Política

Elecciones en Reino Unido

Cameron sitúa en su Gobierno a tres aspirantes a la sucesión

El primer ministro lanza al alcalde de Londres, Boris Johnson, en la carrera por el liderazgo «tory». George Osborne y Theresa May serán sus rivales

David Cameron posó ayer frente al Parlamento británico junto a los diputados conservadores elegidos
David Cameron posó ayer frente al Parlamento británico junto a los diputados conservadores elegidoslarazon

El «premier» David Cameron presentó ayer su nuevo Gabinete, el primero conservador en su totalidad desde 1992. El núcleo duro –Economía, Interior, Exteriores y Defensa– se había anunciado el mismo viernes tras la victoria en los comicios, pero ayer la noticia vino con la incorporación del alcalde de Londres, Boris Johnson. El excéntrico «tory», de momento, no tendrá cartera porque estará centrado en sus labores al frente del consistorio, hasta que se celebren las elecciones locales el próximo año. Pero, sin duda, su nombramiento allana su camino al liderazgo del partido.

Durante la campaña electoral, el primer ministro descartó presentarse a unos terceros comicios. Y todos los nombres que citó en su día como «buenos sucesores» coincidirán ahora asiduamente en las reuniones que se celebren en Downing Street como parte de su equipo de confianza. Theresa May, que repite como responsable al frente de Interior, está muy bien posicionada, aunque, a día de hoy, no tendría el apoyo de todas las filas. Por su parte, el «chancellor» George Osborne siempre ha sido la mano derecha del primer ministro, pero le falta carácter. Y en el caso de Johnson, es uno de los personajes más populares –no sólo de la capital británica, sino del panorama nacional–, pero dentro de la formación hay un sector que no le ve como candidato serio. Desde luego, la batalla se antoja de lo más interesante. Dentro del partido no quieren si quiera mencionarla alegando que quedan cinco años para la próxima cita electoral. Pero no cabe duda de que la Prensa se frota las manos al tener a todos los protagonistas en el mismo Gabinete.

Tony Blair también anunció en 2004 que no buscaría quedarse en el número 10 para un tercer mandato. En su caso, la intervención fue meticulosamente preparada, aunque luego se demostró que había sido un error, ya que le quitó parte de autoridad y abrió el camino pactado para la llegada de Gordon Brown.

A la hora de formar Gobierno, tras lograr la mayoría absoluta, Cameron pudo premiar a una veintena de «tories» con cargos antes ocupados por los liberal demócratas, con los que había formado coalición. Con vista a articular un Gabinete en el que un tercio de sus miembros sean mujeres, el «premier» eligió, entre otras, a Amber Rudd, como titular de Energía y Cambio Climático, y a Priti Patel como secretaria de Estado en el área de Trabajo. Esta última colaborará mano a mano junto a Iain Duncan-Smith, quien se revalida al frente del mismo Ministerio, con el cometido de recortar el gasto social en 12.000 millones de libras (unos 15.000 millones de euros).

Cameron también se reunió ayer en una sala del Parlamento con los diputados electos del Partido Conservador, que le aclamaron en su primer encuentro después de conocerse los resultados en los que, contra todo pronóstico, los «tories» ganaron 331 escaños en la Cámara de los Comunes, cinco por encima de la mayoría absoluta. «Fue un recibimiento increíble, una reunión distinta a todas a las que había acudido en todos estos años como conservador», describió Osborne.

Por su parte, en un ambiente de euforia y con la bandera escocesa ondeando de fondo, también llegaron a Westminster los diputados independentistas del SNP, acompañados por su líder, Nicola Sturgeon, quien ha hecho historia al conseguir que la formación obtenga 56 de los 59 asientos reservados a la región.

Los ánimos en la oposición laborista eran muy distintos. El ex ministro de Exteriores David Miliband –delfín de Tony Blair y, en su día, favorito para liderar la formación– cuestionó el papel de su hermano Ed al frente del Partido Laborista y dijo que el estrepitoso fracaso se debió a que los votantes «no querían lo que se les estaba ofreciendo». Tras perder las primarias de 2010 frente a su hermano menor, se trasladó a EE UU para dirigir una ONG y ayer descartó volver a la primera línea política. «Claramente no me presento a estas primarias», recalcó.

Con respecto a la línea que debe tomar ahora la formación, durante una entrevista con la BBC, señaló: «O trabajamos en lo que logró el laborismo después de 1997 (la primera victoria de Blair) y tenemos una oportunidad de éxito o lo abandonamos y fracasamos». El antiguo jefe de la diplomacia británica también afirmó que «muchos de los ataques contra Ed han sido desagradables e injustos» y destacó la «dignidad» y el «coraje» con los que su hermano les ha hecho frente.