Rusia
El soldado Manning, condenado a 35 años por el «caso Wikileaks»
Sentencia «ejemplarizante» para el filtrador de 700.000 documentos secretos del Ejército de EE UU, aunque podría quedar libre en nueve años
Bradley Manning, el joven soldado que filtró miles de cables diplomáticos a Wikileaks, fue ayer finalmente condenado a 35 años de cárcel por un tribunal militar. Manning era acusado de robo de propiedad del Ejército de EE UU y violación de la Ley de Espionaje al haber copiado y difundido la información.
Bradley Manning, el joven soldado que filtró miles de cables diplomáticos a Wikileaks, fue ayer finalmente condenado a 35 años de cárcel por un tribunal militar. Manning era acusado de robo de propiedad del Ejército de EE UU y violación de la Ley de Espionaje al haber copiado y difundido la información. La condena ha sido inferior a los 90 años a los que se enfrentaba por la suma de todos los cargos y a los 60 que pedía el Gobierno. Según explicó el tribunal, el filtrador tan sólo deberá cumplir un tercio de la condena para poder optar a la libertad condicional. Además, del total de 35 años se le descontarán los 1.293 días que ha permanecido bajo arresto hasta la sentencia final, más 112 días en compensación por el trato abusivo al que fue sometido en prisión.
Desde su cuenta oficial de Twitter, Wikileaks no tardó en felicitarse por la condena reducida. «Significativa victoria estratégica en el caso de Bradley Manning. Manning podría quedar en libertad en menos de nueve años», aseguraba la organización. Para otros de los defensores del soldado, la sentencia no es ni mucho menos un motivo de alegría. «La condena es la más larga que ha habido nunca por filtrar información a la Prensa. Hasta la fecha, ninguna había superado los dos años», afirma Liza Goitein, analista del Brennan Center for Justice. Desde el Sindicato Americano de Libertades Civiles han ido más allá y criticaron un sistema judicial como el americano, «que castiga de forma mucho más dura a un soldado que compartió información con la Prensa y la opinión pública que a otros que han torturado a prisioneros y matado a civiles».
El abogado defensor David Coombs ha definido al joven militar como un hombre «bienintencionado, pero aislado por sus problemas de identidad sexual». «Su mayor crimen fue preocuparse por la pérdida de vidas de la que estaba siendo testigo», dijo Coombs en referencia a los numerosos vídeos que sacó a la luz en los que soldados estadounidenses abrían fuego contra civiles y periodistas. Según el abogado, Manning no ha tenido un juicio justo, sino un espectáculo destinado a «enviar un mensaje a los filtradores» que ha sido orquestrado desde las más altas esferas. Lejos de intentar negarlo, el fiscal militar admitió que «la corte debe enviar un mensaje de disuasión para cualquier soldado que pueda estar pensando en robar información clasificada». Según la acusación, «los crímenes que ponen en peligro la seguridad nacional y el sistema en su totalidad deben ser tomados muy en serio».
Mientras Manning sigue en prisión cumpliendo su condena, Coombs ya ha organizado una nueva campaña para pedir la absolución al presidente Barack Obama, a la que también se han sumado organizaciones como Amnistía Internacional. Pero a pesar de la campaña y los apoyos que ha recibido, todo parece que indicar que nada va a hacer cambiar la condena, y mucho menos la intervención presidencial.
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