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Berlusconi fulmina a Monti
El primer ministro italiano, Mario Monti, presentará su dimisión en cuanto se aprueben los presupuestos del Estado para el año próximo
Mario Monti se va. Trece meses más tarde de su llegada al poder en Italia después de que el anterior primer ministro, Silvio Berlusconi, dejase el país al borde del precipicio, se ve obligado a dimitir debido a que el partido de su antecesor, el Pueblo de la Libertad (PDL), le ha retirado la confianza en el Parlamento. Monti considera que las declaraciones del secretario general del PDL, Angelino Alfano, quien dijo el viernes que consideraba «concluida» la experiencia del Ejecutivo, tienen el mismo valor que una votación de confianza perdida en las Cámaras.
El primer ministro sólo dilatará su dimisión el tiempo necesario para aprobar los presupuestos del año próximo. Éstos deben ser votados en el Senado a mitad de la próxima semana, tras lo que pasarán de nuevo a la Cámara de los Diputados para un tercer examen. Se espera que todo el proceso legislativo concluya antes de la Navidad. Monti anunció su intención de dimitir y acabar así con el Gobierno técnico después de entrevistarse anoche con el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Según informó la jefatura del Estado, el primer ministro hablará «cuanto antes» con las distintas formaciones políticas para saber si pueden aprobarse en un «tiempo breve» los presupuestos. A continuación presentará su «dimisión irrevocable» al presidente de la República.
Napolitano se ha reunido en los últimos días con los líderes de los principales partidos para intentar reconducir la crisis provocada por la abstención el jueves de los senadores y diputados del PDL en dos votaciones. Los parlamentarios del partido de Berlusconi retiraron su apoyo al Ejecutivo de Monti tras el anuncio de «Il Cavaliere» de que estaba «asediado» de peticiones para volver a ser el candidato de la derecha en las próximas elecciones. La posibilidad de que el magnate retornase a la primera línea política fue vista con malos ojos por uno de los ministros de Monti, lo que provocó una ola de críticas en las filas del PDL.
Competir para ser el primero
Por primera vez desde que estalló la actual crisis política, Berlusconi habló ayer para hacer buenos los rumores sobre su regreso. Dijo que vuelve y que lo hace para ganar, pues ya sea en «el deporte, los negocios, los estudios y la política», él sólo compite para ser el primero. «No he echado de menos el Gobierno ni un solo minuto. Vuelvo a interesarme de la cosa pública con desesperación y lo hago una vez más por sentido de responsabilidad», comentó el ex primer ministro. Fiel a su estilo, no hizo el anuncio en el Parlamento ni en una sede de su partido, sino que eligió Milanello, donde se entrena su equipo de fútbol, el Milan. Ante un corrillo de periodistas, afirmó que el 10 de marzo sería una buena fecha para celebrar las elecciones generales. También garantizó que el PDL no boicoteará la aprobación de los presupuestos y confió en que se cambie la ley electoral antes de los próximos comicios. Esta posibilidad es muy remota, pues los partidos llevan toda la legislatura tratando esta reforma y no han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Alfano aplaudió el anuncio de Monti y aseguró que está dispuesto a «acelerar los tiempos» para que los Presupuestos sean ley cuanto antes. El considerado durante tiempo como delfín de «Il Cavaliere» insistió en la supuesta «responsabilidad» mostrada por su formación en este episodio e invitó al líder del Partido Democrático (PD), Pier Luigi Bersani, a que baje el tono. Éste consideró que Monti había respondido con un «acto de dignidad» a la «irresponsabilidad» de la derecha, «que ha traicionado el compromiso realizado hace un año, abriendo de hecho la campaña electoral».
Bersani, vencedor de las recientes primarias celebradas por la izquierda, lo tiene todo de cara para convertirse en el próximo primer ministro italiano. La consulta popular organizada por el PD logró un gran éxito de participación y ahora la actitud difícil de entender de Berlusconi aún le granjea más simpatías entre el público. Una reciente encuesta publicada por el diario «La Repubblica» auguraba para Bersani un 37,8% de los votos, casi cinco puntos más que en las últimas elecciones. El partido de Berlusconi, en cambio, sufriría un retroceso brutal, pasando del 37,4% de 2008 al 18,2%.
La gran sorpresa de los comicios podría ser el Movimiento 5 Estrellas, liderado por el histriónico cómico Beppe Grillo, que alcanzaría el 15%. Otros sondeos le dan incluso un mayor apoyo y pronostican que estas listas ciudadanas podrían convertirse en el segundo partido más votado. Se da por hecho que en el Parlamento también entrarán con un 5% de las papeletas el partido Izquierda, Ecología y Libertad, del ex comunista Nichi Vendola, con el que el PD se aliará para formar Gobierno. El otro socio de Bersani en el Ejecutivo podría ser la formación centrista UDC, liderada por Pierferdinando Casini, quien lograría también un 5%, según la citada encuesta publicada en «La Repubblica».
Italia se adentra así en un periodo de máxima inestabilidad política en un momento en el que los mercados siguen desconfiando de su capacidad para salir de la crisis de la deuda que golpea el país desde hace un año.
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