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Cerca de 40.000 personas dicen adiós a Mandela

La capilla ardiente de Nelson Mandela abrió hoy por segundo día en el Union Buildings de Pretoria, sede del Gobierno de Sudáfrica, donde miles de ciudadanos podrán seguir despidiéndose del expresidente.

Unas 40.000 personas dirán adiós a Nelson Mandela, tras visitar la capital instalada en la sede del Gobierno sudafricano en Pretoria, en los dos primeros días del velatorio del expresidente, según estiman las autoridades.

"Hay mucho interés y está llegando gente no solo de todos los rincones de Sudáfrica, sino del resto de África, Europa, de todo el mundo", subrayó hoy Selby Bocaba, responsable del dispositivo de transporte organizado para acceder a la capilla ardiente de Mandela.

La capilla ardiente de Nelson Mandela abrió hoy por segundo día en el Union Buildings de Pretoria, sede del Gobierno de Sudáfrica, donde miles de ciudadanos podrán seguir despidiéndose del expresidente. Como ya sucedió el miércoles, el cortejo fúnebre volvió a trasladar los restos de Mandela desde el Hospital Militar de Pretoria hasta la sede gubernamental, escoltado por una guardia motorizada.

Efectivos de las fuerzas de seguridad y numerosos ciudadanos guardaron un respetuoso silencio al paso, por las calles de la capital, del coche fúnebre con los restos del héroe sudafricano de la lucha por la libertad.

El nieto del expresidente Mandla Mandela acompañó al féretro desde el vehículo funerario hasta los Union Buildings, donde quedó emplazado en un patio bajo un arco instalado en el anfiteatro de la sede gubernamental, custodiado por cuatro militares.

En primer lugar, miembros de las Fuerzas Armadas rindieron pleitesía ante el cuerpo de Mandela y, acto seguido, empezó el desfiles de ciudadanos que, en profundo silencio, dan su sentido adiós al antiguo estadista.

La capilla ardiente se abrirá mañana por última vez, antes de que los restos de Mandela sean trasladados el sábado a la aldea de Qunu (este de Sudáfrica), donde el expresidente pasó su infancia y donde pidió ser enterrado.

Ya el domingo, Nelson Mandela recibirá sepultura en un sepelio al que asistirán miles de personas.

Ayer, en Qunu, ya han comenzado los preparativos para el entierro, que espera reunir a miles de personas.

El mayor homenaje del día de ayer se lo rindieron otros miles de ciudadanos que acudieron a la capilla ardiente instalada en la sede del Gobierno en la capital, Pretoria. Entre las 12.00 y las 17.00 horas locales (10.00 y 15.00 GMT), el complejo gubernamental de "Union Buildings"fue atravesado por una interminable fila de personas que querían verle por última vez, y la celebración de su legado que caracterizó los días precedentes se tornó en tristeza y emoción ante la visión de sus restos mortales.

Su viuda, Graça Machel, y su segunda esposa, Winnie, acudieron al velatorio, visiblemente emocionadas y de luto absoluto, acompañadas por el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.

Machel, llorando desconsoladamente, subió las escaleras apoyada en el brazo de Zuma, mientras algunos pasos por detrás, también llorando, Winnie ascendía cabizbaja la escalinata junto a una extensa comitiva, en la que también estaban las hijas de Madiba.

Después, numerosos dignatarios y personalidades presentaron sus respetos a Mandela, según las imágenes facilitadas por la televisión pública al centro de prensa instalado en el exterior del recinto, ya que se ha prohibido el acceso de los medios a la capilla ardiente.

El último presidente del "apartheid", Frederik de Klerk; el jefe de Estado de Zimbabue, Robert Mugabe, y el de Sudán, Omar Hassan Al Bashir, fueron algunos de los líderes internacionales presentes en el primer día de velatorio.

Tampoco quisieron perderse la oportunidad de despedirse de Mandela artistas como el cantante de U2, Bono, quien derramó unas lágrimas al pasar junto al ataúd.

El otro gran acto del día tuvo lugar en el estadio de fútbol de Ciudad del Cabo, donde se celebró un multitudinario concierto en honor al expresidente sudafricano en el que actuó la cantante y activista británica Annie Lennox, además de otros artistas locales.

Horas antes de la apertura de puertas del estadio, prevista para las 14.00 hora local (12.00 GMT), había ya largas colas para asistir a una conmemoración con un carácter mucho más popular que el oficio religioso que se ofreció ayer en Johannesburgo, donde los largos parlamentos de los jefes de Estado acabaron por vaciar las gradas.

Y al tiempo que los homenajes se sucedían -como una lectura de poemas en el Market Theatre de Johannesburgo, organizada por la Comunidad de Artistas Sudafricanos- también se aceleraban los preparativos para su entierro, un acto que desbordará la pequeña población de Qunu, en la provincia del Cabo Oriental.

Decenas de operarios están concluyendo la instalación de una gran carpa sobre un terreno rural propiedad del expresidente, bajo la cual se llevará a cabo el sepelio.

En declaraciones a la agencia sudafricana de noticias SAPA, el alcalde de la localidad, Nomakhosazana Meth, aseguró hoy que la población "está lista"para acoger este acto.

Según Meth, a partir de hoy se declara una zona de exclusión aérea sobre el aeropuerto de Umtata -a unos 30 kilómetros de Qunu y custodiado ya por el Ejército- para poder recibir a los jefes de Estado que acudirán al entierro de Mandela.

También habrá cierres de carreteras en Qunu y en Umtata para evitar las aglomeraciones, por lo que el alcalde pidió que se tomaran rutas alternativas que serán debidamente señalizadas.

La carretera N2, que es la principal vía de acceso y salida a Qunu, será cortada unos kilómetros antes y después de la casa de Mandela.

El gobierno local habilitará once espacios con pantallas para poder seguir el sepelio, indicó el alcalde, quien instó a los ciudadanos a acudir a esos lugares.

Qunu y las localidades de sus alrededores albergan una población aproximada de 40.000 habitantes que, según las previsiones de las autoridades, podría elevarse a 70.000 durante el próximo fin de semana por el entierro del expresidente de Sudáfrica.

La inminencia del funeral en el remoto pueblo de Qunu ha disparado los precios del alojamiento y de otros servicios en la zona.

Familias locales pedían hoy a los periodistas extranjeros hasta 300 euros por noche y persona, cuando todos los hoteles de la aldea y sus inmediaciones están reservados ya a precios muy superiores a los habituales.

Ante esta situación, el departamento de turismo de la provincia del Cabo Oriental, donde se encuentra Qunu, ha pedido a los locales que fijen "precios de residentes"para los días del funeral.

Pese a que el país parece paralizado por el duelo y la celebración de Mandela, los delincuentes no descansan, y la casa de Ciudad del Cabo del premio Nobel de la Paz Desmond Tutu fue asaltada ayer durante su estancia en Johannesburgo, donde participó en el servicio religioso oficial en memoria de Madiba.