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Boko Haram tiñe de sangre la jornada electoral en Nigeria
El grupo yihadista quema y decapita a decenas de personas en el noroeste del país
Nigeria afronta el mayor desafío electoral desde la reinstauración de la democracia en 1999. El país más poblado de África y primera potencia económica del continente celebró ayer la primera de dos jornadas electorales para elegir al nuevo presidente y Gobierno en un ambiente caótico debido a las fallos en el sistema de votaciones y a la violencia del grupo yihadista Boko Haram, que amenazó con convertir en un baño de sangre el proceso electoral. Los comicios se han celebrado con seis semanas de retraso debido a la campaña de terror del grupo radical que ha jurado lealtad al Estado Islámico. Pese al temor a los ataques, los votantes han desafiado a Boko Haram y acudieron ayer a votar en masa.
Los centros electorales abrieron tarde en muchos lugares, debido al retraso de los funcionarios para hacer llegar el material de votación. Otro de los contratiempos que hizo retrasar la votación hasta hoy fueron los problemas con las tarjetas de identificación. Incluso, el propio presidente, el cristiano Goodluck Jonathan, aspirante a la reelección, fue víctima de esos problemas en su ciudad Otuoke. La máquina no pudo reconocer su perfil biométrico, por lo que fue acreditado a mano, para que pudiera depositar su voto.
La violencia marcó la jornada electoral, especialmente en el norte del país, donde Boko Haram ha declarado un califato islámico. El primer aviso de que los yihadistas harían lo posible por bombardear el proceso llegó a las siete y media de la mañana, cuando estalló una bomba sin causar heridos, junto a un colegio electoral en la localidad de Enugu. Los ataques se produjeron en las poblaciones de Birin Bolawa y Birin Fulani, estado de Gombe, donde los terroristas, irrumpieron en al menos dos centros de votación, y dispararon contra la gente y quemaron las papeletas. Después recorrieron las poblaciones quemando vehículos e instando a la gente a que no saliera de sus casas y se abstuviera de participar en las elecciones. En otro ataque despiadado, al menos 23 personas fueron decapitadas o quemadas en sus casas en una aldea del noreste de Nigeria, según una fuente oficial. «Todos nosotros corrimos al bosque», dijo Malam Ibrahim Adamu, un consejero en Barutai, en el estado de Borno. «Aquellos que tuvieron menos suerte fueron capturados en sus casas y masacrados», agregó antes de detallar que los terroristas emplearon motosierras para decapitar a las víctimas.
La Comisión Electoral anunció que los resultados se anunciarán mañana a más tardar. Estas elecciones, como todas las que han celebrado desde 1999, siempre han tenido un claro vencedor: el Partido Democrático del Pueblo, al que pertenece Jonathan. Su victoria ya era clara en los comicios de 2011 y su reelección está más que asegurada. La única sorpresa será por cuanta diferencia se quedará con su rival musulmán, Muhammadu Buhari.
El segundo mandato de Jonathan estará lleno de retos. El mandatario cristiano se enfrenta a la amenaza, cada vez mayor del islamismo radical, la corrupción endémica de las instituciones, las malas gestiones en las finanzas del petróleo, que representa el 70 por ciento de los ingresos del Gobierno, y mejorar el nivel de vida del 60 por ciento de la población, que sobrevive con menos de un dólar al día.
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