África occidental

Un golpe de Estado en Gabón pone fin a 56 años de dictadura

Militares gaboneses anunciaron en la televisión nacional el éxito del golpe, ocurrido a las pocas horas de anunciarse los resultados de las elecciones presidenciales del pasado sábado

Era de noche. Los focos de luz blanca iluminaban a once hombres uniformados y un duodécimo individuo vestido con ropas civiles mientras se anunciaba en el canal Gabon24 el éxito de un golpe de Estado en Gabón, después de hacerse públicos los resultados de las votaciones presidenciales del pasado sábado. Los comicios, tal y como vaticinó LA RAZÓN, concedieron la victoria a Ali Bongo, hijo del expresidente Omar Bongo, con un 64,27% de los votos. Y el presente golpe de Estado, en apariencia victorioso, pondrá fin a una dinastía que lleva gobernando el país con mano de hierro desde 1967. Era de noche. Y amaneció un mundo nuevo para una nación donde la edad media es de 25 años, donde apenas hay quien conoce la democracia.

Los militares lo dejaron claro: “En nombre del pueblo gabonés y en garantía de la protección de las instituciones, hemos decidido defender la paz y poner fin al régimen. A este efecto, las elecciones generales del 26 de agosto de 2023, y en vista del resultado manipulado, son anuladas. Todas las instituciones de la República serán disueltas. El Gobierno, el Senado, la Asamblea Nacional, la Corte Constitucional”. Su primera medida ha sido del agrado del pueblo, habiendo restaurado el acceso a internet después de que Bongo lo cancelara desde la jornada electoral. La segunda medida fue el nombramiento del general Brice Clothaire Nguema como nuevo presidente del país. Nguema, que completó su formación militar en Marruecos, era el líder de la Guardia Republicana encargada de la protección del presidente depuesto.

Anunciaron asimismo la creación de un Comité por la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI), a la vez que aseguraban que la totalidad de las Fuerzas Armadas gabonesas estaban de acuerdo en la destitución de Ali Bongo, que gobernaba el país desde que sustituyó a su difunto padre en 2009. Apenas se reportó un breve tiroteo que se saldó con dos guardas republicanos desangrándose en el suelo. Y cientos de ciudadanos inundaron las calles de la capital Libreville en la mañana del miércoles, ondeando la enseña nacional y apoyando con sus cánticos a los golpistas que prometen una nueva era en esta nación expoliada por una dinastía autoritaria, cuyos estrechos vínculos con Francia no pasarán desapercibidos en los próximos días.

Las elecciones de Gabón se celebraron en un clima de creciente indignación. El gobierno suspendió el acceso a Internet a lo largo de todo el fin de semana, instauró el toque de queda y canceló temporalmente la emisión de France24 y RFI. La oposición se declaró ganadora de las elecciones antes de que se hiciera público el resultado oficial y la red social X era un hervidero que clamaba contra la injusticia reinante en el país. O incluso fuera del país: este periódico ya informó sobre las cargas policiales en Marruecos contra ciudadanos gaboneses que procuraron presenciar el recuento de votos en la embajada en Rabat. La tensión que imperaba era superior a otros procesos electorales, aunque nadie imaginaba que el fin de los Bongo sucedería (por fin) en agosto de 2023.

Diferencias con Níger

Debe señalarse que el golpe de Estado en Níger y el último golpe acontecido en Gabón mantienen una serie de diferencias fundamentales. En primer lugar, el golpe en Níger expulsó del poder a un gobierno elegido democráticamente, mientras que lo sucedido en Gabón pone fin a una dictadura; igualmente, no se han observado todavía en Gabón las banderas rusas y mensajes a favor de Vladimir Putin que han supuesto una constante en el Sahel. La posición geográfica es otro factor que considerar. Gabón no pertenece a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), sino a la Comunidad Económica de Estados de África Central (CEEAC), lo que implica que la sonada intervención militar que podría tener lugar en Níger no sería una alternativa a tener en cuenta en este caso.

Además, mientras que el uranio y el oro resaltaban en el caso de Níger por ser sus productos de exportación con dirección Francia-Emiratos Árabes Unidos, Gabón sostiene su economía en la venta de petróleo y mineral de manganeso, con principal destino en China y la India. Repsol también lleva efectuando tareas de extracción petrolera en sus costas desde 2018, siendo España destinatario de un 4% de las exportaciones gabonesas en 2021. Sin embargo, las importaciones españolas de petróleo gabonés ya descendieron en torno a un 50% entre 2021 y 2022.

La relaciones con Francia sería el único común denominador, además del nombramiento como nuevos jefes de Estado a los hombres encargados de proteger a los presidentes depuestos en sendos países. El Elíseo ha mantenido unas relaciones excelentes con la dictadura gabonesa desde sus comienzos (Emmanuel Macron se ha reunido al menos dos veces con Ali Bongo en lo que llevamos de 2023) y la caída de Bongo ha supuesto un nuevo revés en la política francesa en África. Por otro lado, el golpe abre la puerta a nuevas dinámicas en la región, donde un puñado de dictaduras se mantienen desde hace décadas. Ya sean los Obiang en Guinea Ecuatorial, Denis Sassou-Nguesso en República del Congo o Paul Biya en Camerún, tres naciones con tres autoritarismos que hacen frontera con Gabón.

Reacciones

La Unión Europea se ha pronunciado de los labios de Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en una comparecencia donde confirmó el éxito del golpe y señaló que "el golpe militar aumenta la inestabilidad en la región [...]. Es una situación muy difícil y los ministros tenemos que pensar en profundidad lo que está ocurriendo allí y cómo podemos mejorar nuestra política en lo que respecta a estos países". Borrell se encuentra actualmente en Toledo, en el marco de una reunión con los ministros de Defensa de la Unión Europea.

Entre las reacciones más trascendentes a lo largo del día entrarían aquellas pronunciadas por China, Francia y Rusia. Rusia expresó en las horas de la mañana su "preocupación" por los acontecimientos en Gabón mientras China, el mayor socio comercial del país, solicitó que ambas partes "resuelvan pacíficamente sus diferencias", a la vez que pidió garantías sobre la seguridad de Bongo tras su arresto. El exdictador publicó un vídeo a las pocas horas de ser detenido en donde pedía ayuda "a todos los amigos que tenemos en todo el mundo" para que "hagan ruido" en su favor. En el mismo vídeo indicaba que le habían separado de su mujer y sus hijos, de los cuales no sabe nada desde el momento del golpe, mientras él mismo se enfrenta a cargos que pasan por "traición a la patria" y "malversación masiva de fondos públicos".

Desde París tampoco perdieron tiempo en emitir un comunicado donde condenaba el golpe de Estado contra uno de los mayores socios de Francia en el continente africano. El portavoz del Gobierno francés, Olivier Verán, indicó que "Francia sigue con mucha atención la situación y reafirma que los resultados de las elecciones deben ser respetados". Una postura cuanto menos irónica, desde que las elecciones en Gabón no han dejado de ser una farsa desde el inicio de la dinastía Bongo en la década de 1960. Como reacción al golpe, un puñado de empresas francesas con operaciones en el país, entre las que se encontrarían Maurel & Prom, Eramet y la filial de TotalEnergies en Gabón, se han desplomado en bolsa durante la mañana del miércoles. Los primeros rumores indican que se está poniendo en marcha un plan de evacuación de ciudadanos franceses en Gabón, de forma similar a lo ocurrido en Níger, aunque el Gobieno galo aún no ha confirmado estas informaciones.