidades en la frontera de la Franja de Gaza. Sobre las dos de la madrugada del jueves, las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en Sderot y otras localidades israelíes fronterizas, donde los residentes tienen apenas quince segundos para correr a los refugios blindados. Acorde al portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), doce proyectiles fueron disparados desde la franja costera. Parte eran misiles antiaéreos, y el resto proyectiles de los que habitualmente apuntan a los poblados colindantes a Gaza. La mayoría estalló en el aire o en áreas deshabitadas. A última hora del miércoles, las baterías antimisiles “Cúpula de Hierro” se activaron para neutralizar un cohete disparado hacia Sderot. Una mujer de 50 años resultó herida mientras intentaba refugiarse, y la metralla causó desperfectos en una calle de la localidad.

En respuesta a los lanzamientos, difundidos por Hamás en sus redes sociales, los cazas de las FDI bombardearon una factoría de materiales químicos para producir armamento en el centro de Gaza, donde los islamistas almacenaban proyectiles. “El ataque dañó significativamente sus capacidades y previene próximas adquisiciones de artillería por parte de la organización terrorista Hamás”, señaló el portavoz militar hebreo. Los bombardeos sobre factorías, lanzaderas o túneles subterráneos de Hamás son la respuesta habitual del Ejército israelí tras los disparos de misiles desde Gaza, aunque algunos residentes del sur lo consideran insuficiente, y reclaman una operación militar a gran escala para liquidar las capacidades militares de las facciones armadas palestinas. Miembros del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu reclamaron recientemente retomar la política de asesinatos selectivos de altos mandos del grupo islamista como mecanismo de intimidación. “Las FDI responsabilizan al grupo terrorista Hamás de toda actividad procedente de Gaza, y deberá afrontar las consecuencias de violar la seguridad de lsrael”, concluyó el comunicado. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que “todo intentó de lastimar a los residentes del sur será respondido con la fuerza de las FDI”.

Destrucción en Gaza

Medios palestinos difundieron imágenes de los bombardeos israelíes, que causaron destrozos e incendios en zonas densamente pobladas de Gaza, pero no provocaron muertos ni heridos. Se trata de la segunda ronda de misiles lanzados desde la franja costera en una semana, enmarcados en un creciente clima de tensión regional. Las facciones palestinas ya lanzaron misiles el viernes pasado, en respuesta al operativo militar hebreo en Jenín (Cisjordania) que causó nueve víctimas, la mayoría integrantes de la Yihad Islámica. El posterior atentado palestino en los aledaños de una sinagoga de Jerusalén, que causó siete muertes, aumentó el temor de que la situación se descontrolara.

En Jenín, convertido en epicentro de los combates entre facciones armadas y las tropas israelíes, un militante palestino abrió fuego ayer contra un puesto militar en los aledaños de la ciudad. Las FDI culminaron un nuevo operativo, en que arrestaron a 17 sospechosos. En Nablus también entraron de madrugada jeeps militares israelíes, que fueron recibidos a pedradas por los lugareños.

Sin coordinación de seguridad

Durante su reciente visita, Blinken urgió a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a que retomara la coordinación de seguridad con Israel, parcialmente detenida tras la redada masiva de la semana pasada. Reportes en la prensa hebrea destacaron que la Casa Blanca pretende financiar nuevas unidades especiales de la policía palestina para reforzar su presencia en Nablus o Jenín, donde el vacío dejado por la ANP fue tomado por nuevas facciones armadas locales.

En 2022, las FDI arrestaron a unas 2.500 personas en redadas nocturnas, y 171 palestinos fueron abatidos por fuego israelí. Solamente en enero de este año, los operativos militares en Cisjordania han dejado 35 víctimas mortales, la mayoría involucradas en ataques armados o disturbios. Las escaramuzas en Cisjordania se dispararon tras una serie de atentados el año pasado, que dejaron 31 víctimas israelíes. Ante el temor de nuevos ataques, el ejecutivo de Netanyahu pretende aprobar miles de permisos de armas para civiles.

“La violencia entre palestinos e israelíes no está conectada o motivada por un ciclo. Es el resultado de una estructura entera y el ambiente conflictivo entre ambos bandos. No hay ciclo de violencia, hay un sistema de violencia”, apuntó el analista Michael Koplow, del Israel Policy Forum. En su opinión, la región se encuentra ante un posible derramamiento de sangre “en el que nadie tiene ideas robustas sobre cómo afrontarlo. La única manera de solventarlo es arreglar el sistema, no un ciclo concreto”.