Reino Unido
Corbyn intenta recuperar la confianza de los votantes laboristas a favor del «Brexit»
El laborismo no descarta apoyar libre circulación en la UE tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn ha defendido que su partido no considera que la libre circulación de personas en Europa sea «un principio fundamental»
El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, aseguró ayer que su formación no se ha casado “en ningún momento con la libertad de movimiento de los ciudadanos europeos”, un principio que calificó de “no fundamental”. Durante la campaña del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, el veterano político fue duramente criticado por sus propias filas por su escasa implicación. Y tras el Brexit, los reproches han continuado por parte de los votantes tradicionales que alegan que su partido ha sido incapaz de ofrecer una alternativa lo suficientemente fuerte como para desafiar el plan de divorcio de la primera ministra, Theresa May.
Con la popularidad en sus horas más bajas, Corbyn ofreció ayer su primer gran discurso del año y, más de seis meses después del histórico plebiscito, intentó recuperar el apoyo de millones de votantes laboristas que abogaron por salir del bloque precisamente para reducir la inmigración.
Durante su intervención en Peterborough, donde la mayoría de la población votó a favor del Brexit, Corbyn alegó que su formación “apoya que se apliquen normas justas y que se gestione la inmigración de una forma razonable tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea”.
Con todo, en una entrevista previa con la BBC, recalcó que los votantes deberían ser capaces de reconocer “la enorme contribución a nuestra sociedad y economía” que suponen los inmigrantes comunitarios. “El derecho a trabajar en nuestro país debería ser algo que se negocie previamente con mucho cuidado, y no puede ser dejado de lado hasta que sepamos que los términos a aceptar son el acceso al mercado único europeo”, añadió
En este sentido, dijo que le gustaría ver cómo se implementa un techo salarial para los sectores más adinerados, con el objetivo de reducir la desigualdad. “No podemos vendernos como si fuéramos una especie de economía de rastrillo a las orillas de Europa”, manifestó.
Desde que asumió la presidencia del Partido Laborista, hace algo más de un año, Corbyn ha encontrado numerosas dificultades a la hora de imponer su marca personal en la formación, que lleva estando a favor de las políticas europeas durante más de dos décadas.
La victoria del Brexit en el referéndum del pasado 26 de junio ha supuesto un duro golpe para los laboristas, que han perdido mucha credibilidad en comparación con el poder de movilización que el Partido Conservador ha demostrado en los últimos meses.
Corbyn, que se describe a sí mismo como un "laborista de izquierdas", ha criticado al bloque europeo en muchas ocasiones por actuar a favor de las grandes corporaciones. No obstante, siempre había defendido la libertad de movimiento entre los ciudadanos europeos. A pesar del giro que dio ayer en su discurso, matizó que no había cambiado de opinión y que seguía defendiendo que la inmigración comunitaria en Reino Unido “no era demasiado alta”.
Los países del bloque ya han advertido a Reino Unido de que debe mantener sus fronteras abiertas a los ciudadanos europeos si quiere mantener su acceso preferente al mercado único europeo, que aúna a más de 500 millones de consumidores.
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