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Guerra comercial

El frente comercial abierto por Trump afecta a su popularidad

El presidente pierde apoyos en las encuestas en las semanas en las que puso en marcha su titubeante política arancelaria

Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó al poder el pasado 20 de enero, todas las cartas estaban a su favor. Aunque ajustada, la mayoría en ambas cámaras del Congreso y el balance de jueces conservadores en la Corte Suprema habían creado un escenario para lo que hemos visto: un gobierno sin prácticamente resistencia a nivel político. Sin embargo, la rápida y -según algunos analistas- caótica puesta en marcha del desmantelamiento de la estructura del Estado en Washington, y más recientemente la guerra comercial abierta con China e imposición de aranceles a prácticamente todos los países del mundo, han comenzado ahora a pasarle factura en su popularidad.

Según una encuesta realiza por «The Economist/YouGov», la aprobación del presidente Trump está disminuyendo mientras su segundo mandato avanza con nuevas políticas comerciales globales. Poco más de la mitad, en concreto el 51 % de los estadounidenses encuestados dicen desaprobar el desempeño del mandatario republicano, mientras que el 43 % lo aprueba.

El mismo sondeo realizado dos semanas antes mostraba una división más pareja: el 48 % tenía una opinión favorable y el 49 % desfavorable. A pesar de esto, hay que tener en cuenta que Trump sigue siendo más popular que en ciertos momentos de su primer mandato. En este mismo punto de su primer periodo también tenía -8 puntos, pero llegó a caer hasta -21 más adelante ese año.

En las dos semanas entre ambas encuestas, Trump presentó un amplio plan para imponer aranceles masivos a productos importados desde otros países. Muchos gobiernos reaccionaron con rechazo, incluyendo China, que respondió con fuertes aumentos en sus propios impuestos a la importación. Tras el desplome de los mercados, esta semana el líder político anunció una pausa temporal de 90 días en la mayoría de los aranceles para países que están negociando con su administración, en busca de acuerdos que él considera más beneficiosos para los estadounidenses.

Los analistas destacan que Trump comenzó su segundo mandato con mayor popularidad que en cualquier momento de su primer periodo. De hecho, el mandatario había mantenido con firmeza su agenda arancelaria global hasta su sorpresivo giro. Incluso señaló un factor clave detrás de su decisión, afirmando que «la gente se estaba poniendo un poco nerviosa en el mercado de bonos».

Aunque estaba dispuesto a tolerar caídas fuertes en la bolsa, analistas financieros indicaron que una venta masiva de bonos del gobierno estadounidense habría sido más preocupante, ya que podría haber provocado una venta generalizada de activos estadounidenses.

Aunque los principales asesores y funcionarios de Trump han apoyado públicamente los aranceles, algunos han ejercido presión internamente para que se diera un giro. Los representantes del mandatario insistieron en que el cambio de rumbo formaba parte de un plan maestro, señalando la recuperación de los mercados financieros y afirmando que sus decisiones habían fortalecido la posición de EE UU. «Esa fue su estrategia desde el principio», dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Sin embargo, el propio Trump dio a entender que su enfoque fue más improvisado, diciendo que actuó «por instinto, más que nada». Bessent, según informes, aprovechó un vuelo c en el Air Force One para presionarlo a llegar a acuerdos con otros países, destacando su capacidad como negociador y la urgencia de calmar los mercados financieros.

El influyente asesor Elon Musk también expresó dudas sobre la agenda arancelaria, promoviendo públicamente una política de aranceles cero entre EE UU y Europa. «Esa ha sido ciertamente mi recomendación para el presidente», dijo. El multimillonario sudafricano también calificó al principal asesor comercial de Trump, Peter Navarro —ferviente defensor de los aranceles—, de «idiota». El gestor de fondos de cobertura Bill Ackman, quien apoyó a Trump tras el intento de asesinato en su contra en julio, advirtió que, si el presidente no cambiaba el rumbo, EE UU se dirigía hacia un «invierno nuclear económico», agregando: «El presidente está perdiendo la confianza de los líderes empresariales en todo el mundo».

Trump también podría haberse sentido afectado a lo largo de la semana por todas las críticas provenientes de medios que usualmente lo apoyan. Durante su primer mandato, Trump ganó fama como ávido espectador de Fox News, a menudo llamando en vivo y reaccionando en tiempo real. Sin embargo, en los días previos a su cambio de rumbo, incluso esta red, generalmente afín, emitió críticas que le cuestionaban.