Estados Unidos
El Supremo fallará sobre los decretos migratorios de Obama cinco meses antes de las presidenciales
Los republicanos temen que los demócratas se beneficien de un veredicto que respalde la suspensión de las expulsiones de menores “sin papeles”
Los republicanos temen que los demócratas se beneficien de un veredicto que respalde la suspensión de las expulsiones de menores “sin papeles”
Cuando los republicanos tumbaron su reforma migratoria, el presidente Barack Obama entendió que tenía que aprobar ciertas iniciativas a través de provisiones. Sabía que los republicanos iban a hacer lo imposible por boicotear cualquier iniciativa. Y más la reforma migratoria, cuya aprobación proporcionaría a los demócratas el apoyo clave del electorado hispano en las elecciones presidenciales de noviembre. Por ello, Obama decidió sacar de las sombras poco a poco a los once millones de indocumentados de Estados Unidos, de los que la mayoría, precisamente, son hispanos.
Sin embargo, los republicanos no iban poner las cosas tan fáciles. Las ordenes ejecutivas aprobadas por el presidente para evitar las deportaciones de niños y adolescentes y padres con hijos estadounidenses se empezaron a discutir ayer lunes en el Tribunal Supremo. Los jueces emitirán su decisión en junio, justo antes de las convenciones nacionales de ambos partidos, es decir a menos de seis meses de las elecciones presidenciales.
De ahí que la controversia legal llega en forma del caso Estados Unidos contra Texas, después de que en el Estado fronterizo se mantenga que las decisiones del presidente carecen de legalidad y perjudican al territorio que comparte frontera con México. Aun así, es cierto que el presidente ha actuado amparado por la Ley, que le respalda para tomar estas decisiones.
Pero no es esto lo que preocupa a los republicanos. El presidente de la Corte Suprema, el juez John Roberts, nombrado por el ex presidente George W. Bush, ya ha decidido en otras ocasiones a favor de Obama. Concretamente, cuando se elevó la cuestión de la reforma sanitaria, piedra angular de su primer mnadato. Entonces, Roberts salvó la iniciativa. Ahora temen que ocurra lo mismo cuando el alto tribunal anuncie su decisión en junio. Un fallo, en definitiva, que podría determinar quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.
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