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Turismo
Venecia es una de las ciudades más azotadas del mundo por el turismo masivo. Hoy, Setrak Tokatzian, presidente de la asociación de hosteleros de la Plaza de San Marcos de la ciudad de los canales, ha levantado la voz en una entrevista con el periódico Corriere della Sera. Y lo ha hecho con unas palabras que no dejarán indiferente a nadie.
El comerciante, joyero de profesión, asegura que Venecia está siendo invadida por "turistas pobres". "Todos los días veo ríos de gente llegando a la ciudad, pero sin destino. Se desplazan de un lado a otro, a menudo guiados por operadores turísticos, subiendo a góndolas, subiéndose a taxis, corriendo de un lado a otro, pero nadie compra nada", lamenta. "Lo siento, pero este turismo es obsceno".
Lo que más denuncia el empresario es, por supuesto, que muchos de esos turistas deambulan por la ciudad pero no se detienen en los comercios locales. "Hay una explosión total de turismo excesivo como nunca antes, con gente que deambula sin entrar en las tiendas ni saber siquiera dónde están".
Asegura que esta crisis afecta al sector del ultralujo, ya que la asistencia a este tipo de comercios especializados (moda, bolsos de diseño, joyerías) ha disminuido. A finales de junio Jeff Bezos, fundador de Amazon, causó un enorme malestar en la urbe, ya que celebró allí su boda y pretendía privatizar calles enteras. Sí se viralizó la propina que dejó en un hotel, ya que su cuantía era mayor que la que suele cobrar un italiano en un año entero de trabajo.
"Además, los hoteleros también reportan una disminución en la asistencia, al igual que los restaurantes. Yo mismo he visto a varias familias compartiendo un plato de pasta o una bebida. Hay colas en las fuentes para conseguir agua porque ya ni siquiera pueden comprarla", insiste el presidente de los comerciantes de la conocida plaza veneciana. "¿Dónde está la gente que se preocupa y aporta algo a la ciudad?".
El empresario asegura que este fenómeno no es exclusivo de Venecia y que incluso se puede ver en otras ciudades italianas como Milán. "Pero aquí en la plaza no hay nadie que se detenga a mirar mis escaparates. Un mar de gente llega desde la costa, se sube al coche por la mañana, vuelve por la tarde, y ni siquiera saben dónde han estado".
Por esta razón propone "límites para turistas" e incluso una tasa turística de hasta 100 euros a cada uno de ellos. "Hay gente que viene de campings cercanos a la ciudad y se nota porque no saben dónde están y se van sin haber comprado nada. Al mismo tiempo cada vez hay más comerciantes ilegales haciendo negocio de todo esto delante de mis ojos".
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