Canadá

Trudeau se disculpa por una foto antigua calificada de “racista”

La imagen de un joven Trudeau de 29 años con la cara pintada completamente de negro ha provocado numerosas críticas que lo acusan de racismo

Trudeau disfrazado de Aladino en una foto de 2001/Time
Trudeau disfrazado de Aladino en una foto de 2001/Timelarazon

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha pedido disculpas después de que saliera a la luz una fotografía de 2001 en la que aparece disfrazado de un personaje de Aladdin.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, no sabe ya dónde esconderse. Pillado en falta por una fotografía de 2001 en la que se le distingue disfrazado de hindú, se le acumulan los ataques. Racista, xenófobo, insensible. Acuciado, el político pidió disculpas y, en modo defensivo y sin que nadie hubiera preguntado, se disculpó por otra fotografía, tomada en sus días del instituto, donde también aparece con la cara pintada.

Casi inmediatamente el columnista Evan Solomon publicaba en un tuit que había encontrado la imagen: «Exclusiva. Varias fuentes me han confirmado que esta es LA imagen de @JustinTrudeau con la cara negra, en la escuela secundaria, a la que hizo referencia durante su conferencia de prensa. Del anuario de la universidad Brebeuf. Aparentemente está cantando Day oh».

Delante de los periodistas, en el avión presidencial, Trudeau, que afronta la reelección el próximo 21 de octubre, había insistido en que «no debería haberlo hecho. Debería haberlo sabido, pero no lo hice. Y lo siento mucho». El político aseguró que se presentaba al pueblo de Canadá para «combatir la intolerancia y la discriminación, aunque obviamente cometí un error en el pasado».

Unas disculpas que no parecían convencer a sus opositores. Así, la líder del partido verde, Elizabeth Mary, apenas tardó minutos en expresar que está «profundamente conmocionada», dijo, «por el racismo que exhibe la fotografía de Justin Trudeau». Al mismo tiempo le exigió «disculparse por el daño causado y comprometerse a aprender y apreciar los requisitos para modelar su liderazgo en justicia social en todos los niveles de gobierno».

«En este asunto ha fallado», sentenció, muy en la línea de todos los herederos y promotores de las guerras culturales que asolan el país y de las que Trudeau se ha declarado, en no pocas ocasiones, aliado. Un hombre al que el psicólogo Jordan Peterson ha acusado de «capitalizar sin virtud el nombre de su padre», que fue nada menos que Pierre Trudeau. Para Peterson, el hijo de Pierre aprovechó la fama del padre sin atender a la «obligación moral» de superar sus logros, aunque sólo fuera por compensar la ventajosa posición de salida desde la que accedió al liderazgo del país.

Pero por supuesto los problemas de Trudeau van más allá de la opinión del eminente y polémico académico. Especialmente porque después de las fotos la cadena de televisión Global Newsdistribuyó un vídeo, de origen incierto, en el que se ve al joven Trudeau de nuevo maquillado con la cara oscura y, de paso, con los pantalones por los tobillos. Conviene añadir, eso sí, que la polémica tiene mucho que ver con las cicatrices de los llamados espectáculos “minstrel”, especialmente en EEUU durante el siglo XIX y principios del XX, y en los que los actores ambulantes, blancos, solían maquillarse como negros para entregarse a los estereotipos raciales.

El humor “blackface” cayó en desuso a mediados del siglo XX. El momento más recordado del “blackface” en la cultura popular quizá sea el de la película “El cantante de jazz”, protagonizada por Al Jonson en 1927. Pero fue con “El nacimiento de una nación”, la genial y repugnante obra maestra de D.W. Griffith, de 1915, que el “blackface” quedó transformado en sinónimo de racismo. Sorprende que un «aliado» tan dedicado como Trudeau no reparase en los antecedentes históricos.

La revista 'Time', que ha dif

“Me siento impresionado y decepcionado", explicó Scheer. "Pintarse la cara de negro es un acto de racismo. Lo que los canadienses han visto esta tarde es a alguien con una completa falta de juicio e integridad y alguien que no encaja en el Gobierno de este país".

En el mundo anglosajón pintarse la cara de negro se considera ofensivo. Hace más de 200 años los artistas blancos se pintaban la cara de negro para burlarse de los esclavos africanos en representaciones teatrales en Estados Unidos. Desde entonces se califica como un gesto racista.