Fernández sitúa a su hijo y sus fieles en las listas para controlar el Estado

Aunque el juego de tronos no ha acabado con el cierre de listas, los equipos quedan alineados para las primarias y las presidenciales del 25 de octubre. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no será candidata, pero su hijo y sus soldados seguirán infiltrados en los principales órganos de poder, incluida la Casa Rosada. A menos, claro, que la oposición consiga una victoria en segunda vuelta, algo que es perfectamente posible.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las próximas elecciones son mucho más que unas presidenciables. Además de elegir presidente y vicepresidente, los argentinos votarán 130 diputados, 24 senadores y 43 parlamentarios del Mercosur. Esto condiciona las decisiones de Daniel Scioli, único precandidato presidencial del peronismo oficialista, quien esta semana despejó una de las mayores incógnitas políticas al anunciar que su compañero de candidatura será Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica del Gobierno y el funcionario de mayor confianza de Fernández. La elección de un hombre del núcleo de la presidenta como candidato a la vicepresidencia es una señal de que el objetivo es continuar el proyecto kirchnerista.

Zannini, que cultiva un bajo perfil, ha acompañado estrechamente a Fernández en sus dos mandatos consecutivos y a Néstor Kirchner, el difunto marido y antecesor de la mandataria. Además fue un hombre clave en la administración kirchnerista que gobernó en los años 90 la provincia patagónica de Santa Cruz. Scioli no tuvo más remedio que aceptar a Zannini como compañero de lista por varias razones. Por un lado, el apoyo de la presidenta será clave durante la campaña electoral y el gobernador de la provincia de Buenos Aires aún aspira a imponerse en primera vuelta. Además, el Congreso también podría quedar en manos oficialistas.

Funcionarios kirchneristas y dirigentes de la agrupación juvenil la Campora fueron distribuidos en los primeros lugares de las papeletas. Cinco gobernadores serán candidatos a legislador en distintas categorías, además de varios ministros. Ése fue el caso del ministro de Economía, Axel Kicillof, que encabezará la lista en Buenos Aires, así como el del histórico titular de la cartera de Planificación Federal, Julio De Vido, quien fue ubicado en el sexto lugar para entrar a la Cámara Baja por la provincia de Buenos Aires o el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien irá por la gobernación bonaerense.

Finalmente también el hijo de Cristina, Máximo Kirchner, se presentará a las elecciones como candidato a diputado nacional por la provincia de Santa Cruz. Con este panorama, a Scioli no le queda más que aceptar las condiciones «K», y de esta manera poder aparecer en los mítines junto a la baronesa peronista y, si el oficialismo se impusiera en el Congreso, poder gobernar con cierta tranquilidad.

Del lado opositor también mueven sus fichas. El alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, candidato del PRO en estas presidenciales, ha ido escalando puestos. Casi todas las encuestas le sitúan en segunda vuelta junto a Scioli. Su gestión al frente de la capital es su principal carta de presentación. Desde el Gobierno aseguran que no tiene implantación nacional, que es el candidato de la derecha y que su visión es la de un empresario neoliberal. Tampoco hay que subestimar al candidato y diputado Sergio Massa, quien hasta hace tan sólo unos meses era el favorito. Sin embargo, ciertas alianzas y su pasado en las filas del kirchnerismo le han sepultado al tercer puesto. En un momento Massa intentó pactar con Macri una lista única, pero finalmente, el candidato del PRO lo rechazó.

En los cuatro meses que restan de campaña, se espera que Cristina Fernández irrumpa con fuerza. Aunque no aceptó ninguna de las opciones como candidata, nadie espera que CFK se retire a sus dominios del sur para descansar. Se prevé que si Scioli y sus cachorros cristinistas se imponen, la viuda peronista siga teniendo un papel muy activo en la política argentina y, quizás en las próximas elecciones opte de nuevo a la presidencia. Otra cosa es si gana la oposición. Al no tener cargo alguno, la mandataria quedaría sin inmunidad, expuesta a futuras sentencias por cualquiera de las causas judiciales abiertas en su contra por corrupción.

Perfil / Máximo Kirchner. Candidato por Santa Cruz

Un príncipe heredero mudo

Será la primera vez que Máximo Kirchner, de 38 años, participa en una elección, aunque no su primera experiencia política. En los últimos años ha desempeñado un papel muy importante en la definición de estrategias de La Cámpora, una organización juvenil representativa del kirchnerismo, en la que se le considera un referente. «Para mí es un orgullo representar a la provincia de Santa Cruz», sostuvo Máximo Kirchner a sus compañeros de militancia, según la agencia oficial Télam. Además, agradeció «al pueblo y a los compañeros de la provincia de Buenos Aires» por haber impulsado su designación por ese distrito. Parodiado en la tele por el periodista Jorge Lanata como un hijo consentido medio autista e incapaz que sólo sabe jugar a «la playstation» y vivir de las rentas familiares, la personalidad de Máximo es toda una incógnita. El oficialismo sueña con verlo como gobernador de Santa Cruz, siguiendo los pasos de su padre, el fallecido Néstor Kirchner, o como futuro presidente o vicepresidente, acompañando a su madre Cristina Fernández dentro de cuatro años. Sólo el tiempo dirá si el príncipe mudo heredó el carisma «K».

Unas primarias con trece opciones

- Cierre de inscripciones

Con el cierre del plazo para inscribir a los candidatos quedaron definidas las trece fórmulas presidenciales que competirán en las primarias del 9 de agosto.

- 25 de octubre

Las elecciones presidenciales y legislativas se celebrarán el 25 de octubre. Si ningún candidato supera el 50% de los votos, habrá una segunda vuelta en menos de un mes.

- Un resultado reñido

El candidato oficialista, Daniel Scioli, parte como favorito, seguido de cerca por Mauricio Macri. Según las encuestas, el opositor tiene posibilidades si llega a la segunda vuelta.