Unión Europea
Bruselas quiere eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050
La UE, que cuenta con más de 500 millones de habitantes y para 2050 espera que aumente un 30 %, es responsable del 10 % de las emisiones globales de CO2
La UE, que cuenta con más de 500 millones de habitantes y para 2050 espera que aumente un 30 %, es responsable del 10 % de las emisiones globales de CO2
La Comisión Europea (CE) ha adoptado hoy una visión estratégica a largo plazo para una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra para 2050 a través del informe "Un planeta limpio para todos", al que ha tenido acceso LA RAZÓN.
El estudio apuesta por elevar la ambición en una transición que transformará "radicalmente nuestro sistema energético, sector agrícola, modernizará nuestro tejido industrial, nuestros sistemas de transporte y nuestras ciudades, afectando a las actividades de toda al sociedad".
La estrategia muestra cómo Europa puede liderar el camino hacia la neutralidad climática mediante la inversión en soluciones tecnológicas realistas, la capacitación de los ciudadanos y la armonización de la acción en ámbitos clave como la política industrial, la financiación o la investigación, garantizando al mismo tiempo la justicia social para una transición justa.
Según Maroš Šefčovič, vicepresidente responsable de la Unión de la Energía, «no podemos vivir de forma segura en un planeta cuyo clima está fuera de control. Pero eso no significa que para reducir las emisiones debamos sacrificar los medios de vida de los europeos. En los últimos años, hemos demostrado cómo reducir las emisiones, creando al mismo tiempo prosperidad, puestos de trabajo locales de alta calidad y mejorando la calidad de vida de las personas. Inevitablemente, Europa continuará su transformación. Nuestra estrategia muestra ahora que para 2050 es realista hacer de Europa un espacio a la vez climáticamente neutro y próspero, sin dejar de lado a ningún Europeo ni ninguna región.»
La UE, que cuenta con una población que supera los 500 millones de habitantes y para 2050 espera que aumente un 30 %, es responsable del 10 % de las emisiones globales de CO2.
Actualmente las instituciones comunitarias y los estados miembros legislan para reducir sus gases contaminantes en un 45 % en 2030, pero el Ejecutivo comunitario quiere acelerar en el viaje desde un pasado de petróleo y carbón hasta un futuro de electricidad y gas.
Miguel Arias Cañete, comisario responsable de Acción por el Clima y Energía, ha añadido que «la UE ya ha iniciado la modernización y la transformación hacia una economía climáticamente neutra. Y hoy intensificamos nuestros esfuerzos al proponer una estrategia para que Europa se convierta en la primera gran economía del mundo climáticamente neutra para 2050. Conseguirlo es necesario, posible y redunda en el interés de Europa. Es necesario cumplir los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París. Esto es posible con las tecnologías actuales y con las que van a desplegarse próximamente. A Europa le interesa frenar el gasto en importaciones de combustibles fósiles e invertir en mejoras significativas para el día a día de todos los europeos. Ningún europeo, ninguna región debe quedarse atrás. La UE prestará su apoyo a los más afectados por esta transición, a fin de que todos estén preparados para adaptarse a los nuevos requisitos de una economía climáticamente neutra.»
Próximos pasos:
La Comisión Europea invita al Consejo Europeo, al Parlamento Europeo, al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social a considerar la visión de la UE para una Europa climáticamente neutra para 2050. A fin de preparar a los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE para configurar el futuro de Europa en el Consejo Europeo de 9 de mayo de 2019 en Sibiu, los ministros de todas las formaciones pertinentes del Consejo deben celebrar amplios debates políticos sobre la contribución de sus respectivos ámbitos políticos a la visión global.
La estrategia a largo plazo es una invitación a la participación de todas las instituciones de la UE, de los parlamentos nacionales, del sector empresarial, de las organizaciones no gubernamentales, de las ciudades y de las comunidades, así como de los ciudadanos, y especialmente de los jóvenes, en la tarea de garantizar que la UE pueda seguir mostrando liderazgo e inspirar a otros socios internacionales a hacer lo mismo. Este debate con conocimiento de causa a escala de la UE deberá permitir a la UE adoptar y presentar a la CMNUCC una estrategia ambiciosa a más tardar a principios de 2020, tal como se solicitó en el Acuerdo de París.
Los Estados miembros presentarán a la Comisión Europea, a más tardar a finales de 2018, sus proyectos de planes nacionales en materia de clima y energía, que son fundamentales para la consecución de los objetivos climáticos y energéticos para 2030 y que deben orientarse al futuro y tener en cuenta la estrategia a largo plazo de la UE. Además, un número creciente de regiones, municipios y asociaciones empresariales están elaborando sus propias visiones para 2050, lo cual enriquecerá el debate y contribuirá a definir la respuesta de Europa al desafío mundial del cambio climático.
Los beneficios de apostar por una economía neutra en carbono -capaz de absorber el CO2 que produce- redundarían en la salud de los ciudadanos y aliviarían sus costes sanitarios pues "cada euro invertido en renovables ahorra dos en salud", señala la CE.
La UE mejoraría su posición geopolítica y sus relaciones comerciales con el resto del mundo, según Bruselas, que calcula que se podría ahorrar hasta el 70 % de los 266.000 millones de euros que la Unión gasta cada año en importar combustibles fósiles, esencialmente petróleo y gas.
En materia de electricidad, Bruselas propone pasar a un sistema dominado por las renovables, aunque con espacio para la energía nuclear, que no genera CO2 pero sí residuos radiactivos.
"El despliegue de energías renovables a gran escala llevará a la electrificación de nuestro economía y a un mayor grado de descentralización", dice el documento, que pronostica que la demanda eléctrica final en 2050 se doblará respecto a la actual, para alcanzar el 53 %.
Para lograr ese objetivo, la inversión actual en el sistema energético debería incrementarse desde el 2 % hasta el 2,8 %.
En cuanto al transporte, responsable de cerca del 25 % de las emisiones de CO2 de la UE, el Ejecutivo comunitario imagina un futuro con vehículos eléctricos para el tráfico rodado, cada vez más autónomos, eficientes y conectados.
Bruselas describe también trenes más competitivos en el transporte de mercancías a media distancia y motores híbridos y biocombustibles abriéndose camino en la aviación y en el traslado de contenedores por mar o carretera.
Las ciudades, donde se acumula el 75 % de la población europea, deberían de estar a la vanguardia y apostar por el transporte público sostenible, la movilidad alterna, el carril bici, los sistemas para compartir vehículos o el reparto de mercancía por drones.
La CE propone que la industria se oriente hacia la economía circular, privilegiando el reciclaje y la reutilización de materiales, especialmente aquellos escasos que no se encuentran en Europa, como el cobalto, las tierras raras o el grafito.
La hoja de ruta también señala como puntal de la transición la eficiencia energética, dado que los edificios consumen actualmente el 40 % de la energía, y propone generalizar sistemas de calefacción y refrigerado sostenibles y los materiales más innovadores.
Bruselas propone aplicar impuestos ecológicos bajo la premisa de "el que contamina, paga"y llama a preservar la biomasa, de forma que las explotaciones agrícolas y bosques sirvan para alimentar a la población, para absorber CO2 y para producir energía (biogas).
La CE reconoce que en 2050 la economía seguirá dependiendo en parte del gas y que siempre habrá sectores que emitan CO2, como el agrícola o el industrial.
Además de mostrar confianza en que la investigación aporte nuevas soluciones, propone compensarlo empleando el hidrógeno o la biomasa como fuentes de energía en procesos productivos o a través de la captura y almacenamiento de CO2.
"Hay muchos desafíos en el camino. Pero con el cambio climático, hacer las cosas como siempre no es una opción y no podemos permitirnos el precio de la inacción", según el comisario europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete.
El documento de la CE es la base para que el conjunto de la UE elaborare un plan concreto para "inicios de 2020", como marca el calendario del Acuerdo de París.
Javier Albisu/Efe
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