Argentina
El «decretazo» de Milei en Argentina: ajuste fiscal y de gasto
El nuevo ministro de Economía anuncia este martes los recortes sobre los precios subsidiados y a las duplicidades del Estado
En el primer lunes de gestión del presidente argentino, Javier Milei, la incertidumbre recorrió las calles tras el anuncio del inminente «shock» económico para sacar al país de la grave crisis que afronta.
Según encuestas previas, cerca del 60% de los argentinos está de acuerdo con el ajuste, aunque la expectativa los embargue: qué va a pasar con los precios, los salarios, la cotización del dólar; en cuánto se incrementarán las tarifas de los servicios públicos, casi todos subsidiados por el Estado (transporte, luz, agua y gas); cuántos de los programas y planes sociales que asisten a más de siete millones de argentinos y sus respectivas familias subsistirán.
Y a todo eso se suma la pregunta a dónde van a ir a parar esos miles de empleados públicos de los nueve ministerios que la «motosierra» Milei dejó en el aire al firmar su primer decreto para quedarse sólo con la mitad de ministros, con los que despachó hasta el mediodía de este lunes.
La incertidumbre se prolongará algunas horas más. Los argentinos deben esperar hasta hoy para saber las respuestas a todas esas interrogantes que afectan transversalmente sus vidas. Será el ministro de Economía, Luis Caputo, quien anunciará las primeras medidas del ajuste económico que se resumen en recorte fiscal, liberación de precios y ajuste en el tipo de cambio. Caputo, ex funcionario «de la casta», en la gestión del expresidente Mauricio Macri, seguía reunido con su comité de técnicos para finiquitar su primer paquete de medidas económicas que lanzará en las próximas horas.
En la antesala de tales anuncios, Manuel Adorni, flamante portavoz del Gobierno, se encargó de dar algunos mínimos avances. En un conferencia de prensa, dijo que «‘el no hay plata’ no es una frase hecha, no hay plata y se va a respetar a rajatabla el equilibrio fiscal». Y redundó en que «el camino es cambiar Argentina, es terminar con esta Argentina de decadencia, con un 45% de pobres y con una inflación que nos acompaña desde hace 21 años».
Al ser consultado por el futuro de ese contingente de empleados públicos después de que Milei señalara que el ajuste recaerá sobre el Estado, Adorni refirió que «la gran mayoría de la gente que trabaja en el Estado es válida y necesaria», pero aclaró que Milei «va a combatir lo que se denomina el empleo militante, los empleados que están por una cuestión política y que no aportan nada».
Sobre la liberación de precios, algunos analistas ya empiezan a especular con una subida de al menos el 300% en los precios de los mayoristas. Ya en las últimas semanas se incrementaron los precios de algunos productos de la cesta básica que eran subsidiados por el Estado bajo la política de «precios cuidados». Y es que el Gobierno kirchnerista bajo un acuerdo con algunos productores y empresarios subsidiaba los precios en los supermercados de al menos 50 productos de la «cesta básica familiar».
Así, por ejemplo, un aceite de girasol de un litro que se vendía por 580 pesos (poco más de un euro) en el supermercado, ha pasado en los últimos días a costar 1.500 pesos. Se espera que en los próximos días subirá hasta tres veces más su precio.
A día de hoy, las estanterías de algunas grandes cadenas de supermercados como La Anónima, Carrefour y Coto lucían vacías. Durante el fin de semana, los previsores y con capacidad adquisitiva habían podido abastecerse, aunque de manera limitada: el subsidio también restringe los productos. Nadie podía llevar más de 2 litros de aceite o dos kilos de azúcar, por ejemplo.
Se anuncia que los más afectados con la anulación de la política de subsidios en los servicios básicos será la clase media, que en un 70% percibe la gracia del subisidio, que ya no verá quizás en su factura del fin de mes. Milei ha hablado de una «tarifa social» para la población más pobre y vulnerable. La política de subsidios promovida por el Estado atraviesa la vida de los argentinos desde que se despiertan hasta que se van a dormir.
En Buenos Aires, un trabajador que toma el transporte público pagaba hasta hace unos días 85 pesos por su billete, sólo el 15% del precio real. Si efectivamente se anulan los subsidios al transporte público, tendría que pagar 700 pesos (cerca de 2 euros), lo que afectará enormemente a su salario.
Estará ahora por verse si todos estos ajustes económicos son rechazados o tolerados en el Congreso, en las calles o en la Justicia. Esta semana también Milei tendrá la prueba de fuego con los sindicatos y movimientos sociales y obreros.
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