El «aplausómetro» de Obama

El presidente recibió 15 minutos de aplausos durante su último discurso sobre el Estado de la Unión, dato inferior a sus anteriores «speeches»

Después de ocho años al frente de la Casa Blanca, Barack Obama protagonizó ayer su último discurso sobre el Estado de la Unión. La audiencia congregada en el Capitolio asistió a la habitual elocuencia del presidente, que logró cosechar quince minutos de aplausos en total. La cifra puede parecer abultada, pues equivale exactamente al 25,2% del discurso del mandatario, según ha recogido el diario estadounidense “The Washington Post”. No obstante, Obama ha alcanzado cotas más altas de aplausos a lo largo de sus ocho años de mandato.

La cabecera estadounidense ha realizado un exhaustivo estudio de los aplausos al presidente desde que éste llegara a la Casa Blanca. Fue en su primer discurso sobre el Estado de la Unión, en 2009, cuando el mandatario cosechó su cifra más alta, un 32,4% de aplausos sobre la duración total de su intervención ante la audiencia. Su momento más memorable, tras una intervención sobre la economía. “El impacto de esta recesión es real y está en todas partes. Aunque nuestra economía y confianza estén debilitadas y tengamos que vivir épocas inciertas y difíciles, esta noche quiero que cada estadounidense sepa que reconstruiremos y recuperaremos nuestro país y que Estados Unidos volverá a emerger con más fuerza”, afirmó el candidato entre vítores y aplausos.

Teniendo en cuenta la amenaza terrorista que ha sobrevolado la sociedad internacional durante los últimos años y la controversia alrededor del plan ObamaCare (la reforma sanitaria del mandatario), es comprensible que entre los temas más aplaudidos del presidente se encuentren sus comentarios sobre el Ejército o la seguridad nacional y sobre la atención sanitaria. Fue en 2009 también cuando Obama arrancó uno de los aplausos más largos que ha recibido, de 52 segundos, tras su emotiva intervención agradeciendo la labor de las Fuerzas Armadas. “Mientras estamos hoy aquí reunidos, nuestros hombres y mujeres uniformados permanecen en el extranjero, listos para desplegarse. Por cada uno de ellos y por sus familias, que son las que cargan con su ausencia, los estadounidenses debemos estar unidos para enviarles un mensaje: honramos vuestro servicio, vuestro sacrificio es nuestra inspiración y contáis con nuestro apoyo incondicional”.

Si bien Obama empleó su último discurso ante el Congreso para allanar el camino de los demócratas hacia la Casa Blanca de cara a las próximas elecciones presidenciales, lo que podría haber provocado el bajo índice de aplausos recibidos del mandatario, nadie puede negar que, tras su marcha, el que fue senador de Illinois seguirá cosechando vítores allá donde vaya.