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El Supremo avala partes del veto migratorio de Trump
El alto tribunal da un balón de oxígeno al presidente de EE UU y restaura parcialmente el decreto para prohibir la entrada a 6 países musulmanes.
El alto tribunal da un balón de oxígeno al presidente de EE UU y restaura parcialmente el decreto para prohibir la entrada a 6 países musulmanes.
Por fin una victoria para Donald Trump. El Tribunal Supremo de Estados Unidos restauró ayer parcialmente la controvertida prohibición de viaje a seis países de mayoría musulmana ordenada por la Casa Blanca. El alto tribunal tomó esta decisión por unanimidad al admitir a trámite un recurso que había presentado la Administración Trump contra la suspensión judicial del veto migratorio impuesto a ciudadanos de Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen durante 90 días.
Dicha orden presidencial fue firmada en marzo y adoptada argumentando motivos de seguridad. El texto también suspendía el programa de acogida de refugiados durante 120 días, el periodo necesario, según la orden, para mejorar el sistema de vigilancia y así evitar la infiltración de personas peligrosas.
El Supremo permitió ayer que entre en vigor una versión limitada del polémico decreto. De momento, sólo podrán entrar al país aquellos viajeros que demuestren que «tienen relación con alguna persona o entidad en Estados Unidos», hasta que los jueces escuchen los primeros argumentos en octubre, y dictaminen en junio del año que viene. Esto quiere decir que sí podrán entrar aquellas personas que tengan familiares en Estados Unidos y los que vengan a trabajar o a estudiar en alguna universidad. El Supremo también restaura la prohibición para que los refugiados puedan establecerse en EE UU durante de 120 días.
Ayer, los jueces del Supremo Clarence Thomas, Samuel Alito y Neil Gorsuch afirmaron que para ellos prevalece el interés del Gobierno en preservar la seguridad nacional del país sobre los derechos de entrada de cualquier individuo y se declararon a favor de validar el decreto en su totalidad. La unanimidad de la decisión de ayer hace prever que habrá una validación total del veto del presidente. «Creo que la decisión de esta corte será difícil de aplicar. Cargará sobre los funcionarios la tarea de decidir si individuos de las seis naciones afectadas pueden entrar en el país o no, al no quedar claro qué significa tener lazos familiares», apuntó el magistrado Thomas.
La decisión del Supremo invita a pensar que la batalla legal seguirá. Hasta ahora, la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito en Richmond (Virginia) ha establecido que el decreto de Trump violó la Primera Enmienda al discriminar según la religión de un individuo. Mientras, la del Noveno Circuito de San Francisco (California), que también ha bloqueado la orden, basó su decisión en que Trump había abusado del poder que le otorga el Congreso. La decisión última marcará un precedente para valorar en un futuro hasta dónde llega el poder del presidente de Estados Unidos.
El decreto se emitió el 27 de enero y generó un aluvión de críticas y mucha confusión en los aeropuertos internacionales del país, donde cientos de viajeros quedaron envueltos en una maraña legal hasta que los jueces paralizaron la medida. El presidente republicano ha cargado desde entonces con la decisión de los magistrados, a los que ha acusado en poner en peligro la seguridad nacional. El decreto provocó malestar en la secretaria de Estado y el Departamento de Defensa. A esto se añadieron después las demandas interpuestas por refugiados y grupos de activistas de derechos humanos en varias cortes federales de Estados Unidos.
Para Trump, esta decisión del Supremo es «una victoria muy clara para nuestra seguridad nacional» porque «permite que se suspendan los viajes para los seis países con tendencia al terrorismo y que entre en vigor en su mayoría la suspensión del programa de refugiados», destacó el mandatario en un comunicado oficial. «Como presidente no puedo permitir que entre en nuestro país gente que quiere hacernos daño. Quiero a gente que ame a Estados Unidos y a todos sus ciudadanos y que sea trabajadora y productiva», argumentó. Trump afirmó la semana pasada que la orden podría entrar en vigor en 72 horas si las cortes levantaban el bloqueo que había impedido su implementación.
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