Caso Snowden
Bolivia y Venezuela usan a Snowden para retar a EE UU
Morales y Maduro ofrecen asilo al analista en protesta por el cierre del espacio aéreo al presidente boliviano
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ofreció ayer asilo político a Edward Snowden en respuesta a la afrenta sufrida esta semana cuando varios países europeos negaron el paso a su avión, precisamente por temor a que estuviera a bordo el ex analista de la CIA. «Decirles a los europeos y a los norteamericanos que ayer estaba reflexionando, y como justa protesta quiero decirles ahora que vamos a dar asilo si nos lo pide ese norteamericano perseguido por sus compatriotas. No tenemos ningún miedo», anunció Morales.
Es lo que los medios bolivarianos ya denominan «la revancha del Sur». Evo Morales se suma así al ofrecimiento del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien el viernes anunció de forma oficial que Snowden encontraría «asilo humanitario» en Venezuela para protegerle de «la persecución imperial». El tercer país latinoamericano en ofrecerle asilo ha sido Nicaragua por boca de su presidente, Daniel Ortega.
Para salir de Moscú, Snowden podrá viajar aunque carezca de pasaporte y le bastaría con un documento de viaje del país de destino, que haría las veces de salvoconducto, según informaron a Efe fuentes diplomáticas europeas. En todo caso, ambas partes tendrán que hilar muy fino, porque Washington ya ha dejado claro que ha contactado con terceros países para pedirles ayuda en caso de aterrizaje de un avión con Snowden a bordo.
En un primer momento, el informático norteamericano había solicitado asilo en Rusia a través de su abogada, Sarah Harrison. Sin embargo, el presidente Vladimir Putin respondió que sólo se podría quedar si dejaba de revelar información secreta sobre el espionaje realizado por la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, en sus siglas en inglés).
Parece que Snowden no está dispuesto a detener las filtraciones que han puesto en alerta a Washington y enfurecido a los países de la UE al saber que han sido espiados por su socio. Por eso decidió enviar una solicitud de asilo a 21 naciones –la lista se amplió ayer a seis–, muchas de las cuales ya han rechazado la petición. Mientras tanto, Snowden seguirá en Moscú, si bien el Gobierno ruso parece estar perdiendo la paciencia y ya ha dado señales de que quiere cerrar este capítulo con la marcha del ex espía.
Sin pasaporte (EE UU se lo revocó) y sin vuelos comerciales directos de Moscú a Caracas, ¿cómo podría hacer el informático que trabajó junto a la CIA para sortear los 10.000 kilómetros que separan ambas ciudades? Para el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, la vía venezolana «es la más factible». A diferencia de Bolivia, cuyos aviones no tienen la autonomía de vuelo necesaria, Venezuela puede encontrar la manera de mover a Snowden, ha asegurado el ex presidente mexicano de Vicente Fox.
Es difícil saber aún si habrá represalias del Gobierno norteamericano. Dependiente del petróleo chavista, la Administración Obama podría optar por la presión diplomática, deslegitimando al Gobierno de Maduro y respaldando a la oposición venezolana en su lucha por desacreditar a un presidente que ganó bajo denuncias de fraude.
Pero hay otra opción. Fuentes del Ministerio de Migraciones argentino advierten de que una alternativa podría ser quedarse en la embajada de Venezuela en Moscú, siguiendo los pasos del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que sigue alojado en la embajada de Ecuador en Londres. En caso de que Edward Snowden no pudiera recibir asilo en ningún país, tanto el Defensor del Pueblo como el jefe del Servicio Federal de Inmigración rusos abogaron porque sea el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados quien se encargue del caso.
«Caracas, la mejor opción»
Alexéi Pushkov, jefe del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados de Rusia, expresó ayer que «el asilo de Snowden en Venezuela sería la mejor de las opciones» ya que «este país tiene una tensa relación con EE UU. Peor no va a ser». Pushkov transmitió así el punto de vista que, según algunos, mantiene el Gobierno ruso. Pushkov agregó ayer que el ex analista «no se va a quedar a vivir en Sheremetievo», el aeropuerto donde se encuentra ahora.
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