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Kim apunta sus misiles hacia EE UU
«Estamos listos para la guerra», espetó el dictador norcoreano ante una masa enfebrecida por la fiesta del Partido. La ausencia del presidente chino, que envió al número cinco del Politburó, acentúa el aislamiento de la dinastía comunista
«Estamos listos para la guerra», espetó el dictador norcoreano ante una masa enfebrecida por la fiesta del Partido. La ausencia del presidente chino, que envió al número cinco del Politburó, acentúa el aislamiento de la dinastía comunista
La celebración del 70 aniversario de la fundación del Partido Comunista de los Trabajadores de Corea del Norte se consagró ayer como el desfile militar más grande de la historia del país, volviendo a dar muestra del poderío armamentístico de la nación asiática y sus ganas de provocación ante la comunidad internacional. El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, dirigiéndose por segunda vez a las masas desde que llegó al poder en diciembre de 2011, aseguró que su país «está preparado para luchar en cualquier tipo de guerra provocada por los imperialistas estadounidenses». El hermetismo con el que funciona el país comunista, que hace difícil obtener datos tangibles de lo que acontece, se dejó a un lado en la jornada de ayer en la que cientos de periodistas internacionales y turistas fueron testigos directos, al igual que decenas de miles de norcoreanos, de la apoteósica exhibición de músculo militar del controvertido país.
Se calcula que por la plaza Kim II-Sung de la capital Pyongyang desfilaron ayer millares de tropas, carros de combate y vehículos blindados que se contaban por centenas, flotas de aviones no tripulados, proyectiles de diversos tamaños, cañones autopropulsados, lanzaderas móviles y, entre ellos, lo que algunos expertos apuntaron como un misil KN-08 capaz de alcanzar territorio continental de Estados Unidos. «Las fuerzas unidas de nuestro Ejército y el pueblo nos han permitido salir adelante de las sanciones y el aislamiento de los imperialistas arrastrando a nuestros enemigos al miedo y ansiedad extremas», dijo Kim. El joven dictador presidió la jornada acompañado por los más altos representantes de la jerarquía norcoreana, donde destacó la presencia de su hermana, Kim Yo-jong, de 29 años, considerada una figura emergente en la nueva era de la dinastía Kim, y también la del vicemariscal Hwang Pyong-so, número dos del régimen. También ocupó un lugar preeminente junto al «líder supremo» el jefe de propaganda del gobierno Chino, Liu Yunshan, miembro de alto rango del comité permanente del Politburó del partido comunista chino y una de las pocas delegaciones de representación internacional que estuvo presente.
Aunque China sigue siendo el aliado y socio comercial más importante de Corea del Norte, sus relaciones bilaterales se han desgastado en los últimos años, especialmente desde que Kim Jong-un accediera al puesto y se diera a conocer su obsesión por los programas nucleares. Durante la jornada previa al desfile, la agencia de noticias oficial de china, Xinhua, anunció que el presidente de China, Xi Jinping, «extendió una calurosa felicitación» a Kim en el aniversario del partido. Esta es la primera vez que China ha enviado a alguien de los siete miembros del Comité Permanente del Politburó a Corea del Norte desde que Kim Jong-un llegó al poder, hecho que el tabloide estatal chino «Global Times» calificó como un «movimiento amable y activo para mantener y suavizar el canal de comunicación entre los dos países». Pese a las muestras verbales y protocolarias de acercamiento que vienen manteniendo ambas naciones, la mecánica de la relación entre China y Corea del Norte sigue siendo opaca. «No creo que esto sea una señal de que ambos países están buscando activamente una relación más fuerte», dijo Zhang Liangui, experto en Corea del Norte en la Escuela Central del Partido en Pekín. Según Xinhua, la visita de Yunshan a Corea del Norte se prolongará durante cuatro días, en los que ambos países tratarán de estrechar sus lazos bilaterales, enfocados en las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales. No obstante, son pocos los analistas que creen que China puede ejercer presión suficiente para que Corea del Norte renuncie a sus armas nucleares, ya que podría conducir a la caída del régimen de Kim.
La importancia del aniversario sacó a la luz nuevos proyectos de infraestructuras en uno de los países más herméticos del mundo, con la modernización de su aeropuerto, nuevas viviendas o la mejora de carreteras. Pese a ellos, a la sombra quedaron por unas horas los nuevos problemas económicos que agravan la delicada situación en la que viven millones de personas en el país, como una fuerte caída en la demanda exterior de carbón.
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