Reino Unido
El estricto internado donde estudió Carlos III pide perdón tras ocultar décadas de abusos sexuales y emocionales a los alumnos
La directora de Gordonstoun ofrece una «disculpa sincera a todos los que sufrieron» durante su paso por el centro
El estricto internado escocés Gordonstoun, donde estudió Carlos III y pasó los peores años de su vida por bullying, pidió el miércoles disculpas tras revelarse que, durante décadas, se abusó de menores sin ningún tipo de control. Lady Smith, responsable de la investigación oficial, concluyó que los niños estaban expuestos a riesgos de abuso sexual, físico y emocional, y que para muchos esos riesgos se materializaron.
Fundado en 1934 por un pedagogo judío alemán, Kurt Hahn, después de huir de los nazis, el objetivo era crear «ciudadanos integrales», con un enfoque «tanto en habilidades para la vida y servicio como en logros académicos». Se creía que los retos físicos construían el carácter de sus alumnos, obligados a vestir pantalón corto todo el año, tener las ventanas abiertas en los meses fríos de invierno, correr bajo la lluvia si era necesario por las mañanas antes de desayunar y darse baños de agua helada.
«Se suponía que la declaración de buenas intenciones del fundador era suficiente para que se pudiera confiar a la escuela una atención residencial adecuada. Pero resultó infundada, en gran parte debido a un liderazgo deficiente», recalca la investigación. Durante décadas se permitió que arraigara una «cultura terriblemente abusiva y, en algunas casos, extremadamente violenta» y no fue hasta después de 1990, «con el nombramiento de un director que comprendió la importancia de la atención pastoral, que finalmente se empezó a abordar el abuso y se restauró cierta confianza».
El duque de Edimburgo, padre del entonces heredero al trono, había estudiado allí y consideró que sus maneras espartanas convertirían a un príncipe Carlos sensible, interesado por la literatura y las artes, en alguien más duro y preparado para la tarea que tenía encomendada en su vida adulta: ser rey.
Pero para Carlos fue una experiencia realmente negativa. A principios de este año, el monarca se convirtió en patrocinador de la Asociación Gordonstoun, cargo que anteriormente desempeñaba su padre. Supuso el primer vínculo oficial del actual rey con la institución, a la que asistió de 1962 a 1967.
En cartas de sus años escolares, escribió que no luchaba para sobrellevar el ambiente difícil. Sin embargo, desde entonces a menudo le ha restado importancia. Durante un discurso en la Cámara de los Lores en 1975, dijo: «Era sólo difícil en el sentido de que exigía más de ti como individuo que la mayoría de las otras escuelas, mental o físicamente. Tengo suerte porque creo que me enseñó mucho sobre mí y mis propias capacidades y discapacidades. Me enseñó a aceptar desafíos y tomar la iniciativa».
En cualquier caso, es vox populi que a él le hubiera gustado estudiar en Eton College, el prestigioso internado cerca del castillo de Windsor. «Es ideal para alguien con su carácter y su temperamento», trató de convencer la reina madre a la reina Isabel por carta. No tuvo éxito, pero fue en Eton donde luego estudiaron el príncipe Guillermo y Harry.
El informe de la presidenta de la Investigación Escocesa sobre Abuso Infantil, denuncia, entre otros, al ex profesor de física, Andrew Keir, condenado a un año de cárcel en 2018 por actos lascivos que involucraban a alumnos en las clases de natación. El informe le señala como un «pedófilo depredador», que «con el pretexto de ser amigable y afectuoso, preparaba a los niños con miras a satisfacer sus deseos sexuales». «Los chicos conocían su comportamiento. La escuela también estaba al tanto, pero no actuó», matiza. Otros seis maestros abusaron sexualmente de niños entre los años 1960 y 1990.
El colegio ofreció una «disculpa sincera a todos los que sufrieron». La directora Lisa Kerr, en una carta abierta matizó que el informe es «perturbador e impactante». «Respetamos y agradecemos a quienes han hablado de sus experiencias y a quienes prestaron testimonio en la Investigación. Desde que nos enteramos de informes de abusos históricos en 2013, hemos adoptado un enfoque proactivo, abordando los asuntos abiertamente y ofreciendo todo el apoyo posible», añade.
Un exalumno, John Findlay, había pedido anteriormente a Gordonstoun que estableciera un fideicomiso para ayudar a quienes sufrieron abusos a acceder a tratamientos de salud mental. Findlay, víctima de abusos sexuales en 1990 por parte de un maestro cuando tenía 12 años, renunció a su derecho al anonimato para denunciar que el internado debería asumir la responsabilidad por los abusos que él y otras personas sufrieron.
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