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Erdogan condiciona la adhesión de Suecia a la OTAN a la entrega de F-16 por EE UU

Orban no ve "urgente" la integración del país nórdico en la Alianza

Recep Tayyip Erdogan, junto a Ilham Aliyev durante su visita ayer a Azerbaiyán
Recep Tayyip Erdogan, junto a Ilham Aliyev durante su visita ayer a AzerbaiyánDPA vía Europa PressEuropa Press

El chantaje permanente. Hasta ahora, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había justificado su oposición a dar el visto bueno a la adhesión de Suecia a la OTAN a que el país nórdico se alejara de los grupos kurdos, extraditara a presuntos terroristas e impidiera las quemas del Corán. Pero los aliados de la Alianza siempre apuntaban a que Ankara realmente bloqueaba el ingreso de Estocolmo a la organización para obligar a Estados Unidos a enviar los F-16 bloqueados por el Congreso. Hasta este martes, cuando Erdogan ha reconocido abiertamente que el Parlamento turco, que reanuda sus sesiones tras el receso estival la próxima semana, no ratificara el ingreso sueco hasta que EE UU "cumpla con sus promesas".

"Nuestro ministro de Exteriores, Hakan Fidan, ha hablado varias veces del tema con su colega norteamericano, Antony Blinken. Espero que si ellos se mantienen fieles a su palabra, nuestro Parlamento también se mantendrá fiel a la suya", explicó Erdogan en el vuelo que le traía de regreso de su visita oficial a Azerbaiyán.

Preguntado por si se refería a la bloqueada venta de los cazas F-16 estadounidenses a Turquía, Erdogan aseguró que "tanto Suecia como Canadá y Estados Unidos vinculan ambos asuntos". "Nosotros decimos que si ustedes tienen un Congreso, nosotros tenemos un Parlamento, y no podemos dejarlo de lado. Tenemos una coalición de partidos y trabajamos por la unidad, pero la decisión sobre el acceso de Suecia a la OTAN la dará el Parlamento", reiteró el mandatario turco.

Desde que Estocolmo anunció su decisión de acabar con más de 200 años de no alineamiento militar y pedir formalmente su ingreso en la Alianza Atlántica en mayo de 2022, Turquía no ha cesado de poner palos en el proceso de adhesión. Sin embargo, en la Cumbre de Vilna de la Alianza Atlántica celebrada el pasado julio, Erdogan se comprometió finalmente a dar el "sí" a Suecia a cambio, entre otras cosas, de que el país nórdico se comprometiera a apoyar sus aspiraciones a la Unión Europea.

Junto a Turquía, Hungría es el otro país que aún no ha dado su plácet al ingreso sueco en la organización militar, que exige el apoyo unánime de sus 31 miembros (Finlandia se adelantó a su vecino nórdico e ingresó en abril). El viento que sopla estos días desde Budapest tampoco resulta muy halagüeño para los intereses suecos. El imprevisible primer ministro húngaro, Viktor Orban, dudaba ayer ante el Parlamento sobre la urgencia del ingreso de Estocolmo en la Alianza Atlántica.

"Me pregunto si hay algo urgente que nos obligue a ratificar la candidatura de Suecia a la OTAN. No veo ninguna circunstancia así", declaró Orban a los diputados de un Parlamento donde su partido, Fidesz, cuenta con una holgada mayoría absoluta. El líder populista respaldó sus declaraciones diciendo que no había "ninguna amenaza para la seguridad de Suecia" ni ninguna relación militar con el país nórdico que pudiera verse comprometida.

Lo cierto es que las autoridades de Budapest parecen empeñadas en hacer pagar muy caro las críticas vertidas por los sucesivos gobiernos suecos por el deterioro del Estado de derecho magiar.

En las últimas semanas, las críticas húngaras aumentaron después de que resurgiera un vídeo de 2019 que supuestamente apunta al declive democrático en Hungría.

"En las escuelas de Suecia se difunden graves acusaciones e informaciones falsas entre los estudiantes", escribió el Ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, en una carta enviada a su homólogo a mediados de septiembre.

El vídeo sobre Hungría que se muestra en las escuelas "eleva el problema... al nivel de política internacional, y no lo aceptaremos", remachó Orban este lunes. Hasta ahora, el líder húngaro había apoyado públicamente la adhesión sueca a la OTAN y consideraba la ratificación parlamentaria como un "mero trámite". Sin embargo, en una aparente estrategia coordinada, Budaapest parece que no moverá ficha hasta que Ankara haya hecho su parte para que Suecia se convierta finalmente en el socio 32º de la organización militar. Desde Estocolmo, ya se evita marcar un objetivo oficial a la adhesión, si bien se confía en que el país escandinavo ya sea un Estado de pleno derecho en la cumbre que la OTAN celebrará el próximo mes de abril en Washington para conmemorar su 70º aniversario.