Los escuderos que guían a Trump hacia la Casa Blanca

En Estados Unidos, el sentir general de que el magnate Donald Trump ganará las primarias de su partido es tan fuerte que muchos ya empiezan a preguntarle al exmandatario quién será su compañero de fórmula para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024. El republicano no suelta prenda. Asegura que no lo tiene claro todavía, y su capacidad de control sorprende, sobre todo teniendo en cuenta la ímpetu y espontaneidad a la que nos tiene acostumbrados.

La inusual prudencia quizás se deba a un equipo de campaña que dota de equilibrio al histriónico expresidente amante de los espectáculos mediáticos. Un grupo reducido de hombres de confianza que se organiza en torno a una piedra angular femenina, Susie Wiles, a bordo del súper avión Boeing 757 del exmandatario o en su enorme mansión de Mar-a-Lago en Florida.

Se trata de una asesora política norteamericana de 66 años que ya antes ha ayudado a Trump a ganar contiendas que pintaban mal desde el principio. Como cuando consiguió que el exmandatario ganara en Florida en 2016 contra la candidata demócrata y ex primera dama Hillary Clinton o hizo un lavado de imagen del republicano tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

Wiles tiene muy claro que prefiere evitar el espectáculo siempre que pueda, su corte es bastante discreto. Por eso, una de las más reconocidas asesoras políticas ha creado un equipo de campaña en el que ha querido mantener «alejados a los locos», según han explicado fuentes de su entorno a un medio nacional. Los dirige a todos desde la base de operaciones en Florida, pero no necesita moverse de allí para darse cuenta de lo que ocurre en su «casa».

Wiles ha instado a los megadonantes republicanos que ignoren los comentarios más ofensivos de Trump y se centren en su ventaja en las primarias como la única posibilidad real de vencer al presidente Joe Biden en las próximas elecciones. Pero ¿es eso posible, separar al mensajero del mensaje? De momento su campaña recaudó 19 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2023, aunque también hay que decir que invirtió cerca de 50 millones de dólares en gastos legales para defenderse de las varias causas que tiene pendientes en los tribunales.

Codo con codo, Wiles cuenta con Chris LaCivita, su mano derecha, un exmarine de 57 años herido en la Guerra del Golfo en 1991 que trabajó también en la campaña del expresidente republicano Ronald Reagan. Pertenece al círculo de más confianza de Trump. Junto con Wiles y el resto del equipo le gusta mantenerse en segundo plano, a diferencia de los asesores que vimos en la campaña de Trump en las elecciones de 2016. Casi todos posaban en la mayoría de las fotos a pesar de que las rencillas y filtraciones eran de sobra conocidas. Trump ha elegido esta vez un equipo de asesores que, como dijo LaCivita en su momento, «vamos a la guerra con personas en las que confiamos».

El veterano hace el trabajo de campo junto con su aliado Brian Jack, un hombre de 35 años exdirector de asuntos públicos de la Casa Blanca durante el anterior mandato en la Casa Blanca de Trump. Ahora se encarga de reunir el respaldo de los legisladores y conseguir así el apoyo dentro del Partido Republicano.

El encargado de desacreditar a los competidores de Trump tiene 48 años y se llama Jason Miller. En 2008 trabajó en la candidatura del exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, y él es quien se encarga de buscar memes, motes o cualquier oportunidad para ridiculizar al enemigo. El estratega político fue acusado de violación en varias ocasiones por una mujer que formaba parte del anterior equipo de campaña con quien, al parecer, mantuvo una aventura sentimental. Él siempre lo ha negado todo, pero los litigios siguen en manos de un juez, el abogado de la acusación asegura que durante la anterior presidencia Miller participó en un «ciclo de coerción sexual, violación, agresión sexual, abuso y tráfico sexual».

Es sabido el gran aprecio que tiene Trump por lanzar mensajes a través de las redes sociales, sobre todo cuando se enfada. Para revisar que funcionen como debe ser, está un viejo amigo del exmandatario, Dan Scavino, de 47 años. Es quien ha acompañado a Trump durante más años, desde 1990, cuando se desempeñaba como «caddie» de Golf. Es de los pocos que ha vivido junto al Trump empresario, antes de que entrara en el mundo de la política, quizá por eso la gran amistad entre ambos, el exmandatario ha llegado incluso a darle el crédito de haber ganado la presidencia en 2016.

Las encuestas de la campaña y su control corren a cargo de John McLaughlin, que anteriormente trabajó para el actor Arnold Schwarzenegger cuando fue gobernador de California, y su hermano. No lo tienen fácil, porque desde que las encuestas fueron incapaces de pronosticar la aplastante victoria de Trump en 2016, el jefe de los hermanos McLaughlin las odia.

Por último, no hay que olvidar al combativo jefe de comunicaciones, Steven Cheung, cuya agenda no debe de tener ni un hueco vacío, dada la constante actividad de su jefe en los medios de comunicación. Cheung tiene 41 años y ha trabajado en las tres campañas presidenciales de Trump. Junto con Miller se encarga de la prensa, y a muchos les engaña su apariencia calmada y su bajo y calmado tono de voz. Fuentes cercanas al exmandatario aseguran que es uno de los principales perros de ataque de Trump y puede ser realmente agresivo cuando se trata de defender a su jefe.