Política

Venezuela

El Ejército apoya por ahora a Maduro

El sucesor de Chávez se atrinchera en Miraflores y amenaza con detener al líder opositor mientras recibe el apoyo de las todopoderosas Fuerzas Armadas

El presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, ondea la bandera venezolana
El presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, ondea la bandera venezolanalarazon

El sucesor de Chávez se atrinchera en Miraflores y amenaza con detener al líder opositor mientras recibe el apoyo de las todopoderosas Fuerzas Armadas.

Juan Guaidó levantó su mano derecha y juró «asumir formalmente las competencias como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación y tener elecciones libres». El presidente de la Asamblea Nacional se declaró por tanto encargado del Poder Ejecutivo en respuesta a la «usurpación» del Gobierno de Nicolás Maduro. Sus palabras fueron recibidas con aplausos y vítores de una gran multitud concentrada en el este de Caracas, atendiendo la convocatoria del Poder Legislativo para este 23 de enero, en conmemoración del derrocamiento de la última dictadura del siglo XX venezolano, la de Marcos Pérez Jiménez.

«Debemos lograr el respaldo de la Fuerza Armada Nacional y de toda la comunidad internacional para restituir la Constitución. Juro mantener el camino de la no violencia», agregó. «Hoy doy el paso con ustedes, entendiendo que hoy estamos en una gran dictadura», cerró su mensaje. Su juramento no fue transmitido por ninguna televisión. Al bajar de la tarima, dijo no temer una acción judicial en su contra.

Maduro se aferra al poder, con reconocimiento del aparato burocrático del Estado y el Ejército, al menos por ahora. Sentado sobre bayonetas, insiste en haber sido reelegido, a pesar de que los comicios de 2018 no son considerados legales por el Parlamento, 19 países del continente, EE UU, o la UE. Y si no hay reelección, el poder debe recaer en el Parlamento, según la Constitución.

Cuando Guaidó anunció que asumirá las competencias del Poder Ejecutivo varios diputados a su alrededor se mostraron sorprendidos. «Hasta anoche había acuerdo en que eso no ocurriera, pues aún no era el momento», dijo un parlamentario. Otro estaba más enterado: «Se decidió esta mañana. Ya tiene los apoyos necesarios, y no podía esperar más», contrastó otro parlamentario. Solo un círculo cercano lo sabía de antemano.

Y respaldos sí que tiene. Apenas minutos después de anunciar Guaidó que asumía la Presidencia provisional, la Casa Blanca emitió un comunicado oficial confirmando que Donald Trump, lo reconoce como legítimo jefe de Estado en Venezuela. «Los ciudadanos de Venezuela han sufrido demasiado tiempo a manos del régimen ilegítimo de Maduro».

Más tarde se sumaron los gobiernos de Canadá, Paraguay, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Costa Rica, Chile y Argentina, que anunciaron que consideran a Guaidó como la primera autoridad del país. Ya el 10 de enero, un total de 19 países del continente habían rechazado otro mandato de Maduro en la Organización de Estados Americanos. El Grupo de Lima también respaldó al presidente provisional.

Por otra parte, la decisión de Guaidó estuvo impulsada porque «se adelantaron los acontecimientos, el Gobierno igual iba a actuar», dijo un informante a LA RAZÓN. Se refería a la decisión de encausar judicialmente al presidente del Parlamento por «usurpación de funciones», después de que el Legislativo designara al abogado Marcos Tarre Briceño como representante diplomático ante la OEA en sustitución de Samuel Moncada, enviado de Maduro. Y efectivamente, justo antes de que Guaidó diera su discurso ayer, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo confirmó que las decisiones parlamentarias constituían delito y exhortaba a la Fiscalía a ejercer acciones penales contra los diputados involucrados. «Si lo van a meter preso, que metan preso a un presidente de la República encargado», completó el diputado. Queda en manos del Ministerio Público solicitar la captura del parlamentario, bajo el supuesto de que su inmunidad queda anulada por estar en «flagrancia», según los criterios del Poder Judicial. La gran duda es el apoyo militar. Desde la noche del martes, cuando las calles de la capital se encendían en protestas, organismos de seguridad y salas situacionales estaban alerta ante la sospecha de que se produjeran nuevos alzamientos militares para no reconocer a Maduro. Especialmente de cara a una acción como la de Guaidó.

El presidente norteamericano, Donald Trump, advirtió ayer de que «aunque no consideran ninguna acción, todas las opciones están sobre la mesa» si el régimen chavista opta por el uso de la violencia.

Al cierre de esta edición, la Fuerza Armada Nacional publicó un comunicado en el que ratificaba su lealtad «absoluta» a Maduro para el periodo 2019-2025 y «desconoce cualquier acto ilegal adverso a la voluntad del pueblo». Anoche, el ministro de Defensa, Valdimir Padrino, declaró que los militares no aceptarán «a un presidente impuesto» y confirmó su lealtad a Maduro. El Ejército, añadió, será «garante de la soberanía nacional». «El desespero y la intolerancia atentan contra la paz de la nación. Los soldados de la patria no aceptamos a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses ni autoproclamado al margen de la ley», escribió en Twitter.

El 10 de enero, el generalato venezolano afirmó en un comunicado respaldar un nuevo mandato del «hijo de Chávez», y al día siguiente Padrino afirmó que los militares venezolanos están dispuestos «a morir» por él.

Entretanto, Maduro salió a las puertas de Miraflores –no quiso abandonar la residencia oficial– y advirtió de que «la justicia debe actuar» ante el acto de Guaidó. Anunció también que se rompían las relaciones con EE UU por su «intervencionismo». Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del chavismo, anunció que la militancia revolucionaria se mantendrá en «vigilia» en Miraflores incluso durante las noches frente a la sede presidencial, cual escudo humano ante las posibles agresiones al gobernante.