Covid-19

Una mujer vive encerrada más de un mes en una cabina telefónica por las restricciones contra el coronavirus de Shanghái

Las imágenes de las autoridades chinas desalojando a la mujer provocaron una fuerte polémica

Imagen de una cabina telefónica de Shanghái
Imagen de una cabina telefónica de ShangháiDreamstime

El confinamiento en Shanghái ha causado numerosos problemas en la ciudad china. La economía casi totalmente detenida provocó escasez de alimentos, pérdidas de trabajo y desalojos de los hogares. También cierres de obras de construcción, empresas y prohibición de las ventas ambulantes, así como el no estar permitido salir de casa durante la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.

Tal es la gravedad de la situación que una mujer inmigrante de la urbe estuvo viviendo en una cabina telefónica durante la etapa más dura del confinamiento. A pesar de no tener hacia donde ir, fue evacuada del lugar por las autoridades sanitarias de la ciudad. Las imágenes del polémico desalojo se hicieron virales en las redes sociales.

Según el diario China Youth Daily, la mujer era una trabajadora de unos 50 años que vivió durante todo el mes de abril, y desde antes de marzo, en la zona. Ocasionalmente sacaba a pasear a su perro. Sus condiciones de vida salieron a la luz cuando un residente de un apartamento de gran altura al otro lado de la calle informó de la situación.

Sin poder tener sustento ni lugar para vivir, se hizo un espacio en la cabina telefónica, pero otros como ella tuvieron que dormir sobre cartones en los estacionamientos, en camas improvisadas debajo de los puentes o en tiendas de campaña instaladas en la acera.

Arrojando sus pertenencias en la acera y sellando la cabina con cinta adhesiva, las autoridades desalojaron a la mujer de su único refugio. Sosteniendo a su perro contra su pecho, la mujer salió descalza y desapareció bajo la lluvia.

Para muchos, las dificultades de la mujer se sumaron a la frustración de los residentes con un encierro prolongado. En otro caso, un anciano de 75 años fue colocado en una bolsa para cadáveres destinada a un crematorio después de que se creía que estaba muerto, pero fue encontrado con vida cuando los trabajadores lo subieron a un camión. “Soy un trabajador. Me voy a morir de hambre”, decía, una vez que fue sacado de la bolsa.