Francia
Angélique, la otra revolución francesa
El funeral de la niña francesa asesinada por un violador reincidente supuso ayer el punto álgido de la ola de rabia en un país que se debate entre el derecho a la reinserción y la obligación de impedir otra tragedia
El funeral de la niña francesa asesinada por un violador reincidente supuso ayer el punto álgido de la ola de rabia en un país que se debate entre el derecho a la reinserción y la obligación de impedir otra tragedia.
Miles de personas esperaban en silencio ayer sábado por la mañana la llegada de los restos de la adolescente Angélique Six a la iglesia de Wambrechies, la pequeña localidad de apenas 9.000 habitantes cercana a Lille donde vivía la niña asesinada y violada el pasado 25 de abril. Ayer, los restos de Angelique recorrieron por ultima vez las calles de Wambrechies, que aparecen estos días plagadas de flores, peluches y cartas escritas por niños de toda Francia. Su trágica muerte a manos de un violador reincidente ha revolucionado el país y ha provocado que la mirada de los franceses se vuelva hacia ellos mismos y, más concretamente, hacia un sistema penal que ha demostrado su completa insuficiencia.
Incluso uno de los ministros más destacados del gobierno de Macron, Gérald Darmanin, que fue alcalde de la vecina localidad de Tourcoing, asistió a un homenaje que han retransmitido en directo varias televisiones nacionales, y que da muestra de la conmoción que el caso de esta adolescente ha producido durante los últimos diez días, desde su desaparición.
El asesino confeso de Angélique, padre de familia, había cumplido una condena por violación a otra menor en 1994 y su nombre figuraba en el fichero nacional por infracciones sexuales o violentas, creado en 2005 para evitar precisamente la reincidencia en este tipo de crímenes, hecho que ha aumentado la rabia en todo el país ante este sórdido crimen, como lo describió la fiscalía de Lille que ha dirigido las investigaciones. El último punto en el que se centran las pesquisas es en si el asesino confeso, David Ramault, de 45 años, padre de dos niños que permanece desde la noche del lunes en prisión, es la misma persona que durante los días previos a la desaparición de Angélique fue vista en varios puntos de la región masturbándose delante de grupos de niños y adolescentes. Ramault respetaba las reglas que le imponían figurar en el fichero de delincuentes sexuales, entre ellas un control policial regular, aseguró el lunes el fiscal de Lille, Thierry Pocquet du Haut-Jussé. La esposa de Ramault está «totalmente destruida», ha asegurado su abogado al diario «Le Parisien». Según el rotativo, la mujer, que asegura no haber sospechado nunca nada de su marido, acaba de presentar una denuncia por actos de vandalismo contra la vivienda familiar.
Angélique desapareció el pasado 25 de abril. La Policía y toda la región de Lille se movilizaron de inmediato hasta que el sábado pasado por la noche el autor confeso del crimen fue arrestado. Reconoció enseguida los hechos y llevó a la Policía hasta el lugar exacto donde estaba el cadáver, en un camino de bosque, sin ropa, según explicó la fiscalía de Lille. Angelique murió de asfixia traumática a manos de su asesino, a quien conocía de vivir en su mismo edificio hace años. Ramault engañó a Angelique con el pretexto de tener unos objetos que darle a sus padres en su casa. Todo sucedió en apenas un cuarto de hora en el baño de la casa que el asesino cierra con llave. A partir de su confesión, el detenido ha escrito varias cartas intentando explicar lo inexplicable a su propia familia. En ellas habla de «pulsiones», «lagunas de memoria» y «desórdenes vitales».
Una situación que ha provocado la frustración de la comunidad de Wambrechies. Para el primer teniente de alcalde de la localidad, Michel Sas, resulta «incomprensible tener un habitante que es un delincuente sexual y que nadie estuviera al tanto de ello», según afirmó en declaraciones a medios locales. «No pido que se aplique una ley a la americana, donde se publica el nombre y la foto de los depredadores sexuales. Pero hay un punto medio entre Francia, donde no se sabe nada, y Estados Unidos, donde se sabe todo», agregó.
«En realidad no se trata de una herramienta de prevención, simplemente ayuda en las investigaciones», ha declarado Rodolphe Constantino, abogado de una de las asociaciones de defensa de la infancia más reputadas de Francia. «Estamos en una situación desgraciadamente muy común, en la que alguien que ya ha sido condenado por agresiones sexuales no ha realizado un proceso que le hubiese llevado a la cura», lamentó en un comunicado la asociación «Stop a la violencia sexual». «Es necesario que la Justicia encuentre una forma de parar a estos sádicos», sentenció con rabia durante esta semana ante las cámaras de la televisión la tía de Angélique dando voz al sentir de todo un pueblo.
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