Venezuela
El chavismo descabeza a la cúpula petrolera por corrupta
Al menos 15 ejecutivos de la compañía estatal PDVSA han sido arrestados por corrupción mientras la producción nacional cae a mínimos históricos
Al menos 15 ejecutivos de la compañía estatal PDVSA han sido arrestados por corrupción mientras la producción nacional cae a mínimos históricos
PDVSA, la petrolera estatal venezolana, se ha convertido en prácticamente la única fuente de ingresos del país. Una mina en la que después de años de robo y corrupción ha quedado esquilmada. La única opción para el régimen es hipotecar los yacimientos y vender las acciones de la empresa. Empresas chinas y rusas ya se han lanzado sobre el Gobierno desesperado de Nicolás Maduro, cuyo único interés es llegar a las presidenciales de 2018 con dinereo en las arcas públicas para perpetuarse en el poder.
En este contexto, el Gobierno chavista ha iniciado una limpieza entre altos cargos relacionados con el petróleo que se ha llevado por delante al ex ministro de Petróleo de Venezuela, Eulogio del Pino, y al ex presidente de PDVSA Nelson Martínez. Los dos jerarcas fueron arrestados ayer por su presunta vinculación a una trama de corrupción en la industria petrolera. Una caza de brujas que no convence a nadie y parece tan sólo la punta del iceberg de una escándalo sin límites. Chivos culpables, pero también expiatorios. «En PSVSA se precisa una matanza hablando metafóricamente, una limpieza en términos profesionales», comentó a LA RAZÓN un funcionario de la empresa estatal que prefiere mantener su nombre en el anonimato.
El fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, compareció después para explicar la magnitud de la operación: «Estamos haciendo un trabajo por adecentar PDVSA», afirmó el fiscal, que expresó su agradecimiento a Maduro por el «apoyo incondicional» en estas investigaciones.
Recientemente las autoridades arrestaron en Caracas a seis directivos de Citgo, una filial de PDVSA en Estados Unidos. En concreto, el Ministerio Público les acusó de prácticas corruptas, y también implicó al presidente interino de la compañía, José Pereira.
Las detenciones se suman a unas dos docenas de ejecutivos de alto nivel que han sido arrestados por petición de la Fiscalía en las últimas semanas, dejando vacíos los altos mandos en PDVSA, sustituidos ahora por militares. En lo que va de año han sido arrestados un total de 65 funcionarios de los que al menos 16 eran «altos cargos», según el fiscal general.
Uno de esos militares ascendidos es Manuel Quevedo, nombrado presidente de PDVSA y ministro del Petróleo. Con los últimos cambios, la petrolera estatal y prácticamente todos los ministerios han quedado militarizados. Una mutación de tecnócratas a castrenses que comenzó con el fallecido Hugo Chávez y que su pupilo Maduro culmina ahora.
El Gobierno también parece haber puesto en el punto de mira al otrora poderoso Rafael Ramírez, quien fue durante diez años presidente de PDVSA y ministro de Petróleo. Según publican varios medios, Ramírez podría ser destituido en los próximos días como embajador de Venezuela ante la ONU, una decisión que se vincula a la campaña anticorrupción del Ejecutivo. Según el Parlamento, controlado por la oposición, Ramírez habría malversado 11.000 millones de dólares en sus años al frente de la compañía estatal.
Nada es casual. Venezuela intentará hacer oír su voz esta semana en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Busca dar una imagen de rectitud, de orden, en sus horas más bajas, en mitad del caos que impera en el país bolivariano.
«Reflotar ahora a PDVSA es muy complicado. No por cambiar a un gestor por un militar, que tampoco parece tener una gran experiencia en temas petroleros, el problema se va a subsanar», afirmó Gonzalo Escribano, director del programa Energía del Real Instituto Elcano. A pesar de que Venezuela tiene las reservas de petróleo más importantes del planeta, la falta crónica de inversiones ha lastrado su capacidad de producción hasta dejarla en mínimos históricos.
Según datos de la propia petrolera, la producción diaria ha descendido más de un 23% entre enero de 2016 y octubre de 2017.
El oro negro es vital para la economía y la estabilidad del Gobierno venezolano y Quevedo, el nuevo jefe de la empresa, tiene el gran objetivo de elevar la producción, ahora cercana a 1,9 millones de barriles diarios cuando en 2008 llegó a alcanzar los 3,2 millones. El otro gran problema de PDVSA es la corrupción, como reconoció el propio Maduro al nombrar a Quevedo para que haga «limpieza» y reestructure totalmente la compañía. En este contexto, las autoridades venezolanas detuvieron la semana pasada por presunta corrupción al presidente y a cinco vicepresidentes de Citgo, la filial en Estados Unidos de PDVSA, por «un robo descarado», en palabras de Maduro. Sin embargo la tarea será ardua. «El problema de PDVSA es un problema de falta de inversión, de falta de mantenimiento. El dinero que genera se lo quita el Gobierno para financiar gastos que mantengan la estabilidad del régimen», apuntó Escribano.
Paradójicamente, las dificultades para producir petróleo en Venezuela –uno de los miembros fundadores de la OPEP– son benéficas para este cártel, que desde el año pasado está limitando su producción para estimular los precios al alza.
«A principios de año había preocupaciones de que Venezuela fuera uno de los países que no cumpliera con las cuotas [a la baja], pero en realidad está muy por debajo del objetivo», explicó Richard Mallinson, un analista de Energy Aspects.
El Gobierno venezolano mostró ayer tener más expectativas que la oposición ante el proceso de negociación política que comineza hoy en República Dominicana, donde se instalará una mesa preparatoria de los futuros encuentros formales. La oposición protestó por la detención ayer del alcalde Luis Daniel Cabeza practicada por el Servicio Bolivariano de Inteligencia. Cabeza es regidor del municipio de Bolívar, del Estado de Sucre (noreste), y hasta ahora se desconocen detalles de su arresto.
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