Londres
Cameron profundiza en la austeridad para salir de la crisis
Reducción del gasto público en 30.000 millones
La era de la austeridad se fía para largo en Reino Unido. El Gobierno de David Cameron advirtió ayer de que, si se quiere reducir el déficit, será necesario implementar nuevos recortes en el gasto público por valor de 25.000 millones de libras (30.000 millones de euros). La cantidad incluiría 12.000 millones de libras (14.433 millones de euros) procedentes de los subsidios sociales a los menores de 25 años. Pero no hay que dejarse engañar por las cifras. Más que desde la perspectiva económica, el discurso debe analizarse en clave política.
Ésta es la primera vez que el responsable del Tesoro, George Osborne, habla tan claro de sus planes, en caso de que los «tories» ganen de nuevo las elecciones generales en 2015. Los recortes a los que aludió sólo tomarán forma en caso de que sigan manteniendo la llave de Downing Street, pero poner ahora el órdago sobre la mesa tiene su explicación. El Ejecutivo tiene previsto presentar en los próximos meses su estrategia en la Cámara de los Comunes y, si los laboristas no apoyan su «hoja de ruta», se les acusará de permitir un mayor déficit y subir los impuestos de una manera que, hasta ahora, han fallado en explicar al electorado.
Por otra parte, anunciar ahora estas medidas sirve a los conservadores para distanciarse de los liberal demócratas. Aún queda más de un año para firmar el divorcio definitivo de cara a las elecciones de 2015, pero está claro que las relaciones con los de Nick Clegg no pueden ser más tensas. El viceprimer ministro británico consideró ayer que sus socios de coalición cometen «un error monumental». A pesar de que apoyó el objetivo de eliminar el déficit estructural en 2017-2018, señaló que los pasos deben realizarse de una manera «más justa». El Instituto de Estudios Fiscales, por su parte, recalcó que veía «complicado» llegar a los 25.000 millones de libras, sobre todo teniendo en cuenta que no se quiere tocar la sanidad, la educación y las pensiones. Tras ganar las elecciones de 2010, Cameron implementó los recortes más draconianos en tiempos de paz.
La economía británica celebra ahora los «brotes verdes» con una tasa de paro de sólo el 7,2% y un aumento del PIB de un 2,4% en 2014. Con todo, los «tories» no quieren bajar la guardia. Osborne afirmó que el tamaño del Estado del Bienestar debe volverse «permanentemente más pequeño» y tildó 2014 como «el año de las verdades duras». El responsable del Tesoro indicó que los nuevos recortes podrían lograrse mediante la introducción de restricciones al alojamiento de protección oficial a aquellos ciudadanos que perciban salarios anuales por encima de las 65.000 libras (78.182 euros).
Por otra parte, el Ejecutivo quiere recortar en 220 millones de libras (264 millones de euros) el presupuesto de ayuda legal con el argumento de que la factura actual de 2.000 millones de libras (2.400 millones de euros) es insostenible. En señal de protesta, miles de abogados criminalistas británicos protagonizaron ayer el primer paro de su historia. La huelga afectó a 17 de los 18 tribunales y dejó concentraciones en Londres y otras ciudades como Manchester, Liverpool o Leeds. El Gobierno argumenta que el sistema legal del país es el más caro del mundo. Pero los letrados replican que perderán dinero y que la gente que no pueda permitírselo ya no estará representada apropiadamente. «Cuando el sistema se debilita, el eventual resultado es que el culpable sale impune y el inocente es condenado», dijo el abogado Mukul Chawla leyendo un comunicado ante Old Bailey, sede del principal tribunal criminal inglés. Fue la primera huelga a la que se enfrenta el Gobierno de Cameron en 2014 y por la ambición de su programa económico parece que no será la única de este año.
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