EE UU

Condenado a 20 años de cárcel un expolicía por torturar a dos afroamericanos en Misisipi

Hunter Elward y otros cinco policías irrumpieron en una casa sin permiso judicial y agredieron a los dos hombres con pistolas eléctricas, un juguete sexual y otros objetos

Expolicías condenados en Mississippi
Los expolicías condenados en Misisisipi. Desde la izquierda superior: Hunter Elward, Christian Dedmon, Brett McAlpin, Jeffrey Middleton, Daniel Opdyke y Joshua HartfieldAgencia AP

Un expolicía de Misisipi, Hunter Elward, fue condenado este martes a 20 años de prisión por su papel en la tortura de dos afroamericanos después de que un vecino denunciara que los hombres se estaban quedando en una casa con una mujer blanca.

Elward fue sentenciado por el juez federal de distrito Tom Lee a 241 meses de cárcel. Del mismo modo, también condenó a otros cinco ex agentes que admitieron someter a Michael Corey Jenkins y a Eddie Terrell Parker a torturas racistas.

Antes de dictar sentencia, Lee calificó los crímenes de Elward de “asombrosos y nefastos” y añadió: “Una sentencia al máximo de lo permitido está justificada, mejor dicho, más que justificada”. Continuó: “Es lo que se merece el acusado. Es lo que se merecen la comunidad y las víctimas del acusado”.

En enero de 2023, los seis policías irrumpieron en una vivienda en el condado Rankin sin permiso judicial y agredieron a Jenkins y Parker con pistolas eléctricas, un juguete sexual y otros objetos. Elward admitió haberle metido una pistola en la boca a Jenkins y hacer un “simulacro de ejecución” que salió mal.

La pesadilla empezó el 24 de enero de 2023, con una llamada racista para aplicar violencia extrajudicial. Una persona contactó con el expolicía Brett McAlpin, del condado Rankin, y se quejó de que dos hombres negros estaban en una casa con una mujer blanca en Braxton.

McAlpin le dijo al policía Christian Dedmon, quien texteó a un grupo de policías blancos tan dispuestos a usar fuerza excesiva que se autodenominaban “The Goon Squad” (“El Escuadrón de Matones”).

Una vez dentro de la vivienda, esposaron a Jenkins y a su amigo Parker y les derramaron leche, alcohol y jarabe de chocolate sobre sus caras. Los obligaron a desnudarse y ducharse juntos para ocultar la suciedad. Les profirieron insultos racistas y les electrocutaron con las pistolas eléctricas.

Después de que el simulacro de ejecución saliera mal cuando Jenkins fue disparado en la boca, tramaron la manera de encubrirlo plantando drogas y una pistola en la casa. Durante meses pendieron cargos falsos contra Jenkins y Parker.