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Estados Unidos

EEUU y Rusia chocan por el fin del chavismo

Putin carga contra «la injerencia» americana para «derribar gobiernos indeseados» y advierte de «un baño de sangre» junto a Turquía, China e Irán

EEUU y Rusia chocan por el fin del chavismo
EEUU y Rusia chocan por el fin del chavismolarazon

Putin carga contra «la injerencia» americana para «derribar gobiernos indeseados» y advierte de «un baño de sangre» junto a Turquía, China e Irán.

El pulso de la oposición venezolana a Nicolás Maduro amplía el enfrentamiento diplomático entre Rusia y Estados Unidos al tablero latinoamericano y abre una nueva brecha entre Washington y la UE, que de momento no ha reconocido a Juan Guaidó como nuevo presidente. La Casa Blanca mantenía ayer su desafío a Maduro. El personal de la embajada de EE UU en Caracas no abandonaría el país. En una apasionada intervención ante la Organización de Estados Americanos, el secretario de Estado, Mike Pompeo, urgió a la comunidad internacional a «estar a la altura de las circunstancias» y dar la espalda «al difunto régimen de Maduro». El discurso de Pompeo, que prometió 20 millones de dólares en ayuda humanitaria a Venezuela, fue saludado con satisfacción por Marco Rubio. El que fuera rival de Donald Trump en las primarias de 2016 advirtió que la declaración de los generales venezolanos, que salieron en auxilio de Maduro, no significa que el gobernante cuente con el apoyo del Ejército. En opinión de Rubio, «la cadena de mando está gravemente comprometida. Los militares saben que tendrían deserciones masivas si ordenasen ataques contra civiles». Pocas horas antes, Pompeo había hecho público un comunicado del Departamento de Estado en el que afirmaba la negativa de EE UU a reconocer el régimen de Maduro y, por tanto, su falta de «autoridad legal para romper relaciones diplomáticas o para declarar a nuestros diplomáticos persona non grata».

La posición estadounidense ha arrastrado a otros países americanos, incluida Canadá. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue el primero en seguir a Trump reconociendo la legitimidad de Guaidó como presidente interno. «La historia nos ha mostrado que las dictaduras no pasan el poder de forma pacífica y nosotros tememos las acciones del Gobierno, o mejor, de la dictadura de Maduro», dijo en el Foro de Davos. A Brasil le han seguido Argentina, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Panamá, Ecuador, Honduras y Guatemala. Semejante apoyo a la causa antichavista habría sido impensable hace unos años, cuando buena parte de Suramérica simpatizaba con la causa bolivariana de Chávez, un escenario muy distinto al actual después de que en los últimos años la región haya girado al centroderecha. Aunque Trump dijera que «todas las opciones está sobre la mesa», los analistas descartan una intervención militar exterior contra Maduro.

Enfrente se sitúan países como Cuba, fiel aliado de Maduro, que ayer reaccionó indicando que el objetivo final es el control «de los vastos recursos» petroleros de Venezuela. México, con el izquierdista Manuel López Obrador en la presidencia, ha vuelto a la política del viejo PRI de no injerencia en la región y ayer deseó en un comunicado conjunto con Uruguay, «una solución pacífica y democrática frente al complejo panorama que enfrenta Venezuela». Nicaragua y Bolivia son otros sostenes del chavismo en el continente, a los que se han sumado en las últimas horas importantes socios comerciales de Caracas como Turquía e Irán.

El más combativo fue Rusia. El presidente Vladimir Putin señaló que la injerencia externa en Venezuela quebranta las bases del derecho internacional. El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, resaltó que el hecho de que EE UU y otros países, sobre todo latinoamericanos, reconocieran de inmediato al nuevo presidente indica que tuvieron una participación directa en la proclamación de Guaidó. Moscú ve en las acciones de Washington un intento de convertir a Venezuela en un nuevo escenario para aplicar recetas probadas para derrocar «Gobiernos indeseados», resalta el comunicado ruso. En los últimos cinco años, Rusia le proporcionó 10.000 millones de dólares en préstamos a Maduro. El 2016, la rusa Rosneft adquirió una participación del 49,9% en Citgo, la filial de la petrolera estatal venezolana en Estados Unidos.

En la Unión Europea ayer seguía imperando la cautela. Horas después del comunicado de la máxima representante de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, nada ha cambiado. Las cancillerías europeas no reconocen de manera expresa a Guaidó como presidente, si bien urgen a elecciones libres y piden que la voz de los opositores sea escuchada.

Los Veintiocho nunca han reconocido como válidos los últimos comicios que dieron la victoria a Maduro y apoyan a la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, pero ante las diferentes sensibilidades en las capitales europeas prefieren no dejar completamente cerradas las vías de diálogo con Maduro. Precisamente España es uno de los países que más estaba presionando para poner en marcha un grupo de contacto internacional en el que estuvieran involucrados el Gobierno de Maduro, las fuerzas opositoras y algunos países que contaran con el respaldo de las dos partes. Febrero era el mes señalado para que esta iniciativa viera la luz. «El comunicado ha ido todo lo lejos que podíamos», reconocen fuentes diplomáticas. Ante la velocidad de los acontecimientos, los portavoces europeos tampoco descartan que este reconocimiento a Guaidó pueda acabar produciéndose. «Por principio, no reconocemos los gobiernos sino los Estados», se limitó a asegurar la portavoz de Mogherini, Maja Mocinjancic.