Reino Unido

Corbyn arranca la campaña: nacionalizaciones y segundo referéndum sobre el Brexit

El líder laborista no aclara si haría campaña por permanecer en la UE o por un nuevo acuerdo de divorcio

Jeremy Corbyn en el primer acto de campaña en Londres/Reuters
Jeremy Corbyn en el primer acto de campaña en Londres/Reuterslarazon

El líder laborista no aclara si haría campaña por permanecer en la UE o por un nuevo acuerdo de divorcio

Los británicos se han habituado ya a vivir su particular día de la marmota. No les ha quedado tampoco más remedio. En junio de 2016 emitieron su veredicto en un histórico referéndum. Pero desde entonces, Westminster está atascado dentro de una rueda cual hámster. Sus señorías celebran debates interminables, llevan a cabo votaciones... pero no avanzan. El Brexit nunca acaba de ejecutarse. Se suponía que en la madrugada de este viernes, el Reino Unido debía haber abandonado la UE. Pero no lo ha hecho. Al igual que tampoco lo hizo el pasado 29 de marzo.

Lejos de acercar posturas, los políticos embarcan ahora al país a unas elecciones generales para el 12 de diciembre -las terceras desde 2015- con tremendas repercusiones no sólo para la Cámara de los Comunes sino para la UE. Dependiendo de quién sea el próximo primer ministro británico, Londres podrá tener una relación más o menos cercana con el bloque, o, incluso, un segundo referéndum, como el que plantea ahora el líder laborista Jeremy Corbyn.

El veterano político, de 70 años, presentó ayer su campaña electoral en el Centro de Artes de Battersea, donde prometió resolver el Brexit en un plazo de seis meses, negociando primero un “acuerdo sensato” con la UE y sometiéndolo después a un plebiscito popular con la opción de la permanencia en el bloque. “No es tan complicado, ¿verdad?”, declaró ante sus seguidores. En cualquier caso, la estrategia genera críticas entre el resto de las formaciones, ya que Corbyn sigue sin aclarar si haría luego campaña por defender su pacto o por seguir dentro de la UE.

Con todo, el aún líder de la oposición atribuyó al primer ministro conservador, Boris Johnson, “la sola responsabilidad” de que no haya cumplido su gran promesa de sacar al Reino Unido de la UE. La fecha de salida se ha pospuesto, una vez más, hasta el 31 de enero, con la advertencia además de Bruselas de que esta podría ser ya la última prórroga. “No se puede confiar en Johnson”, dijo Corbyn, recordando que el líder tory dijo preferir “estar muerto en una zanja” que pedir una nueva ampliación de plazos.

En cualquier caso, el laborista no centrará su campaña en el Brexit sino en políticas domésticas. En este sentido, ya avanzó ayer una “agenda radical de cambios sociales”. “Matrículas universitarias gratuitas y treinta horas semanales de guardería gratis para la familias con niños de dos a cuatro años ¿Es acaso pedir demasiado?”, preguntó ante sus fieles.

Asimismo, también dio especial protagonismo al Sistema Nacional de Salud, advirtiendo del riesgo de privatizaciones si Johnson conseguía ser el próximo primer ministro. “Puede caer hacia el lado americano en un acuerdo comercial con (Donald) Trump”, advirtió Corbyn.

Por cierto que, el presidente americano, rompiendo una vez más toda la neutralidad que se le presupone por su cargo hacia países terceros -y sobre todo en plena campaña electoral-, intervino por teléfono en el programa radiofónico del líder euroescéptico Nigel Farage, responsable del Partido del Brexit, para advertir de lo malo que sería para el Reino Unido tener al líder laborista en Downing Street.

La campaña, por tanto, ha arrancado con fuerza. La firma YouGov concede al Partido Conservador una intención de voto del 36 por ciento, 15 puntos por encima del Partido Laborista. Por su parte, el sondeo del Financial Times sitúa a las filas de Corbyn 10 puntos por detrás de los tories.

En cualquier caso, los analistas advierten que es una distancia “salvable”, dado el tirón que luego muestra el veterano político en campaña y su capacidad para movilizar a los activistas. En los comicios adelantados de 2017, Corbyn partió con una desventaja de 22 puntos y luego consiguió que los conservadores perdieran la mayoría absoluta.

Momentum, la agrupación de las bases laboristas, ha puesto en marcha un enorme operativo para organizar al medio millón de afiliados que convierten a los laboristas británicos en el mayor partido de Europa.

Según las circulares internas, en esta campaña “estratégica” se destinarán los máximos recursos a los 150 escaños más disputados del país (la Cámara de los Comunes tiene 650) y más de 5.000 personas se ocuparán durante ocho días completos de llamar a las puertas de los electores para trasladar su mensaje. Los activistas participarán en expediciones a diferentes puntos del país para hablar con votantes, montarán puestos para animar a los británicos a inscribirse en el censo y, entre otros, montarán centros de llamadas desde sus propias viviendas.