A pesar de todas las conversaciones sobre una posible tregua, las armas continúan resonando a lo largo de la línea del frente mientras Rusia mantiene su presión y Ucrania busca contraatacar siempre que sea posible.

Las fuerzas ucranianas se han replegado desde la ciudad de Sudzha en la región de Kursk, pero continúan luchando en las áreas más cercanas a la frontera, tras una retirada organizada. Las fuerzas rusas intentan expulsar a los ucranianos de su territorio y avanzar en la región vecina de Sumi (norte). También sigue atacando en el este de Ucrania, pero sienten cada vez más el aguijón de los contraataques ucranianos cerca de Kupiansk en Jarkiv así como Toretsk y Pokrovsk en la región de Donetsk. «Rusia está evitando un alto el fuego para mejorar su situación en el frente», sugirió el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

La situación en Kursk ha tenido repercusión en Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump dijo que miles de soldados ucranianos habrían quedado supuestamente rodeados. Cualquier afirmación sobre el cerco de las tropas ucranianas en Kursk «es una mentira de Putin», dijo Zelenski.

«Los socios de Ucrania cuentan con agencias de inteligencia y satélites y pueden observar fácil-mente la situación real en el frente», destacó Zelenski. Las fuerzas ucranianas sí que sufrieron difi-cultades en Kursk después de que sus líneas logísticas fueran interrumpidas por drones rusos a principios de 2025, explicó el analista militar Oleksandr Kovalenko a LA RAZÓN.

La situación empeoró tras la decisión de Trump de dejar de compartir datos de inteligencia con Ucrania, lo que dejó a sus tropas parcialmente ciegas ante los movimientos del enemigo. Aun así, la retirada de partes de Kursk se llevó a cabo de manera ordenada, con Ucrania minimizando sus pérdidas, según Kovalenko y otros analistas. Sin embargo, Rusia está concentrando fuerzas a lo largo de la frontera con la región vecina de Sumi. «Esto indica un deseo de atacar nuestra región de Sumi... Moscú sigue ignorando la diplomacia», subrayó Zelenski.

Pequeños grupos rusos atacan todos los días a través de la frontera en un intento de cortar las líneas de suministro ucranianas hacia Kursk. Sin embargo, sus asaltos en Novenke y Zhuravka están siendo repelidos, según Kyiv.

El intenso combate continúa en el este del país, donde las fuerzas rusas atacan hacia Pokrovsk, Liman y Kupiansk. Ucrania ha detenido los avances rusos hacia Pokrovsk en los últimos días tras recuperar terreno en varias aldeas como Kotline, Pishchane y Uspenivka. «Nuestras tropas estabilizaron la situación en el frente en la región de Donetsk, cerca de Pokrovsk. Este es un gran trabajo de nuestros héroes y un gran éxito», señaló el presidente Zelenski.

Según el analista Kovalenko, el cambio allí está vinculado tanto al creciente desgaste sufrido por las fuerzas rusas como a la mejora en la calidad del mando militar, asociada con el nombramiento del general Mijailo Drapati como comandante de las fuerzas ucranianas en la zona.

Las fuerzas rusas también siguen perdiendo terreno frente a los contraataques ucranianos en varias áreas cerca de Kupiansk, un centro ferroviario en el este de la región de Járkov. Al mismo tiempo, Rusia continúa aterrorizando las ciudades ucranianas con sus drones, bombas y misiles. Solo en un dia, dos personas murieron y 18 resultaron heridas en Jersón.