Terrorismo yihadista

Boko Haram proclama el califato islámico en el nordeste de Nigeria

El líder de la secta islamista nigeriana Boko Haram, Abubakar Shekau, ha proclamado el califato en la localidad de Gwoza, en el nordeste de Nigeria, tomada el pasado jueves por las milicias del grupo. Shekau ha realizado la declaración en un vídeo publicado por la agencia de noticias AFP.

"Gracias sean dadas a Alá, quien dio la victoria a nuestros hermanos en Gwoza y la ha convertido en parte del califato islámico", afirma Shekau en un vídeo de 52 minutos de duración. "Por la gracia de Alá no nos iremos de la localidad. Hemos venido para quedarnos", ha añadido.

En julio Shekau apareció en otro vídeo en el que declaraba su apoyo a Abu Bakr al Baghdadi, califa del Estado Islámico proclamado a finales de junio en el este de Siria y el oeste de Irak. Sin embargo, no queda claro si Shekau se suma con su declaración al califato del Estado Islámico o si supone un califato nigeriano totalmente nuevo.

El norte de Nigeria albergó en el siglo XIX el califato de Sokoto, una autoridad separada de otros reinos islámicos y del califato oficial, reivindicado por el Imperio Otomano.

Boko Haram controla varias localidades más cerca de Gwoza, en el sur del estado de Borno, así como grandes extensiones del norte de Borno y al menos otra localidad en el estado de Yobe.

El discurso de Shekau dura 25 minutos, tras los cuales se muestra a milicianos en camionetas disparando lanzagranadas y a grupos de insurgentes islamistas fuertemente armados caminando tranquilamente por una carretera. En las imágenes aparece lo que parece la toma de un cuartel en la que los islamistas hallan armamento, abundante munición y bidones de combustible.

También se muestra a un grupo de milicianos subidos a un carro de combate y ondeando la bandera negra islamista. Al final del vídeo se muestran una serie de atroces ejecuciones muy similares a las incluidas por el Estado Islámico en sus vídeos de propaganda.

En una de las ejecuciones se puede ver a una veintena de hombres vestidos de civiles con las manos atadas a la espalda tumbados en una cuneta que son ejecutados con disparos a quemarropa. En otra escena se muestra a dos hombres que, según Shekau, intentaron huir vestidos de mujeres y que son golpeados con palas hasta la muerte.