Italia
«El problema es que dura unos segundos, después hay una réplica, y luego otra»
Así lo vivieron los españoles en la zona cero
Margherita Amodei y Blas Batet han sido dos de los españoles afectados por el seísmo que sacudió Italia durante la noche del lunes. Se encontraban en mitad de una estancia vacacional en Campotosto, una localidad situada a alrededor de 30 minutos de Amatrice, el epicentro del terremoto y una de las localidades más afectadas. «El momento del terremoto ha sido muy violento y la cama donde estábamos durmiendo se movía como una barca», ha relatado Margherita a Europa Press, recordando cómo vivió el suceso. Blas Batet habló también sobre la reacción de los habitantes de la zona ante el terremoto, describiendo cómo «todo el mundo del pueblo estaba en la calle o en los coches, asustada, temiendo lo que ocurrió en el anterior terremoto. La idea de estar en casa daba miedo sólo con pensarla», a lo que Margherita añadía: «Lo que pasa es que ha durado unos pocos segundos, al cabo de unos minutos ha habido una réplica y, una hora después, otra, pero ya estábamos en el coche camino a Roma», donde sus cuñados tienen una segunda residencia. «Para nosotros se ha quedado sólo en un susto mayúsculo», concluyó Blas.
A Muriel Alba, el seísmo le ha pillado en mitad de un viaje a Italia, pero, a diferencia de Margherita y Blas, ella se había desplazado hasta Roma. El mismo miedo que recordaba Blas experimentaron los amigos de Jesús Rabadán, español residente en la capital italiana que, si bien no ha sufrido el seísmo en sus propias carnes, sí que lo ha hecho en las de sus conocidos, que se encontraban en Amatrice. Así se lo contaba a RTVE: «Me han dicho que, efectivamente, han tenido que salir de su casa porque se movía todo, se han empezado a caer los cuadros y han dormido en el coche». En Roma también estaba Muriel Alba. A pesar de no haber vivido de cerca el terremoto que ha asolado Amatrice, Accumolui y Arquata, sí que ha presenciado la conmoción que se ha extendido entre la población italiana tras el suceso. «Desde que hemos salido de casa, estaba todo el mundo comentándolo, nos han llamado bastantes personas para ver cómo estábamos, y con las guías en los ‘‘tours’’ que hemos hecho, preguntándonos los unos a los otros cómo lo habían vivido, si lo habían sentido o no, y una pena todo el destrozo que se ha causado», rememoraba ayer.
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