Venezuela
Cerco internacional a Maduro
Aznar y 21 ex presidentes iberoamericanos reclaman en un documento la liberación de los presos políticos y el respeto a la democracia en Venezuela
CIUDAD DE PANAMÁ- «¡Obama, deroga las sanciones!». Un anuncio a página completa en los principales diarios de Panamá. Una campaña millonaria del Gobierno bolivariano para limpiar su nombre y es que, mientras la hora cero se acerca, crecen los nervios entre las filas chavistas. Algunos presidentes llegarán con la cabeza alta y otros, con ella aún más gacha, pero todo indica que no será una cita tranquila la que espera al venezolano Nicolás Maduro en Panamá, donde mañana se reunirán los mandatarios de 35 países en una nueva Cumbre de las Américas. Grupos opuestos a los regímenes cubano y venezolano protagonizan vigilias, concentraciones y conferencias de prensa. Un solo clamor dominante: democracia y respeto por los derechos humanos.
Maduro enfrenta un escenario externo cada vez más hostil a su política de hostigamiento a opositores y estudiantes. Sin embargo, la presión no viene tanto de otros jefes de Estado, sino de ex presidentes que, por primera vez, han formado un frente único para denunciar «la alteración democrática» en el país caribeño. Hoy veintiún ex presidentes pedirán a los mandatarios participantes que se interesen por la crisis política en Venezuela y busquen una solución «que respete los principios constitucionales y las normas internacionales». En el hotel Hilton de Ciudad de Panamá, el ex presidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar, y los ex mandatarios de Colombia, Andrés Pastrana; México, Felipe Calderón, y Bolivia, Jorge Quiroga, presentarán la Declaración de Panamá.
Entre los firmantes, se encuentran también Sebastián Piñera (Chile); Álvaro Uribe y Belisario Betancur (Colombia) o Miguel Ángel Rodríguez, Rafael Ángel Calderón, Laura Chinchilla, Óscar Arias y Luis Alberto Monge (Costa Rica). En la Declaración de Panamá, los ex mandatarios iberoamericanos piden también la puesta en libertad de los presos políticos y restablecer las condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales.
Mientras los simpatizantes de los Castro protestaban por la presencia de sus opositores en Panamá, el alcalde, José Isabel Blandón, recibía con honores en el Ayuntamiento a Mitzy Capriles de Ledezma, esposa del opositor alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, que se encuentra detenido acusado de conspiración. A su vez, Lilian Tintori, esposa del también preso Leopoldo López, participa en actividades paralelas a la cumbre. Ayer se celebró una gran marcha por un parque céntrico de la capital y para hoy hay programada una vigilia. En total, habrá diez actos programados en repudio al Gobierno de Maduro. Por su parte, el régimen bolivariano contraataca desde su tarima antiimperialista, que desde ayer se levanta en las afueras del Centro de Convenciones. El presidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, Wills Rangel, denunció que la comitiva estadounidense les «bloqueó los espacios, aunque vamos a estar en carpas [tiendas de campaña]».
La foto más esperada en Panamá será la de Obama dándole la mano a su homólogo cubano, Raúl Castro, pero la atención estará centrada también en cómo será su encuentro con Maduro. El presidente venezolano, que afronta en su país una fuerte crisis, dio incluso a entender que estaría dispuesto a sentarse frente a Obama a conversar. «Si el presidente Obama quiere apretar esta mano de un venezolano, un patriota, hijo de Hugo Chávez, estoy listo para hablarle a los ojos en términos de igualdad», aseguró. Mientras, el líder bolivariano sigue lanzando órdagos. Maduro nombró viceministros a dos de los funcionarios sancionados por Estados Unidos por supuestas violaciones de los derechos humanos como parte de la respuesta del Palacio de Miraflores a la Casa Blanca.
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