Trump da la puntilla a Cruz en las primarias de Indiana

El magnate desata una nueva polémica al acusar al padre de su rival de estar con Oswald, el asesino de JFK, antes de su muerte

Indiana era la última esperanza de Ted Cruz, el candidato a la nominación acusado por Trump de «vivir en un mundo paralelo a la realidad». Hasta el «establishment» republicano ya se ha resignado a aceptar al empresario como su nominado en las presidenciales de noviembre. Pero ayer el senador de Texas, de origen cubano, cayó en las redes de su polémico rival. Y es que todo vale en la campaña electoral por la Casa Blanca. Trump ha acusado al padre de Cruz, Rafael, de ser uno de los apoyos de Lee Harvey Oswald durante su estancia en Nueva Orleans poco antes de viajar a Dallas para asesinar a John F. Kennedy. La afirmación tiene como base un reportaje que hace unas semanas publicó el sensacionalista tabloide «National Enquirer» estudiando unas fotografías en las que Oswald aparece junto a un personaje anónimo repartiendo pasquines castristas en las calles de Nueva Orleans. Es cierto que, casi medio siglo después, nunca se ha identificado al amigo del presunto asesino en esa imagen. Lo que sí es seguro es que en ese momento Oswald era aparentemente el único miembro de una asociación llamada Comité Juego Limpio por Cuba, cuya sede estaba en el mismo edificio en el que tenía su despacho Guy Banister, un oscuro personaje implicado en operaciones anticastristas. Oswald fue detenido en un altercado con sus compañeros y logró cierta fama en los medios locales cuando fue preguntado por sus simpatías izquierdistas. Que el padre de Cruz estuviera con él es pura especulación, según Víctor Fernández, experto en el presidente JFK. «El padre estaba con el asesino antes de que disparase. ¿Qué estaba haciendo con Oswald poco antes de la muerte? ¿Antes de los disparos? Es horrible», indicó Trump ante sus seguidores.

«Es un mentiroso patológico. Inmoral. Un narcisista a un nivel que este país no ha visto jamás», intentó defenderse como pudo Cruz desde Indiana. Sin embargo, ayer, día de votación, hasta los votantes evangélicos, su supuesta base electoral, le dieron la espalda en un Estado clave para el senador. Trump no perdió tiempo en contestarle desde Twitter: «Es una rabieta impresionante. Desesperada, pero impresionante. Me recuerda a un niño de tres años».

Cruz se había empleado a fondo en las últimas semanas para tener un buen resultado en Indiana. Ha ganado el favor del gobernador Mike Pence y anunció la candidatura de la ejecutiva de Hewlett-Packard Carly Fiorina como su vicepresidenta. Pero nada de esto parece suficiente contra Trump, que camina con paso firme a la Convención Republicana de julio en Cleveland. Hasta ahora, Cruz y el gobernador de Ohio, John Ka-sich, habían basado su estrategia en aguantar hasta el final y así forzar en la convención varias rondas de votaciones para arrebatarle la nominación oficial al multimillonario. En cambio, todo apunta a que con la victoria de ayer en Indiana, según las encuestas, que al cierre de esta edición no se había anunciado, la carrera republicana se ha acabado. Y Trump se convertirá en el candidato a la Presidencia de Estados Unidos pese a su propio partido.