Eje franco-alemán
Berlín confía en impulsar con París la soberanía europea
La industria alemana muestra alivio por la reelección de Macron y aboga por un «motor» común ante la crisis económica internacional
La política alemana respiró aliviada tras la reelección de Emmanuel Macron. No obstante, Berlín sigue expectante de que los planes del presidente francés otorguen más apoyo a la soberanía europea, ahora que la Cancillería cambió de color. Como ministro de Finanzas con Angela Merkel,Olaf Scholz no fue el político alemán más conocido en Francia, pero quienes lo conocían ya lo valoraron como un socio confiable. No solo eso, el ahora canciller fue quien, como ministro de Finanzas, tomó la iniciativa para poner en marcha el fondo de reconstrucción europeo tras la pandemia. Esa salida de la férrea posición alemana, que anteriormente se percibía como obstinada, le trajo simpatía y respeto a Scholz entre los franceses.
Tal y como recordó ayer el informativo «Tagesschau» de la televisión pública alemana, el acuerdo de coalición retoma mucho de lo que Macron esbozó en 2017 en su discurso de apertura sobre política europea en la Sorbona, en particular la idea de una mayor soberanía europea en lo que se refiere, al suministro de energía o la tecnología digital. «En Francia la gente tomó nota de esto», aseguró Stefan Seidendorf, subdirector del Instituto Alemán-Francés (DFI).
Sin embargo, el Gobierno alemán debe contribuir a traer simbólicamente la cooperación franco-alemana a un primer plano. «Todavía falta un compromiso público», añadió Seidendorf. Aunque todavía no se ha fijado una fecha, la tradición diplomática obliga a que el primer viaje de Macron tras su reelección sea Berlín.
Un encuentro en el que la guerra en Ucrania debería estar sobre la mesa o la cuestión de las entregas de armas. A pesar de la creciente presión de su propia coalición, Scholz ha dudado en enviar equipo militar pesado, como tanques. Según añade Seidendorf, es comprensible que Alemania adopte posiciones fundamentalmente diferentes a Francia sobre la política de seguridad y defensa aunque, en el debate actual, el Gobierno galo tiene problemas para comprender la actitud del canciller. Un punto que será vital en el futuro entre ambos gobiernos.
Aparte de eso, Alemania y Francia todavía tienen posiciones muy diferentes sobre algunos temas clave. Estos incluyen la energía nuclear o la política económica y fiscal. Sin embargo, según destaca la prensa alemana, Macron tendrá que centrarse también en cuestiones internas. «El resultado me obliga», aseguró, lo que le obligará a lidiar con temas referentes a la cohesión social de sus ciudadanos y, sobre todo, la creciente desilusión de muchos franceses respecto al sistema político y su poder integrador. A pesar de ello, Seidendorf no cree que el eje París-Berlín pierda importancia por ello. «Desde Chirac, Macron ha sido el presidente que enfatizó más claramente que sin la cooperación franco-alemana en Europa no hay proyectos políticos posibles».
En paralelo, la economía alemana también acogió con satisfacción el resultado de las elecciones. «La reelección de Macron es una señal importante para Francia y para una Europa unida», dijo el jefe de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), Siegfried Russwurm. «La industria alemana se siente aliviada de que Francia siga siendo un socio fuerte en un momento de crisis internacional». Hubo tonos similares desde otras patronales. «Le Pen habría llevado a Francia y a la UE a una profunda crisis interna», dijo el presidente de la Asociación alemana de Ingeniería Mecánica, Karl Haeusgen.
Según el economista Friedrich Heinemann, del Instituto ZEW, el resultado de las elecciones es una bendición para las perspectivas económicas de Francia. La expansión de la economía estatal y una política de deuda populista bajo Le Pen habrían empañado las perspectivas de crecimiento de Francia. «Una victoria de la extrema derecha habría sacudido a la UE hasta sus cimientos y, a largo plazo, habría puesto en duda la viabilidad de la moneda común europea», dijo Thomas Gitzel, economista jefe de VP Bank.
La economía francesa está en su mejor momento. El año pasado, su PIB creció un 7%, el más rápido en medio siglo. A modo de comparación: en Alemania, la producción económica aumentó solo un 2,9%. “Francia ha dejado atrás a Alemania económicamente”, dijo el economista jefe de Berenberg, Holger Schmieding.
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