México

Hallado sin vida un periodista mexicano secuestrado en mayo

El cadáver de Salvador Adame fue localizado en un barranco de Michoacán. Se trata del séptimo reportero asesinado durante 2017.

Salvador Adame era periodista y director de un canal de televisión en el Estado mexicano de Michoacán
Salvador Adame era periodista y director de un canal de televisión en el Estado mexicano de Michoacánlarazon

El cadáver de Salvador Adame fue localizado en un barranco de Michoacán. Se trata del séptimo reportero asesinado durante 2017.

La Fiscalía General mexicana confirmó ayer que los restos encontrados en la conocida como Barranca del Diablo corresponden a Salvador Adame, periodista y director de un canal de Televisión en Michoacán. Se le buscaba desde el pasado 18 de mayo, cuando varios sujetos armados lo secuestraron a la salida del trabajo. Poco se sabía entonces sobre el móvil de su captura, nadie reclamaba recompensas ni tampoco se conocía ningún trabajo concreto por el que estuviera amenazado. Los gobiernos locales y estatales denunciaron los hechos sin darle seguimiento a la investigación. Tuvo que ser un familiar quien diera con las pistas que finalmente han guiado hasta su cuerpo.

Las fuerzas del Ejército detuvieron la semana pasada a dos presuntos delincuentes, uno de los cuales resultó ser Daniel R., alias El Cabezas, primo del periodista secuestrado. Ambos estaban muy unidos, ya que se habían criado juntos. Así lo narró ayer el procurador José Martín Godoy en rueda de prensa al señalar que «El Cabezas», al enterarse de la desaparición de su pariente, empezó a indagar por su cuenta. Fue así cómo se enteró que un hombre apodado «El Chano Peña», líder delincuencial de la región, había ordenado el secuestro y posterior asesinato de Salvador Adame.

Durante el interrogatorio, la Policía logró dar con una pista sobre el paradero. Un puente ubicado en una zona donde se calcula que hay al menos 30 altares a la Santa Muerte, patrona de los bandidos y criminales. El 14 de junio dieron finalmente con unos restos completamente calcinados, sin reconocimiento posible. Fueron enviados entonces a los laboratorios de la ciudad de Morelia desde donde confirmaron su identidad, correspondían al que ya es séptimo periodista asesinado en lo que va de año en México. Unas cifras fatales para un sector que vive desconfiado e inseguro. El Gobierno no ha sabido tampoco dar una respuesta ante las demandas del sector ni ha podido recuperar su confianza con ninguna detención en relación a estos asesinatos. De hecho, según la organización Artículo 19, el 99,85% de las agresiones contra la Prensa queda sin resolver.

La noticia se solapa en el tiempo con la publicación de un artículo, en el diario «The New York Times», que acusa al Gobierno de Enrique Peña Nieto de haber utilizado un programa informático para «hackear» la actividad de los informadores considerados como molestos. Una situación que pone en riesgo la capacidad de informar libremente en el país y que tiene al gremio preocupado y en pie de guerra.

La investigación sobre el asesinato de Salvador Adame apunta a que víctima y verdugo pudieron tener algún tipo de relación personal: «El posible móvil del hecho, según la declaración de ‘El Cabezas’, fue por problemas de tipo personal entre la víctima y el mencionado Chano, lo cual pudiera tener relación con mensajes identificados en el teléfono de Salvador Adame, donde recibe insultos, que lo confrontan, mensajes que siguen siendo investigados», mencionaba el procurador Martín Godoy.