Estados Unidos
Donald Trump: «Estados Unidos primero»
Trump, tras arrasar en los cinco estados del mini «supermartes», da su primer discurso sobre política exterior.
Trump, tras arrasar en los cinco estados del mini «supermartes», da su primer discurso sobre política exterior.
Parecía otro Donald Trump. Habló bajo, despacio e incluso utilizó el «teleprompter», que le ha servido tantas veces en el pasado para reírse del resto de los candidatos republicanos. Era el discurso que iba a cambiar su campaña en Washington para dar la sensación de que es algo más que ese candidato de eslóganes que sólo sabe conectar con el público a través de frases hechas. Por eso cambió a última hora el lugar de su intervención: eligió el Hotel Mayflower y desechó el Club Nacional de Prensa. Sus responsables de campaña optaron por este legendario hotel de la capital porque el cada vez más firme aspirante a la nominación republicana levanta expectación y necesitaba un espacio mayor.
Su intervención no le salió del todo bien. Tuvo que repasar la transcripción para seguir el hilo de su discurso, pero tenía un mensaje claro para el «establishment» que desgranó durante toda su intervención: puedo ser el candidato y «América es lo primero». «Antepondremos siempre el interés de Estados Unidos», dijo a la vez que cargaba contra el presidente Barack Obama, al que acusó de dejar Oriente Medio «hecho un desastre». «No hemos hecho nada para ayudar a los cristianos de allí», indicó en una de las pocas frases que arrancó los pocos y tímidos aplausos del auditorio. Empezó por el desastre de Siria, Irak y Libia, intervenciones que calificó de «arrogantes» por parte de Obama.
Trump aprovechó la ocasión para cargar contra la que con toda probabilidad será la candidata demócrata, Hillary Clinton, a la que acusó de «no coger el teléfono a las tres de la mañana contra la amenaza del Estado Islámico». El magnate parafraseó las famosas líneas de campaña de 2008 que utilizó la entonces senadora de Nueva York contra Obama. Este famoso anuncio fue utilizado por la campaña de Clinton para demostrar que estaba mejor preparada que su rival, el entonces senador de Illinois.
«Es un mundo peligroso. Más peligroso ahora de lo que ha sido jamás», indicó Trump. «Tengo un mensaje sencillo para el EI. Sus días están contados. No les diré dónde y no les diré cuándo. Como nación, tenemos que ser más impredecibles, ahora somos totalmente predecibles», dijo. «Si soy elegido presidente, el EI desaparecerá y desaparecerá muy rápidamente», agregó el magnate, aunque no dijo cómo lo haría. «Todo eso comenzó con la peligrosa idea de que podíamos convertir en democracias occidentales a países que no tenían experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental», añadió en referencia al respaldo estadounidense a las primaveras árabes.
Respecto a sus aliados en el resto del mundo, aseguró que, «tras ser elegido presidente, convocaré una cumbre de la OTAN, y otra por separado con nuestros aliados asiáticos». «Nuestros aliados no están pagando la parte justa» que les correspondería por su propia defensa, argumentó el magnate, y eso se debe a que consideran a Estados Unidos «débil y clemente». En la OTAN, continuó, «sólo cuatro de los otros 28 países miembros, sin contar Estados Unidos, gastan el mínimo requerido en defensa, el 2% de su PIB». «Nos hemos gastado billones de dólares en aviones, misiles, barcos, equipos, en construir nuestro Ejército para proporcionar una fuerte defensa a Europa y Asia», subrayó. «Los países a los que defendemos deben pagar el coste de esta defensa, y si no, E E UU debe estar preparado para que se defiendan solos», remató.
«Cuando Estados Unidos lucha, sólo debe luchar para ganar. Debemos tener un plan de victoria con ‘V’ mayúscula», clamó Trump antes de hacer campaña en Indiana, próximo Estado en el calendario de las primarias republicanas. Mañana tiene marcada en rojo la Convención de California, donde hablará con los delegados dentro de su estrategia de presentarse como un candidato serio más allá del hombre mediático que ha funcionado con sus eslóganes para subir la audiencia.
Trump sabe que tiene que ganar en California el 7 de junio, cuando también deciden Montana, Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur. Aun así, se dedicó a celebrar las grandes victorias del día anterior. El hombre de negocios se impuso por un amplio margen de más del 30% a sus rivales, el senador de Texas Ted Cruz y el gobernador de Ohio, John Kasich, en los cinco grandes Estados del este del país: Connecticut, Pensilvania, Maryland, Delaware y Rhode Island. En esta ocasión, Trump obtuvo más de la mitad del voto de cada Estado. El caso más representativo fue el de Pensilvania, donde se hizo con el favor de los votantes en casi todos los condados. Sin embargo, se espera que este Estado caiga en manos de los demócratas en las elecciones presidenciales, donde siempre gana la formación de Hillary Clinton desde que su marido triunfase en 1992.
El discurso del millonario en Washington culminaba 24 horas triunfales vividas con la sensación más que evidente de que ya nadie puede evitar que sea el candidato republicano a la Casa Blanca en noviembre. «Cuando un boxeador noquea al otro boxeador, no hay que esperar mucho más para tomar la decisión. Según lo que yo creo, se ha acabado», dijo a su partido desde la Torre Trump de Nueva York la noche del martes.
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