Grecia

Un terrorista llegó a través de la ruta griega de los refugiados

La Razón
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El pasaporte sirio encontrado en uno de los lugares de los atentados de ayer de París fue registrado el pasado 10 de octubre en la isla griega de Leros, informó el ministro heleno de Protección Ciudadana, Nikos Toskas, en un comunicado.

Expertos y distintos organismos lo habían advertido por activa y por pasiva, pero nadie quería hacer caso porque era políticamente «incorrecto». Entre los más de 300.000 inmigrantes que han llegado ilegalmente a Europa en lo que va de año a através de Grecia podrían haberse infiltrado terroristas del Estado Islámico con el fin de cometer atentados en el continente. Falta aún la confirmación oficial, pero los primeros datos de las investigaciones resultan inquietantes.

Según las noticias llegadas ayer desde París y Atenas, un pasaporte sirio fue encontrado junto al cadáver de uno de los asesinos yihadistas que perpetraron las matanzas del viernes por la noche. Pertenecería a un hombre nacido en 1990 en Siria, pero es alguien desconocido entre los servicios de información franceses. Dicho documento fue registrado el pasado 10 de octubre en la isla griega de Leros, según informó ayer el ministro heleno de Protección Ciudadana, Nikos Toskas, en un comunicado. La información, cuya trascendencia política no se oculta, estaba ayer por la tarde a falta de confirmación oficial. De hecho, el ministro subrayó, sin concretar el origen de sus dudas, que no hay certeza de que el pasaporte perteneciera a la persona que lo llevaba, ni tampoco si se trata de uno de los terroristas o acaso de una víctima.

Al ciudadano sirio en cuestión se le tomaron además las huellas dactilares en el campamento de registro de Leros, una de las cinco islas en Grecia que sirven de puerta de entrada a la Unión Europea a los refugiados que huyen principalmente de la guerra siria y de Afganistán. Si las huellas coinciden, se acabaron las dudas. Agentes antiterroristas consultados por LA RAZÓN sostienen que esa vía de penetración en Europa, mezclados con los inmigrantes, resulta muy peligrosa para los yihadistas porque pueden ser detectados y concluye su aventura con una detención. Sin embargo, otros piensan lo contrario y recuerdan lo que ocurre en Melilla, precisamente con ciudadanos sirios o que dicen serlo, que utilizan pasaportes falsos para entrar en España que les son facilitados en Marruecos por las mafias marroquíes.

En el caso de París y la isla de Leros, el pasaporte podía ser falso también, fabricado por el propio Estado Islámico con las huellas del terrorista pero sin que figure su nombre real. En la situación de guerra que vive el citado país, no es la gestión más sencilla saber si tales pasaporte, fotografía y huellas corresponden al ciudadano real o a otro que se hace pasar por él, dado el inmenso negocio que han establecido las mafias en torno a ellos.

Las autoridades francesas habían transmitido a todos los países de la Unión Europea el número de pasaporte con la petición de información al respecto. Según indicó Toskas, las autoridades griegas enviaron a Francia las huellas dactilares y todos los datos de registro. «No sabemos si el pasaporte fue controlado en otros países por los que probablemente pasó el titular», añadió el ministro, quien aseguró que Grecia mantendrá su esfuerzo de llevar a cabo una identificación completa de todos los refugiados que atraviesan el país.

Por su parte, la Prefectura de París no ha querido pronunciarse todavía sobre los detalles del pasaporte. En cualquier acaso, en una reunión celebrada ayer por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el gabinete de crisis, se decidió reforzar las medidas de seguridad en los edificios que podrían ser objetivos de ataque, es decir, embajadas y empresas francesas, italianas y británicas.

Además, los servicios secretos y la Policía están en contacto permanente con las autoridades correspondientes de otros países europeos para intercambiar información. Cerca de 340.000 inmigrantes llegaron a la Unión Europea (UE) en los siete primeros meses de este año por esta ruta, lo que supone casi el triple que en el mismo periodo de 2014, según datos de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), que sigue sin contar con medios materiales suficientes para afrontar esta situación. Resulta ilusorio pensar que con una cifra tan alta no se hayan podido infiltrar terroristas del Estado Islámico o de otras bandas yihadistas, que buscan convertir por todos los medios el continente europeo en una zona de su particular «guerra por el Califato».