Jerusalén

Estados Unidos reimpulsa el frágil proceso de paz

Kerry y Netanyahu se dan la mano, ayer, tras la conferencia de prensa en Jerusalén
Kerry y Netanyahu se dan la mano, ayer, tras la conferencia de prensa en Jerusalénlarazon

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, inició ayer su décima ronda de conversaciones en Israel y hoy se trasladará a Cisjordania, con el objetivo firme de avanzar hacia un acuerdo de paz. «Mi función no es imponer nada a ninguna de las partes», declaró en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén. «Mi rol es facilitar a ambas partes las cosas para que puedan alcanzar a un acuerdo de paz, un marco que haga posible este logro».

La encomiable ofensiva diplomática estadounidense tiene, sin embargo, una compleja traducción sobre el terreno. El primer ministro israelí dejó ayer claro la desconfianza que le inspira su interloculor palestino, Mahmud Abas. «John, el pueblo de Israel y yo estamos dispuestos a logra una paz histórica», dijo a Kerry. «Pero para ello es necesario un liderazgo palestino que esté igualmente dispuesto. Y eso no lo vemos», señaló en referencia a Abas. Netanyahu hizo referencia a las escenas vividas la semana pasada, cuando Israel excarceló a 26 presos palestinos con delitos de sangre en el marco del proceso pactado en su momento con Washington para poder volver a la mesa de negociaciones, y criticó el hecho de que Abas los hubiera recibido como «héroes» nacionales, aunque para los israelíes son «asesinos de mujeres y niños inocentes». Israel interpretó estos actos de enaltecimiento de los terroristas palestinos como un gesto imprudente y poco ejemplar de las autoridades palestinas.

En este contexto, Kerry insistió en que «en las próximas semanas y meses, ambas partes deberán tomar difíciles decisiones para garantizar que la paz sea no solamente una posibilidad sino una realidad». El jefe de la diplomacia norteamericana intenta impulsar el logro de un marco de acuerdo, una nueva «hoja de ruta» que permita que las partes del conflicto sigan negociando más allá de abril, primera fecha límite, y sirva de base clave para un ansiado acuerdo definitivo. Sin embargo, ni israelíes ni palestinos estiman que se alcance un consenso sobre la «hoja de ruta» en esta visita. Fuentes diplomáticas aseguran que a pesar de la expectación que ha levantado el enésimo intento por reanimar las conversaciones de paz, en la práctica no ha habido prácticamente cambios que justifiquen optimismo alguno.

El marco de acuerdo aún no está finalizado, pero está claro que uno de sus elementos clave es el principio que determina que las negociaciones deben ser conducidas en base al concepto de que habrá dos Estados, un Estado palestino junto a Israel, y que ello será sobre el principio de las fronteras de 1967 (o sea las previas a la conquista de los territorios por parte de Israel), pero con intercambio de territorios.

Más allá de la desconfianza que Netanyahu y su Gobierno sienten respecto a las intenciones palestinas, Kerry aterrizó ayer a un mosaico político bastante variado. Por una parte, el ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, declaró que «hay que dar una oportunidad a la misión de paz de Kerry». Si bien en estas palabras no hay ningún compromiso político, no dejan de ser sorprendentes sus declaraciones, habida cuenta de la línea conservadora que el líder de Israel Nuestra Casa profesa. Liberman siempre se ha mostrado crítico con el proceso de paz y en más de una oportunidad ha censurado muy duramente a Abas. Desde el círculo del ministro de Exteriores aseguran que existe una muy buena sintonía entre Liberman y Kerry. La reunión que ambos mantuvieron el mes pasado en Washington sacó el mejor Liberman posible. Su sintonía sobre el proceso de paz facilitaría a Netanyahu la toma de decisiones al perder uno de los opositores más duros.

Por otra parte, horas antes del aterrizaje de John Kerry, el ministro del Interior, Gideon Saar, y varios diputados de la coalición de Gobierno recorrían el Valle del Jordán, conquistado por Israel en 1967. La semana pasada se aprobó en el Parlamento israelí un proyecto de ley para anexionar el Valle del Jordán. Ayer, los analistas interpretaron el «tour» político como un mensaje al propio Kerry para dejarle claro que los israelíes no abandonarán este territorio.

El ministro del Interior tuvo una forma especialmente gráfica de presentar el problema al parafrasear al ex titular de Exteriores Aba Eban, quien dijo que «las fronteras del 67 son fronteras de Auschwitz», en clara referencia a que si Israel vuelve a las fronteras que tenía antes de la Guerra de los Seis Días, corre un peligro existencial. La oposición acusa al ala derechista del Parlamento de intentar bloquear las negociaciones de paz, aunque formalmente sostienen que su única intención es «fortalecer» a Netanyahu en sus contactos con Kerry.

Finalizada la entrevista entre Kerry y Netanyhau, se reveló que los Servicios Generales de Seguridad lograron capturar a la célula terrorista que colocó la semana pasada una carga explosiva en un autobús en Bat Yam. El «premier» declaró que uno de los miembros de la célula era un policía palestino, presentándolo como «una nueva prueba de que la ANP está involucrada en terrorismo» y exhortando a Abas «a que prepare al fin a su pueblo para la paz».